Me doy la vuelta y me apresuro en volver con mi grupo.
—Se adelanta el plan, a pelear —suelto en voz baja, con tal de que solo ellos tres lleguen a escucharme.
Se paralizan, sin contar a Pierre.
—¡¿Aceptaste la batalla?! —susurra Melanie, abriendo con intensidad los ojos—. No has entrenado, Bridget. ¡¿Estás loca?!
—Conoces a Colin, te hará puré —alienta Jas, luego se pasa las manos por la cara a punto de entrar en crisis—. Estamos perdidos.
—No lo estamos —lo contradigo al sentir la falta de confianza que llevan en mí. No imaginan ninguna buena posibilidad—. Ni siquiera hemos empezado.
—Si empezamos, te comerán viva —responde Melanie.
—Nena... —me llaman.
De inmediato me vuelvo hacia Pierre. Aún no ha aportado ni una palabra. No me toca, se mantiene relativamente lejos, pero viaja a través de mí como lava espesa en un volcán activo. No hace falta más que una mirada indagadora demasiada suya para comprender lo que quiere descifrar.
—Necesitas más que un grupo de cuatro dragoncitos para acobardarme —digo en respuesta—. Dejame hacerlo, Pierre. Por favor.
—No, Brid, no —interrumpe Melanie—. Corres mucho peligro.
De todas formas, no quito la insistencia y el anhelo de mis ojos, no me permito meditar las palabras de la chica. «Por favor», gesticulo nuevamente con la boca. Puedo hacerlo, puedo pelear como una más de ellos. Una persona motivada y persistente es más fuerte de lo que cualquiera podría imaginar.
No me detengo hasta que hago efecto en Pierre, hasta que afirma con la cabeza levemente respecto a mi pedido.
No hace falta más para que Jasper atienda al gesto y se quite la musculosa que lleva, convirtiéndose al instante en dragón. Unas alas blancas nacen de su espalda, resplandecen entre la bruma, mientras sus venas cambian de color progresivamente. Los tatuajes en un dragón son sinónimo de admiración. Jasper lo es ahora mismo.
—¿Qué haces? —chilla nuestra amiga y acusa a Pierre—: ¿Por qué la apoyas?
—¿Disculpa? ¿A quién seguimos por medio bosque, Melanie? —contesta Pierre con los dientes apretados.
—A mí. —Baja la mirada.
—A ti, a nadie más que a ti, así que ni se te ocurra acobardarte ahora.
Pierre se convierte en un dragón en un abrir y cerrar de ojos. A pesar de que nuestra amiga suelta un bufido, se transforma también. Me quedo atónita, aunque no lo demuestro, viéndolos a los tres dragones plateados frente de mí.
Colin y su grupo nos sobrevuelan en círculo durante lo que va de la discusión; sin embargo, casi pego un salto cuando Clementine pasa volando por encima de nuestras cabezas a muy baja altura. Jasper no espera ni un segundo más para abalanzarse sobre ella, ambos impactando contra un árbol lejano.
—Ey —me susurra Pierre, obligándome a volver a él—, ten cuidado, ¿sí?
Afirmo.
—Ya sabes cómo llamarme. —Me planta un beso en la mejilla. Da un salto en el instante en el que Tanner pasa por la misma altura que Clementine, y se cuelga de la esquina de su ala para hacerlo caer metros más lejos.
Melanie planea por la laguna, se frena en el centro y toma impulso hacia arriba, hasta llegar a la copa de los árboles, donde una dragona la espera. Toma a Thea del tobillo y tira hacia abajo.
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OSCURO GÉNESIS
FantasyBridget Wilson tiene un único propósito este verano: desconectar de los problemas que la separación de sus padres le lanzó encima, y supervisar que su madre sane su marchitado corazón. Con eso en mente, ambas viajan desde Toronto hasta Nelson, Colu...