37. Nueva esposa

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TN

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TN

Bajo las escaleras sintiendo el calor del alcohol recorriendo mis venas, dándome una valentía que usualmente no tengo. Con cada paso que doy hacia la planta baja, donde la música resuena fuerte debido a que algunos invitados han llegado, mi inseguridad se desvanece un poco más. Karina me ayudó a arreglarme y el resultado es impresionante. Tanto que apenas me reconozco al verme en el espejo. El vestido negro de piel que llevo puesto es una mezcla de sensualidad y elegancia, resaltando mis muslos con descaro. A pesar de estar cubierta en la parte superior, siento que llevo el escote perfecto, además la textura del vestido me hacen sentir diferente: me siento poderosa.

Karina camina a mi lado por el pasillo y cuando llegamos a la cima de las escaleras, ambas nos detenemos para observar el caos que ocurre abajo.

«Esta no es una fiesta pequeña».

Karina se encargó de crear un ambiente perfecto: las luces están apagadas, pero el apartamento está bañado por destellos neón que iluminan estratégicamente ciertas zonas. Me sorprende lo bien equipado que está este lugar para este tipo de eventos...

Miro a Karina de reojo, esperando que ella también note lo que yo veo, pues esta no es una fiesta pequeña, como me había dicho. Hay chicos por todas partes, hablando, riendo, bailando. Ninguno me parece conocido, así que le lanzo una mirada irónica a Karina, que responde encogiéndose de hombros y toma un pequeño sorbo de su copa.

—Invitados de los que invité —dice con esa voz despreocupada suya, como si eso explicara la cantidad de personas.

Antes de que pueda contestar, una voz chillona interrumpe mis pensamientos.

—¡Chicas! Iba a buscarlas, ¡Qué gran fiesta! ¡Me encanta tu apartamento! —grita Lisa, apresurándose a subir las escaleras.

Nos alcanza rápidamente y, como saludo, nos abraza a ambas con fuerza. Pero todo ocurre tan rápido, pues Lisa se inclina para darme un beso en la mejilla, y, sin pensarlo, yo hago lo mismo, girando mi rostro en su dirección. Y entonces nuestras bocas chocan. Por un segundo, se siente surrealista, luego ambas nos echamos hacia atrás y gritamos, sorprendidas pero riendo. El alcohol en mi sistema amplifica la diversión del momento, aunque mi cara se ruboriza al instante.

Karina, que ha sido testigo de todo, casi escupe su bebida por la risa y nos mira sorprendida. En mi caso miro a Lisa con las mejillas encendidas, sin saber cómo reaccionar, pero termino riendo también, contagiada por la hilaridad del momento.

—Tranquila, fue un accidente —dice Lisa entre risas, pero su mirada no es para nada inocente, pues en ese momento me observa de arriba a abajo y su sonrisa traviesa crece aún más—. Aunque no niego que si fuera un chico, no dudaría en hacer esto...

Antes de que pueda reaccionar, Lisa sujeta mi rostro con sus manos, acercándose peligrosamente, nuestras caras quedan tan cerca que siento el calor de su aliento y casi puedo volver a sentir el contacto de sus labios.

MIS SIETE SECRETOS (II PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora