3.3 UN FALSO VERANO

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3.3 ASFIXIANTE

HAROLD / AUGUSTO

Harold Hemerich, la famosa joven estrella, es de todo lo que se ha hablado estos últimos años. Tan vanidoso, enamoradísimo y catastrófico, es como los críticos describen su música. ¿Qué tanta melancolía habrá atravesado para emerger en ese mundo? O, de las tantas incógnitas de la gente, ¿quién es la musa de Hemerich?

Estoy en la boca de todos.

No me sorprende.

Solo duele un poco.

¿No hay un nuevo hit de la estrella?

Parece que el joven brillante no es tan brillante.

Solo es otro niño rico que se cree una estrella de pop.

No lo conocen ni en la esquina.

¡Sus canciones apestan! Ya me sangran los oídos.

Ya nadie hace música de verdad...

—¡AHHHH! —solté un grito todo sudado.

—¡Está vivo! —festejó mamá número dos. —Iré a calentar tu desayuno.

—¿Por qué me echan agua?

Número uno arqueó la ceja. —¿Qué? Ahh, no despertabas.

—Sabes, —pasé la mano por mi cara tratando de acomodar mis cabellos. —las familias normales los levantan con un beso o una canción, ¡no los intentan ahogar!

—Va, va, anotado. Pero muévete que hoy empiezan tus exámenes finales de la segunda unidad.

—¡Y los preparativos de tu otro festival, amor! —gritó doña alegría. Puse una mueca al recordar eso. No pude decidir, así que dejé a Toño encargado de eso. —Cierto, ¿va a tocar tu banda de nuevo?

—No es mi banda, —quité las sábanas de mi cuerpo. —su vocalista estaba enfermo, no obstante, ahora está mejor.

—¿Y como solista?

—Te llamarías Augustito... Augustavo, no, no ya sé ¡Gusss! ¿qué tal?

—Ehhh, —tenía una lista mental larga que sonaba algo grosero, así que opté no meterme a terreno peligroso. —iré a bañarme.

—¡Nuestro hombre está cada vez más grande! ahhh. —soltó un chillido.

☀️☀️☀️☀️

Escupí el jugo que tenía. —¿Quéeeee?, ¿teatro?, ¿estás loco? —le hablé a Toño cuando me entregó el libreto y los papeles que había para audicionar. —Te dije algo desapercibido.

—Eyyyy, cuate, relájate. —pasó la mano por mi hombro. —Hoy por mí, mañana veremos si por ti.

—Si es que llegas aun mañana. —mascullé enojado. Quité su mano que había puesto alrededor de mi hombro. Ya nos encontrábamos frente a la puerta del pequeño salón de teatro. —Ni siquiera te gusta esto.

—No, pero Rinatta estará aquí.

—¿Rinatta...?

—La chica de cabello azul.

Ohh, una de las supuestas amigas de Elena.

Me encogí de hombros y entré sin rechistar. Después de una breve charla y que nos dividieran por grupos, empezaron las penosas audiciones de libreto, las cuales solo consistían en leerlo y dar tu mejor cara.

"HASTA QUE ME OLVIDES."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora