ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 19

4K 316 15
                                    

—Enzo, no lo hice porque quisiese.

—Lo sé —habla al instante, como si eso lo ayudara a evitar escuchar algo que salga de mi boca, algo que no quisiera escuchar. —. Supongo que tuviste miedo.

Aunque quisiera negarlo, en un rincón de todo mi ser, sabía que había sido también por eso. Pero gran parte fue porque yo no quería engancharme, no quería llegar a Argentina y estar mal por él, alguien tan enfocado en su trabajo. Se suponía que no lo iba a volver a ver, por eso huí, porque no quería dar una despedida a algo que seguro después me iba a matar mentalmente.

Me había ahorrado esa siesta, donde me despertaba y me ilusionaba por lo bien que lo había pasado, para después mirar a mi lado y no ver a nadie, o tener que comerme la charla de "esto no estuvo bien, no tuvo que pasar". Prefería irme, tranquila, sintiéndome un poco culpable, pero siempre me ponía primera en todo, y esa no fue la excepción.

—¿Vos no? —pregunto a cambio.

—Obvio que sí, Ori. Desde lo del ascensor.

Recuerdo el momento de nuestro primer beso, lo manipuladora que había sido para cumplir mi capricho, y si bien lo había logrado, siete meses después me daba cuenta lo infantil que había sido.

—Perdón —es lo único que sale de mi boca, pero decido agarrar fuerzas y seguir. —. Posta, Enzo, por todo. No tuvo que haber pasado nada.

—¿Te arrepentís?

Mi boca se abre y quiero decir que sí, aunque me sienta mal, quisiera decir eso, pero la verdad es que no es así. Nunca fue así.

—No. Pero intuyo que vos sí.

—Al principio —dice, da una mirada a sus espaldas al igual que yo. Cuando vemos que los demás siguen en sus mundos, se gira nuevamente. —. Después ya no fue así.

Guardo mi celular en el bolsillo, que hasta ese momento aún lo tenía en la mano, y me vuelvo a cruzar de brazos.

La incomodidad se aleja de a poco, y me siento más liviana a medida que hablamos, como si estuvieramos sacando todo respecto a lo ocurrido.

—¿Por qué ya no fue así?

Veo que toma aire y se pasa la mano por el pelo, ese que tenía tan largo ya, llegándole casi a los hombros. Se humedece los labios y yo hago lo mismo.

—Porque me di cuenta que te pensaba más de lo que debía, Oriana.

Yo igual, quiero decir, porque así fue. Alrededor de un mes no podía dejar de pensar en él, y me abstuve a seguirlo en Instagram, incluso a revisar su perfil. Sabía que tenía que olvidar la etapa de Enzo Vogrincic en España, porque yo había puesto esa etiqueta desde un principio. Era solo un capricho de viaje.

—Y es muy estúpido, pero incluso se me hervía la sangre de saber que Pipe te tenía al lado. Que te podía ver cuando él quisiera, o salieran a cualquier lado porque también es un pibe —Continúa. —. Y yo me quedaba en Uruguay, haciendo proyectos o viajando de nuevo a Europa, mientras pensaba una y otra vez que seguro estabas con él.

Y así fue, Pipe había sido mi soporte para olvidarme de Enzo, y también me sentía mal por eso. Tarde o temprano se lo conté, a él y a Juani, el único que no sabía era Blas, pero todos creíamos que se olía lo que había ocurrido. Feli me dijo que no se lo tomaba personal y que solo se fijaba en que ambos disfrutasemos de los encuentros, fue ahí que ambos aclaramos no querer nada serio.

—Pero, no entiendo, ¿Por qué me decís todo esto ahora?

Era posta, estaba perdida. Creí que Enzo iba a seguir su vida, como yo seguí la mía, por mi propio bien. Había estado con un hombre de treinta años, no era algo que pasaba todos los días, y no iba a estar deprimida por alguien que yo pensaba que no le había importado mucho.

—Yo pensé que no te iba a importar lo que pasó ese día. —sigo, al no obtener una respuesta de su parte.

Se vuelve a pasar la mano por el pelo y da un paso cerca de mí, yo me quedo en mi lugar, atenta a todo lo que hace y dice. Cuando está a un metro de distancia noto un poco su desesperación, y el Enzo de horas atrás, desaparece.

—Estuve con la hija de mi amigo, Ori. Me sentía pésimo —confiesa. —. Pero tampoco podía ignorar lo que me pasaba. Intenté no pensarlo, pero fue casi imposible.

—¡Ori, Enzo!, ¡Ya está la comida! —grita mi mamá y ambos la miramos.

Belu me mira con una expresión casi de espanto, quizás por la cantidad de tiempo que llevábamos hablando. Cuando me centro de nuevo en Enzo, suelta un suspiro y se lleva una mano a la cadera, manteniendo la cabeza agachada.

—Perdón por lo que hice. Ahora lo pienso y me doy cuenta la presión que te puse encima —explico rápido. —. Vos desde un principio no querías, y yo casi te obligué. Perdón por todo, en serio.

Él no me mira a la cara, por lo que decido retirarme en silencio. Paso por su costado casi rozando su hombro, y doy solo dos pasos hasta que siento sus dedos cálidos sobre mi mano. La agarra sutilmente y lo más disimulado que pueda, y ese simple tacto genera un remolino en mi panza. Yo me giro a verlo y noto que sus ojos brillan ante la luz de las estrellas.

—Creeme que no me obligaste a nada, Ori.

Ahora es él quien pasa frente a mí, acercándose a mis papás y dejando un camino de su perfume, ese mismo que me enloquecía siete meses atrás, ahora solo me trae recuerdos. Me quedo solo unos segundos parada ahí, hasta que tomo aire y decido seguirlo por detrás. Apenas me siento, noto la mano de Belu sobre la mesa, haciéndome algún gesto raro para llamar mi atención. Solo le doy una vista a sus ojos y le susurro que después le voy a contar. Veo que intercala su mirada entre Enzo y yo, pero no dice nada al respecto, ya que papá llega con la carne.

A medida que pasa el tiempo, se me hace imposible no desviar los ojos en su dirección, y siento que somos bastante obvios cuando nuestras miradas se chocan más de una vez esta noche.

A medida que pasa el tiempo, se me hace imposible no desviar los ojos en su dirección, y siento que somos bastante obvios cuando nuestras miradas se chocan más de una vez esta noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
• 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐎𝐥𝐝𝐞𝐫 • | 𝙴𝚗𝚣𝚘 𝚅𝚘𝚐𝚛𝚒𝚗𝚌𝚒𝚌 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora