TN
Me quedo paralizada a una corta distancia de Jin, quien permanece inmóvil, mirándome fijamente. Su mirada me desarma por completo, como si todas mis defensas se desmoronaran al tenerlo frente a mí. El silencio entre nosotros es abrumador, pesado, lleno de las palabras no dichas que flotan en el aire como un puente roto entre nosotros.
Siento que no tengo escapatoria, atrapada en un momento que parece haberse detenido. Las palabras hirientes y los insultos de la noche anterior resuenan en mi mente, haciéndome sentir aún peor. Quiero decirle algo, cualquier cosa, pero las palabras se atascan en mi garganta, incapaces de salir.
Finalmente, decido soltarlo todo, rendirme ante esta situación y continúo avanzando por el solitario pasillo con la intención de dejar todo atrás, renunciar a esta guerra silenciosa y fingir que somos dos extraños.
«Estoy harta de todo».
Bajo la mirada cuando paso a su lado, sintiendo que mi corazón se desarma en mil pedazos y aunque por un instante deseo tomar su mano y besarlo, me contengo al notar su inmovilidad. No quiere nada conmigo, así que lo único que me permito disfrutar de él es el aroma de su fragancia, que me acompaña unos instantes más, en lo que me encargo de imponer distancia.
«Lo siento, pero la estúpida que les rogaba se murió ayer, no vuelvo a cometer el mismo error que con Hobi».
A medida que me alejo, mis ojos se llenan de lágrimas que intento contener. Me limpio rápidamente cuando descubro que Hyunjin sale del salón en ese preciso momento. Su sonrisa angelical y llena de energía me reconforta de inmediato, es como un rayo de luz en medio de estas tinieblas. Corre hacia mí con una alegría genuina que me hace olvidar por un momento todo lo que acabo de dejar atrás.
—Qué bueno, porque tenía mucha hambre ¿Puedo? —pregunta divertido y ansioso al mirar mi sopa.
Me río y le entrego mis palillos permitiendo que tome un poco.
—¿Esta rica? —pregunto mirándolo degustar los fideos.
Sus ojos oscuros se encuentran con los míos y mastica despacio pareciendo hacer un esfuerzo para no sonreír.
—Uhm... Esto sabe muy bien, creo que iré por una —afirma Hyunjin relamiendo sus labios carnosos.
Me río viendo que saca más fideos y los degusta despacio, como si fuera lo más placentero del mundo.
—Creo que será luego del ensayo, por ahora estaré bien con esto.
—Bien, entonces vamos —digo caminando hacia el salón.
Juntos regresamos al salón de ensayo y así dejo atrás el encuentro con Jin, con los demás...
(***)
Caminar por la recepción rumbo al departamento es como avanzar hacia una encrucijada de emociones. El ascensor privado me lleva directo al apartamento y cuando me quedo sola, el silencio me envuelve, dejando al descubierto el tamborileo acelerado de mi corazón. Nerviosa, escudriño el pequeño espacio, ansiosa por llegar y enfrentar a Jungkook, quizás también a los demás. Respiro hondo, intentando calmar mis nervios, mientras las puertas se abren y me dispongo a avanzar por el silencioso recibidor.
Avanzo despacio, casi temerosa de que me descubran a pesar de que estoy segura de que es cuestión de tiempo para encontrarme con Jungkook o alguno de los otros, pero para mi sorpresa, el lugar parece desierto. Sin embargo, las risas de unas chicas y las voces de mis esposos resuenan a lo lejos, rompiendo el silencio y alimentando mi curiosidad y temor...
Me dirijo hacia la sala, de donde provienen esas voces, risas y gritos de alegría. Pero cuando cruzo el umbral de la entrada de la sala, me quedo petrificada, estupefacta ante la escena que se despliega ante mis ojos. Descubro que mis esposos no están solos como creí, pues están muy bien acompañados y no por cualquier tipo de personas. Jisoo y Lisa están en el sitio pareciendo tener una pequeña fiesta en la que el alcohol, la poca ropa y el sexo son evidentes.
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MIS SIETE SECRETOS (II PARTE)
RomanceTe casas con uno y también lo haces con sus seis hermanos. Su lema favorito: Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo, pero de nadie más... Nadie más puede fijarse en lo que les pertenece. Prohibida su copia u adaptación. II PARTE DE LA HISTORIA