41. El único

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TN

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TN

Tiempo actual

Los golpes no paran. Cada golpe es más fuerte que el anterior, y siento que me atraviesan los nervios como si fueran agujas. Estoy mareada, no solo por el alcohol, sino por el miedo que me invade.

«¿Qué haré si tiran la puerta?».

Mi cabeza da vueltas, las ideas se entrelazan y ninguna parece una buena opción. No quiero ni pensar en lo que pasará si entran y me encuentra aquí, con Félix y Hyunjin...

«Enloquecerán».

—Voy a abrir para saber qué quiere —dice Hyunjin, molesto y se pone de pie y camina hacia la puerta.

—¡No! —exclamo con desesperación, bloqueando su paso.

Lo detengo antes de que pueda hacer algo estúpido. Mi corazón late tan rápido que apenas puedo hablar, mientras él me mira, confundido, como si no entendiera por qué estoy tan aterrada.

—Pero esta es tu casa —insiste, desconcertado—, tienen que respetarla.

—Lo sé, pero seguramente están ebrios y no van a razonar —explico rápidamente, tratando de mantener la calma, pero la sensación de pánico me asfixia—. No quiero que te hagan nada... Ni a ti tampoco.

Hyunjin me observa con el ceño fruncido, pero Félix, sentado en el borde de la cama, parece captar mejor la gravedad de la situación. Su mirada se encuentra con la mía y con eso me hace saber, que recuerda lo que pasó la vez en que Jimin lo enfrentó en el estacionamiento...

«Casi lo golpea».

—Pero si no hacemos algo, botarán la puerta —dice Hyunjin, como si no entendiera la magnitud del desastre que se avecina.

—Sí, lo sé —respondo, tratando de pensar rápido—. Por eso llamaré a alguien que esté afuera, para que se encargue de ellos y se los lleve.

Busco mi bolso con desesperación, sintiendo que todo se mueve demasiado rápido, como si el tiempo me estuviera abandonando. Una vez lo encuentro sobre la mesita de noche. Casi lo tiro al suelo en mi prisa, pero logro sacar el celular. Los golpes en la puerta son ahora tan violentos que sé que están dando patadas y eso me pone más nerviosa.

Intento marcar un número, pero me congelo... ¿A quién llamo? Mi mente está en blanco. No tengo los números de ninguno de los chicos que están afuera. ¿Quién podría calmar a esos locos? Miro la pantalla y libero una maldición, cada segundo que pasa es una tortura.

«Namjoon».

Sin pensarlo más, marco su número...

«Es más sensato que ellos y quizá pueda controlar esto».

El tono de llamada suena una vez. Luego otra. Mi corazón está en mi garganta, esperando que responda antes de que la situación explote. El celular tiembla en mi mano, mientras lo mantengo cerca de mi oído y miro de reojo a Hyunjin y Félix, quienes no apartan la vista de la puerta. No lucen asustados, pero creo que tienen la tentación de abrir y confrontarlos... Cada golpe me hace sentir como si estuviera al borde de un abismo.

MIS SIETE SECRETOS (II PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora