Pareciera que hubiera el doble de personas dentro y fuera del estadio que días anteriores. Había salido con tiempo suficiente, sin embargo, no esperaba tanto tráfico. Las calles estaban abarrotadas de personas yendo y viniendo. Gracias a la altura de su acompañante, no le fue difícil ubicarlo entre el tumulto de gente, le parecía muy atípico que hubiera llegado antes que ella, él que siempre iba tarde.
Traía puesta la bomber jacket del primer partido, a juego con una camiseta negra de cuello alto. No importaba cual fuera el outfit, siempre se veía impecable.
—Llegaste temprano —dijo a modo de saludo, Utahime, dando aviso de su presencia.
Ella había salido con mucha anticipación desde Kioto, por lo cual esta vez llegó con bastante tiempo de sobra.
Gojo guardó el teléfono celular en la parte trasera de su pantalón. En la otra mano cargaba una bolsa tipo departamental, de medianas dimensiones.
—Para variar no está del todo mal.
—Sería bueno que lo mantuvieras como costumbre.
Utahime volteó en todas direcciones, como buscando a alguien, parecía confundida.
—¿No vino nadie? —preguntó sumamente extrañada.
Toda la semana estuvieron yendo al béisbol con diferentes personas y justamente en la final —final— ninguno se había aparecido. Antes de salir de Kioto se había mensajeado con Gojo avisando que iría sola debido a un inconveniente de último momento por parte de Haru.
—Nadie pudo, tenían cosas que hacer.
Gojo mintió como todo un experto. Ese mismo día en la mañana, Haruhi se había comunicado con él diciéndole que no iría al juego, pero que solo le avisaría a Utahime faltando poco antes para ir a Tokio y que así no tuviera tiempo de buscar un reemplazo. Al peliblanco le pareció una actitud extraña, aunque pudo entenderla mejor después de que le pidió a él que no llevara a nadie tampoco.
"Te estoy dando una oportunidad invaluable para que hagas las cosas como deben de ser."
Había dicho ella, Haru amaba a Utahime, la amaba tanto que sabía cuándo hacerse a un lado y echarle una mano en lugar de sonsacar su obstinación. A Gojo le pareció un detalle muy dulce, justo como lo había hecho la noche del bar. A cambio de su acción le dio el número de contacto de Ino. La actitud de Haru le recordó al pequeño y adorable Chopper de One Piece.
—Pues ellos se lo pierden —Iori alzó los hombros con desdén.
—Me alegra que no fueras una testaruda y me hicieras caso —dijo Gojo entre reprimenda y halago.
Le había pedido que no vistiera ninguna de sus chamarras de los Lions. Uta había llegado solo con una playera azul que decía Lions en el frente, debajo vestía un calentador de manga larga en blanco.
—A ver si reniegas también de este regalo.
Extendió la bolsa para Utahime y ella revisó el contenido, bastante escéptica de que resultara algo que valiera la pena. Los ojos se le llenaron de agua, pero se contuvo para no derramar ni una sola lágrima. Miró la prenda por la parte de enfrente y luego por detrás, mientras más reparaba en los detalles más feliz se sentía.
Observó a Gojo, sosteniendo la chaqueta entre sus brazos, bien pegada a su pecho. Era el mejor regalo del mundo. El peliblanco sonrió plenamente al haber logrado su objetivo de sorprenderla.
—¿Cómo lo conseguiste?
De inmediato se puso la chaqueta, más allá de que era una de las únicas cincuenta que se habían hecho en celebración al 70 aniversario de los Lions, lo que era realmente impresionante es que estaba firmada por absolutamente todo el equipo de los Seibu Lions, lo cual hacía la prenda un objeto invaluable.
ESTÁS LEYENDO
Votos
RomanceSu relación era complicada porque así lo habían decidido los dos. Desde que estudiaban la preparatoria habían surgido indirectas y momentos en los que cualquier persona hubiera podido decir, incluido ellos, que tenían algo más allá de la amistad, si...