Te casas con uno y también lo haces con sus seis hermanos. Su lema favorito: Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo, pero de nadie más... Nadie más puede fijarse en lo que les pertenece.
Prohibida su copia u adaptación.
II PARTE DE LA HISTORIA
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TN
Flashback
En medio de la oscuridad miro nerviosa a Lisa.
—¿P-Por qué lo hacen?
Lisa, sonríe con dulzura y desanuda las cintas de su bata y se la quita con calma.
—Es como una tradición muy privada que hacemos para reforzar nuestra hermandad —contesta en voz baja.
—¿H-Hermandad?
Asiente.
—Elegimos ser como hermanas, así que solo cuando estamos las cuatro hacemos estas cosas —aclara con calma—. Nunca le digas a nadie sobre esto, ¿Entendido?
—Claro, no le diré a nadie... Pero no crees que yo estoy fuera de lugar, porque esto es algo especial de ustedes y yo no...
—Tú serás como nuestra hermana —dice con obviedad y una determinación que me sorprenden un poco.
«¿Lo seré?».
Ella parece notar mi asombro y se ríe y suelta mi mano.
—Claro que lo serás si es lo que decides... ¿Eso quieres?
Trago grueso y me quedo callada, pues su gesto es realmente dulce y atento que me cuesta siquiera pensar en rechazarla.
—Tn, ¿Quieres ser como nuestra hermana? —pregunta y sus ojos casi tan negros como la misma oscuridad que nos rodean me miran fijamente.
Ellas han sido muy buenas conmigo, pero no olvido la enemistad que existe entre mis esposos y ellas...
«Por favor, ni que por decirle que sí estuviera firmando un contrato de muerte».
—Claro —acepto en voz baja.
La sonrisa de Lisa se amplía, se ríe con mucha emoción y se vuelve hacia las demás chicas.
—Bien, entonces vamos...
Dudo por un instante en lo que voy a hacer, pero decido seguir adelante. Con manos temblorosas, desato las cintas de mi bata de seda roja y esta se abre un poco dejando al descubierto parte de mi cuerpo desnudo, luego con mayor timidez la deslizo por mis brazos quitándomela despacio y pronto esta se cae al suelo con un susurro apenas audible. Apenas mi cuerpo se queda totalmente descubierto siento que el rubor se expande por mi rostro, unos escalofríos recorren mi espina dorsal y siento la inmediata necesidad de cubrirme de nuevo, pues nunca antes me había desnudado delante de alguien que no fuera mi pareja...
«Si tan solo los chicos supieran lo que estoy haciendo».
Lisa me dirige una rápida mirada de pies a cabeza, sonríe satisfecha al verme sin nada y me da la mano. Con timidez y nerviosismo la tomo, aceptando su invitación para unirme a ellas en el jacuzzi.
