MIS SIETE SECRETOS (II PARTE)

4. Feliz

|TN|

(Tiempo actual)

Salgo del cuarto de baño, limpiando la humedad de mis párpados y dejando en el olvido a esa persona estúpida y débil que estaba de nuevo por perder la cordura. Limpio mis mejillas y me miro con calma los alrededores de la habitación, confirmando que estoy sola. Jungkook probablemente está desayunando con Taehyung quien se quedó en el apartamento con nosotros.

Anoche, después de terminar con Suga, ellos se quedaron cerca de mí en todo momento pensando que verían mi descenso a la locura. Eso nunca paso y jamás pasara. Pero anoche estaba tan cansada que me quedé profundamente dormida, por lo que apenas sentí que Jimin me dio un beso de despedida.

Realizo mi rutina matutina, me acerco al tocador y miro mi aspecto demacrado en el espejo. No me veo tan terrible como se siente la chica débil encerrada en mi interior, las lágrimas amenazan con empapar mis mejillas de nuevo. Pero entonces recuerdo a Lisa y las limpio con desprecio y enojo.

«Llorar por un perro infiel... ¡Vaya desperdicio de tiempo!».

Respiro profundo y borro cualquier prueba de que lloré, limpiando mis párpados y sonrío con orgullo.

«Necesito ir de compras con las chicas».

Tomo uno de mis tintas de labios y la aprieto con fuerza entre mis manos, sintiendo más punzadas de enojo y dolor internos. Pero tener el labial entre mis manos me recuerda a Lisa, así que me relajo y sonrío perversamente recordando que tengo una vida acomodada, envidiable y seis de los hombres más deseados del país, así que no debería desperdiciar mi tiempo llorando...

—La vida sigue —murmuro para mí misma y deslizo la tinta de labios sobre mis labios, dejando un bonito color carmesí sobre mis labios carnosos.

Con calma me arreglo, me hago un maquillaje natural y arreglo mi cabello dejándolo con hondas que le agregan más sensualidad a mi apariencia. Luego miro la hora y veo que es temprano, todavía tengo tiempo para hacer otras cosas... Sonrío con picardía y me pongo la bata de seda de dormir, recordando que dos de mis esposos están en el apartamento así que sacaré provecho de eso.

Dejo al descubierto parte del camisón de dormir casi transparente, no llevo sujetador, así que dejo mis senos al aire y perfumo la piel sensible de mi cuello. Me miro complacida en el espejo, pues estoy preparada para salir de la habitación y aprovechar sabiamente mí tiempo follando como si no existiera un mañana...

«Es la mejor medicina».

Salgo de la habitación con paso firme, intentando mostrar que estoy bien. Escucho las voces de Jungkook y Taehyung en la cocina y me dirijo hacia allí, mientras recuerdo que la empleada tiene su día libre hoy, así que somos los únicos en la casa. Por lo que sin dudar llevo a cabo mis planes, entro en la cocina y al instante el silencio se instala en el lugar. Ellos dejan de hablar y me miran.

—Buenos días —saludo con naturalidad y me acerco a la nevera con la intención de no volver obvios mis deseos.

—¿Cómo estás? —pregunta Jungkook mirándome con ligera preocupación.

—De maravilla —digo sonriendo y cojo la jarra con zumo de naranja.

—¿Segura? —inquiere dudoso.

Lo miro confundida y me río un poco.

—Claro que estoy bien... ¿No se nota? —inquiero en voz baja.

Taehyung, se relame los labios y asiente despacio mirándome de pies a cabeza, mientras que Jungkook luce un poco sorprendido...

—Te ves tan deseable como siempre, mamita —afirma Tae levantándose de la mesa.