—Mira a quien tenemos aquí —dice una chica de pelo rubio, brilloso y lacio, linda sonrisa atrapante y vestido plateado de lentejuelas redondas ajustado apenas nos acercamos al grupo de Colin. Tiene unas botas altísimas, que la hacen ver más fina—. La chica nueva.
Sonrío cuando todos se fijan en mí. Un interés se deslumbra en sus rostros perfectos como si estuviesen esperándome con ansias.
—Ella es Bridget. —Me presenta Colin como si no pudiese hacerlo yo con mis propias palabras.
—Mucho gusto. Mi nombre es Tanner. —El muchacho alto, de pelo largo y piel tostada de ayer me tiende la mano con agradable gesto. Dudo, porque ya no sé cómo accionar respecto al contacto físico de estas personas, pero acabo aceptando.
No siento nada comparado con lo que siento cuando Colin me toca. Aunque sí una pizca de electricidad que me estremece, solo que esta vez no me afecta; no me sorprende a pesar de que sea lo más raro que me ha pasado.
—Yo soy Clementine —exclama la rubia. Su tono es chillón, se hace notar—, y ella es Thea, la hermana de Tanner.
La chica que está a su lado agita la mano en forma de saludo. Lleva el pelo oscuro recogido en una coleta tan larga que incluso supera el largo de mi propio pelo. Tiene los ojos de un color negro potente que se mezcla con su pupila, son algo rasgados, y su piel oscura combinada con su vestimenta blanca le da un toque veraniego increíble. Además lleva un collar de caracolas y mucha joyería dorada.
—Me gusta tu pelo, es precioso —comenta ella, dándome la oportunidad de suponer que cuida el suyo como si fuese oro.
—Oh, gracias. El tuyo es mil veces más precioso.
Ambas nos sonreímos, hasta que...
—¡No se olviden de mí! —señala una voz varonil antes que pueda responderle a Thea. Cuando ambas muchachas se hacen a un lado, dejan a la vista a un chico más, quien está sentado en el sofá con actitud despreocupada—. Soy Lennox, ¿qué tal?
Me sigo sorprendiendo con los estilos de esta gente. Son maravillosos. Lennox tiene el pelo rapado y blanco, bastantes pircings y lleva un estilo callejero que, obviamente, el resto no tiene, por lo que resalta muchísimo más. Apuesto que, si me encuentro con este grupo aleatoriamente sin conocerlos, creería que viven en pleno Nueva York y trabajan como modelos en agencias fotográficas.
—Un gusto conocerlos —digo y sonrío con mayor intensidad. No confío en absoluto en ellos, sin embargo, me parecen fantásticos si de estilo hablamos. Además prefiero caerles bien, y voy a actuar un poco si es necesario para que no vuelvan a acuchillarme con la mirada como mi primer día aquí.
—¿Te está gustando el pueblo? —me pregunta Clementine colgándose del brazo de Colin como si fuese de su propiedad. Le está coqueteando, no me engañan. Incluso es una de las chicas que ayer estaba sentada a su lado.
—Sí. Es... lindo.
Dudan y se miran de reojo entre sí comunicándose algo que, claramente, no estoy descifrando.
—¿Vienes a la biblioteca porque te gusta leer? —sigue indagando objetivamente mientras da vueltas un mechón de pelo en sus dedos—. ¿O solo a pasar el rato?
—Ambas. Amo leer y también estoy buscando un buen lugar para pasármela bien en estas vacaciones. No quiero aburrirme demasiado.
—Claro, esto es un mundo de libros. —Señala todo el panorama con los brazos entremedio de una risita forzada—. Pero no sé si sea buena idea tomarlo como sitio para pasársela bien.
Esas últimas palabras apagadas dejaron al grupo en silencio, incluso a mí. Todo esto me suena a que no me quieren aquí. Lo presiento demasiado. El problema es que en ningún momento quise molestarlos, fueron ellos los que me unieron a estos grupos raros, o mejor dicho fue culpa de Colin si de ideas hablamos.
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OSCURO GÉNESIS
FantasyBridget Wilson tiene un único propósito este verano: desconectar de los problemas que la separación de sus padres le lanzó encima, y supervisar que su madre sane su marchitado corazón. Con eso en mente, ambas viajan desde Toronto hasta Nelson, Colu...