2.9 ADVERTENCIA DE OTOÑO

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2.9 ¿DEBERÍAMOS ROMPER...?

—¿Una salida del campo?

Nick asintió, mientras yo seguía ordenando el estudio. Me moví a recoger unos cuadros y bien alineado se movía junto a mis pasos. —Fuimos uno de los segundos cursos mejores en ventas y decoraciones, están dando premios, ¿así que irás?

—No lo sé...

—Siena, te va a encantar. Dormiremos en carpas, miraremos el cielo estrellado y estaremos más conectados a la naturaleza.

De un tirón jalé las cortinas. —Ahí tienes tu cielo estrellado. —hablé en sarcasmo.

—Ja-ja-ja, qué graciosa. —solté una risita.

—Eso de conectarnos a la naturaleza me suena a mosquitos y problemas.

—Sé que no es obligatorio, pero sería bueno que te distraigas un poco.

Mordí mi labio apretando contra mi pecho un paño. —Sé por qué lo mencionas y...

—Yo también le escribí una carta. —sonrió sacando una de su bolsillo. —Toma.

—¿Cómo lo supiste? —tomé dudosa el sobre marrón.

—Siempre te estoy observando, mi chelo.

—¿Y no te aburres? —hablé tirándole el paño. —No soy tan extraordinaria para ser mirada.

—¿Bromeas? Daah, me encanta la emoción que agregas a mi vida con solo estar ahí. Es como si... como si me impulsaras.

¿Son mis sentimientos?

No puedo alargar esto más, no sabiendo que iba a dolerme el doble. Solo yo acumulaba estos recuerdos con él, y él en un futuro los recordaría, pero Kiah no estaría en ellos.

—Nick, creo que deb...

—Tock, tock... —apareció Harold. —Qué onda viejo, vengo por las tutorías.

Nick arrugó la ceja. —¿Das tutorías?

—De hecho las recibe. —anunció en un místico tono de burla dejando sus cuadernos en el escritorio. Dio una mordida a una barra de chocolate. —Te he visto en el equipo de baloncesto, eres súper cool.

—Ehh, gracias. —habló algo incómodo. —Bueno, sobró aquí, ¿me ibas a decir algo?

Vi de reojo cómo Harold se hacía el descarado fingiendo cinismo mientras silbaba entre labios.

—Iría al campamento.

—¡Genial! —sonrió victoriosamente. —Adiós...

—¿Eh?

Un beso cortó mis labios y me desestabilizó un poco. Varias emociones no tardaron en aparecer.

—Así que, él es el chico.

—No sé de qué hablas...

Me señaló con su barra de chocolate. —No te hagas, Kiah, ay, Dios mío, ¿podré escribir de esto? Lo anotaré en el libro de ideas.

—¡No escribas sobre mí!

—Nah, no te preocupes. Esto pasará en el futuro. —me guiñó el ojo mientras apuntaba algo. —Cierto, tienes que convencer a Elena de ir a ese campamento, los avances aquí en el estudio son geniales pero... —hizo una breve pausa viendo los dibujos de ella alrededor del espacio. —necesitamos avanzar rápido. Para el siguiente festival hay que evitar otro suceso.

—¿Qué suceso?

Él soltó un suspiro. —Es increíble que yo sea el cerebrito aquí.

—¡Oye! Te recuerdo bien que vos tienes más experiencia en esto, aparte que si Siena no tuviera tantos problemas ya hubiera descubierto más cosas.

"HASTA QUE ME OLVIDES."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora