2. No soy como tu

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|TN|

Nunca imaginé que podría experimentar un dolor tan intenso con el simple hecho de decir esas palabras, no te quiero, pues pese a que sé que son una completa mentira parece que logran su cometido: herirlo. Lo hiero. No puedo verlo, pero lo percibo en su silencio y el sonido agitado de su respiración. De manera increíble saber que lo estoy lastimando no me hace sentir mejor, pero mucho menos aplaca mi enojo y el dolor que crece en mi pecho al tener más presente las posibles cosas que hizo con esa chica... Me quedo inmersa en un océano de culpa y resentimiento que me envenenan lentamente.

Dímelo a la cara —susurra con una dudosa calma—. Quiero que me digas eso viéndome a los ojos... ¿Quieres herirme? Está bien, me lo merezco, pero al menos hazlo diciéndome las cosas de frente y no por una simple llamada como esta.

Trago con dificultad y en ese momento la mirada de Jimin se cruza con la mía por un instante, reflejando un genuino temor y preocupación. Es como si supiera lo que está por ocurrir, pero ignoro esto y me doy cuenta de que su presencia y la de Tae en la habitación está aumentando mis dudas y mi ansiedad.

—¿Pueden salir un momento? —Mi voz suena más firme de lo que me siento en realidad, pero lo cierto es que necesito privacidad para aclarar las cosas con Suga y su presencia es un impedimento.

Jimin y Tae parecen sorprendidos por mi petición, pero no tardan en abandonar la habitación, dejándonos solos a Suga y a mí.

—Estaba por sugerir lo mismo —murmura Tae antes de salir.

Con el corazón latiendo desbocado en el pecho, me enfrento a Suga a través de la llamada telefónica sintiendo que la ira.

—No pienso viajar para verte y conocer a la puta con la que te revolcaste —exclamo casi temblando por la ira y los celos.

Se queda callado por unos segundos.

Tn, yo...

—Hablaremos esta misma noche —ordeno con frialdad—. De todas formas no creo que luego de esto sea necesario que nos tengamos que volver a ver las caras...

¡Escúchame! —grita con una aflicción y angustia que ponen fin a su calma—. Y-Yo sé que me equivoque, pero al menos permite explicarte las cosas...

Aprieto el celular entre mi mano sintiendo muchas ganas de hacerlo pedazos, pero me contengo y fuerzo una sonrisa.

—¿Escucharte?

Bufo.

—¿Acaso hiciste lo mismo conmigo cuando ocurrió el incidente con Jiho en el yate? ¿Me escuchaste? ¿Siquiera leíste mis mensajes? ¡¿Escuchaste mis notas de voz?! ¡¿Pensaste al menos por una maldita vez en cómo me sentía sabiendo que me ignorabas?! —grito perdiendo el control al final.

Fui un idiota, lo sé. Estaba muy enojado y me sentía muy inseguro... Pero siempre leía y escuchaba todo lo que me enviabas, durante el día esperaba con ansias la llegada de cada uno de tus mensajes, por las noches era peor, no podía irme a dormir sin escuchar una de tus grabaciones y...

—¡No me queda duda que esperabas con ansias que te rogara como una estúpida! —replico con fuerza haciéndolo callar—. Disfrutabas haciéndome sentir mal al ignorarme, ¿Verdad? ¿Pero sabes qué? Ese placer se te acabo, porque a ti no te vuelvo a escribir en mi maldita vida... ¡Que te rueguen las perras con las que te revuelcas!

¡No me acuesto con nadie! ¡Lo que paso con esa chica fue...!

Se queda callado.

Fue un error —agrega en un tono casi inaudible.

MIS SIETE SECRETOS (II PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora