ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 1

8K 482 58
                                    

Me mantengo concentrada en las palabras de Bayona, quien habla de algunos procesos que realizaron para armar la película. Cuenta de cero la idea que le surgió para crear la obra de arte de en poco tiempo comenzaba a resonar en los oídos de las personas. Noto a papá a mi costado, asiente a cada cosa que el señor dice, quizás recordando en carne propia todo lo que sale de su boca. Vuelvo a mirar a mi alrededor, todos concentrados escuchando al director, mientras que yo busco a alguien en específico.

Mamá me codea y al instante la miro a los ojos con el ceño fruncido. Ni siquiera me observa ya que mira al frente con una sonrisa grande en su rostro, entonces es cuando me centro nuevamente en Bayona, quien está mirando a papá con una sonrisa.

—Agradecerle al equipo de fotografía, quien fue esencial en este proyecto, tomando captura de todo el proceso y acompañándonos incluso en lo más difícil.

Veo una mano posicionarse en el hombro de mi papá, apretándolo levemente y luego dándole unas palmadas. Visualizo un anillo en su dedo del medio, y curiosa levanto la mirada a la persona que está a mi lado, justo detrás de mi progenitor. Vuelvo a quedarme sin aire en cuanto me topo con el perfil de Enzo, quien sonríe con anhelo y alegría a las palabras que dice el español.

Las líneas que se forman en sus mejillas debido a su sonrisa, o el cabello que se tira hacia atrás como acto de reflejo. Y trato de no mirarlo por mucho tiempo para que no se de cuenta de que justamente estoy haciendo eso. Decido mirar la pequeña mancha situada en su hombro, el rastro de lo que parecía ser excremento de paloma. Me aguanto la risa y vuelvo a mirar al frente, sintiendo como mamá me aprieta la mano con fuerza, queriendo controlar a su hija de veinte años.

—Me gustaría hacer pasar a mis chicos al frente, que vengan a dar un discurso por favor.

A mi derecha noto movimiento, por lo que al voltear en dicha dirección noto que un chico de contextura flaca comienza a pasar entre la gente, detrás de él otro chico con barba y ojos claros. Mi atención se pierde cuando siento una mano apoyarse en mi espalda baja, y cuando miro a mi izquierda choco con el par de ojos marrones que me dejan tensa en mi lugar.

—Permiso. —pide amablemente a la gente de su alrededor, incluyéndome.

El contacto visual no dura más de dos segundos ya que me hago para adelante, dejando el paso libre para que se acerque al mini-escenario junto a los otros dos. Mantengo la respiración hasta que su mano abandona mi cintura, dejando un sentimiento de vacío y frialdad que me hace estremecer.

—Bueno, no estaba preparado para dar un discurso, Bayona —dice el chico pálido y de baja estatura, causando un par de risas. —. Nada, está demás agradecer a la producción, a las maquilladoras por hacer un tremendo trabajo, y a los demás que se bancaron todo el quilombo con nosotros...

Su forma de hablar me dice que no supera los veinticinco años, tan informal y soltando palabras tan comunes para alguien de veinte. Lo analizo y lo comparo con sus dos campañeros que están a ambos lados, notando la diferencia de edad incluso en sus rostros. Matías da unas palabras más de agradecimiento y luego avanza Enzo cuando el de ojos claros le da pase a hablar primero que él.

Doy un trago a mi bebida, saboreando lo amargo de la champagne mientras me concentro más de lo debido en el hombre frente a nosotros. Trato de controlar mi pulso pero es algo que incluso a mí me genera curiosidad, la forma en la que mi cuerpo reaccionaba ante alguien que acababa de conocer y solo había cruzado una sola palabra. Quizás el hecho de conocerlo por relatos de papá me generaba eso, pero de lo que sí estaba segura, era que la forma en la que observaba minuciosamente todo en él, no era familiero, sino que iba por el camino más oscuro.

• 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐎𝐥𝐝𝐞𝐫 • | 𝙴𝚗𝚣𝚘 𝚅𝚘𝚐𝚛𝚒𝚗𝚌𝚒𝚌 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora