ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 11

5K 373 58
                                    

El sol choca con fuerza en mi rostro y tengo que taparme los ojos para poder ver el camino que tengo por delante. Con mi otra mano sujeto la falda del vestido que llevo puesto, intentando con todas mis fuerzas no perder el equilibrio y doblarme el pie por culpa de los zapatos. Más adelante visualizo a mamá agarrada del brazo de papá, charlando de algo mientras nos acercamos de a poco al sector donde se encuentran los reporteros y demás.

Eran los premios Goya, y papá estaba emocionado porque en una de las nominaciones estaba el equipo de fotografía. Y no solo él tenía la esperanza de ganar, también la tenía Bayona, la producción, e incluso Mati, nominado a Mejor Actor Revelación. Todos estábamos nerviosos, pero aún así se podía sentir el buen humor en el aire, más allá de alguna desilusión, nos manteníamos alegres del día importante en el que estábamos.

Miro el piso, atenta de no pisar ninguna piedra o algo que me pueda llegar a dejar tirada sobre éste. Me tambaleo y me siento una boluda de solo imaginar como veré ante los ojos de los demás. El pelo se me viene para el frente y yo me empiezo a estresar por el calor que hace. Cuando el tacón se me dobla, suelto un gritito de espanto y al instante siento una mano sobre mis costillas, sujetándome con fuerza.

—Epa, ¿Necesitas ayuda?

Volteó a ver a Enzo y cuando mido la distancia que aún nos queda para llegar a la alfombra, decido aceptar su ayuda. Me agarro de su brazo y seguimos caminando, yo rezando que mañana no aparezcan portadas de nosotros dos en rumores de citas. Últimamente Enzo se esforzaba porque eso llegara a pasar.

—¿Qué dice Jaime?, ¿Está nervioso?

Me tomo el tiempo para analizar sus palabras, no pasando desapercibido el hecho de que esta vez no lo llamó por "tu papi", sino por su nombre.

—Sí, como todos me imagino —respondo. —. ¿Vos?

—Estoy emocionado, es la primera vez que vengo a unos premios y siento que es una experiencia emocionante —me explica con su formalidad característica. —. Más allá de los nervios, me siento eufórico.

—Me imagino. Vi la conferencia de ayer, un tumulto de gente. Impresionante.

Veo que mamá se gira a ver cómo estoy, y nos analiza a ambos. Luego de unos segundos, me da una sonrisa de boca cerrada y vuelve a prestar atención a papá, como yo a Enzo.

—Sí, fue muy repentino. La gente acá demuestra el cariño de manera más... exuberante, si se podría decir así.

Me quedo callada cuando estamos lo suficientemente cerca de las cámaras, y detengo mi paso a tiempo, soltandome de su brazo. Enzo se gira a verme y yo me acomodo el pelo.

—Yo me tengo que quedar por acá. —le digo.

Me mira por unos segundos y después asiente con la cabeza, acomodándose el saco negro. Veo que busca a alguien con la mirada, notando que se trata de Mati, pero éste está hablando con la que creo que es su novia, quien había llegado a España esta misma mañana. Noto que Enzo tensa su mandíbula y yo me guardo mis preguntas para mí misma, cuando giro a ver de nuevo a la pareja, Mati ya se nos estaba acercando.

—¿Estás listo? —le pregunta a Enzo.

—Por supuesto, vamos.

—Estás divina, Ori. —me dice, con una sonrisa que yo devuelvo con amabilidad.

—Gracias, Mati. Suerte a ambos.

Mientras los demás realizan entrevistas y posan para las fotos, con mamá y otras personas de producción vamos entrando al edificio. Una vez ahí, buscamos nuestros asientos y nos quedamos esperando a que la gente entre.

• 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐎𝐥𝐝𝐞𝐫 • | 𝙴𝚗𝚣𝚘 𝚅𝚘𝚐𝚛𝚒𝚗𝚌𝚒𝚌 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora