3.9 UN FALSO VERANO

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3.9 ESTA VEZ SÍ

—Hola, buenas noches. Esta canción es muy especial para alguien muy especial. —La divisé frente al público con un deje de tristeza en sus ojos. -Se llama "You Call My Heart..."

Llevame a donde vayas,

Dejaré mis medias en el suelo,

Dejaré mi abrigo cerca para que lo robes,

Esta es nuestra casa,

Este es mi hogar,

Así que deja que lo llamen como quiera,

Que mientras mis paredes se derumbaban,

Sostuviste las esquinas para que no me lastimara,

Y todos nos llamaron mentirosos,

Pero estamos mejor así,

Porque estás tú,

Porque estoy yo,

Porque las rosas crecen entre las rocas,

Y la daga se limpia de la misma forma,

Así que no veo a nadie que no seas tu,

Al menos se que hice algo bien.

Mejor huye conmigo,

No porque te necesite, no porque me necesites,

Solo porque se siente bien.

"Vi cómo en una sonrisa Elena se perdió entre la multitud."

☀️🌺🌺🌺

—¡Qué bueno que llegaste, Augus! —habló la coordinadora cuando mi celular vibró. Era un mensaje de Kiah. —Diego está muy mal y te necesitamos.

—Yo... No puedo, lo siento. —me disculpé tratando de irme de la situación.

—No nos puedes dejar así, estamos todos aquí listos. —anunció dejando ver a todos ya vestidos y al narrador tratando de calmarse. Las personas estaban detrás del telón aplaudiendo y gritando que saliéramos, pero nada de esto se siente correcto, ¿qué si lo es?

—¡Calma, estoy bien! —dijo Diego colocándose su sombrero. —Hay que hacer lo que tenemos que hacer.

—¿Estás seguro? —preguntó algo preocupada la instructora a lo que él asintió. —Todos a sus puestos.

Toño puso una mano en mi hombro y me regaló una sonrisa. —Ve hacer lo que tengas que hacer, yo te cubriré.

—¡Gracias!

Salí corriendo del teatro.

—¿Ese no es Augusto?

—¡Gus! Aquí estamos. —gritó mamá número uno a lo que seguí corriendo aún con más fuerza.

Mi celular vibró y leí los mensajes de Kiah, ellos se dirigirían al primer gimnasio y yo al segundo, me asusté un poco al escuchar los juegos artificiales, ¿no se supondría que iban a ser lanzados más tarde? ¡Y eso que, ¡corre! Corrí hacia el gimnasio como si mi vida dependiera de eso, subí los escalones del montón de escaleras que eran con el corazón en la boca. No la podía perder ahora, sin en un futuro lo hice, ahora no lo haría, lo prometía.

Cuando llegué, una oleada de viento me recibió. La vi ahí parada con la mano estirada al cielo.

—¡Elenaaaaaa! —grité con todas mis fuerzas.

"Mientras sigas hablando, haz que valga la pena."

Ella volteó a verme con una sonrisa. Cuando estaba cerca de ella, las lágrimas empezaron a salir.

"HASTA QUE ME OLVIDES."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora