31. Eres mi novia

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TN

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TN

Siento que el tiempo se me acaba y el aire se vuelve pesado mientras trato de decidir qué hacer. Nadie de los chicos se ha percatado de mi presencia y aunque mi instinto inicial es regresar, algo me detiene. Joshua se acerca lentamente y me siento acorralada. Intento disimular, sonriendo con nerviosismo, tratando de no parecer sospechosa. No quiero huir. No están haciendo nada malo y yo tampoco.

—Haré lo que digas, pero no me cargues aquí, hay gente —susurro, tratando de sonar calmada, aunque la ansiedad se filtra en mi voz.

Joshua sonríe con malicia, claramente disfrutando de la situación. Termina de acercarse, observando el lugar lleno de chicos de distintos grupos, incluidos mis esposos. Asiente despacio y me mira, aceptando mi condición.

—En ese caso, quiero que primero nos tomemos un café —dice, abusando descaradamente de su pequeña victoria.

No protesto, aunque por dentro siento un nudo de nervios en el estómago. Camino al lado de Joshua, usando su presencia como escudo, intentando que los chicos no me vean de inmediato. Al llegar al mostrador, mis ojos recorren la variedad de postres y bebidas. Todo parece delicioso, pero tengo tantas emociones encontradas que no puedo ni pensar en comer.

—¿Qué quieres comer? —pregunta Joshua, mirando con atención los postres.

—Un café negro sin azúcar —respondo rápidamente, sabiendo que necesito algo fuerte para quitarme el cansancio.

—Genial, dos cafés negros sin azúcar. ¿Quieres algún postre?

—No, solo el café —respondo nerviosa, con la mirada fija en los chicos al fondo. Siguen sin notar que estoy aquí, ríen y conversan alegremente con las chicas de Twice. Cada carcajada que escucho desde su mesa me enfurece más, y me pregunto cómo pueden estar tan ajenos a todo lo que siento.

Trato de convencerme de que no importa. Si ellos pueden hablar con otras chicas, ¿Por qué yo no puedo? Pero las emociones me traicionan y el enojo comienza a burbujear en mi interior. Miro a Joshua, quien sigue hablando con el barista y decido que no me iré. Me quedaré aquí. Si ellos pueden estar tranquilos, yo también puedo. En ese momento Joshua termina de ordenar su postre y me mira con curiosidad, notando mi tensión.

—¿Sucede algo? —pregunta, mientras su mirada se desliza por la cafetería, probablemente buscando la razón de mi incomodidad.

Intento sonreír, aunque sé que mi expresión no es la más convincente.

—No, no me pasa nada —digo, con una voz más alta de lo que debería, claramente delatando mis nervios.

Joshua sonríe, pero hay algo en su expresión que me hace pensar que sabe más de lo que aparenta. Lo veo dirigir una rápida mirada hacia los chicos y luego me mira de nuevo, divertido.

—Es por Hobi, ¿Verdad? —aduce con una sonrisa traviesa.

«Aun no olvida el incómodo momento de la última vez».

MIS SIETE SECRETOS (II PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora