3.6 UN FALSO VERANO

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3.6 ARTE EN ALMAS ROTAS

—Me gusta esta canción. —habló Elena reproduciendo una canción de Taylor Swift.

—Se escucha bien. —comenté sentándome sobre la mesa del estudio. —Aunque algo melancólica.

—¿La melodía?

—La letra en realidad.

Con sus manos tomó impulso y se levantó de la mesa. —Siempre el que se queda, nunca el que se va. Me gusta la metáfora del arquero y más la frase todos mis enemigos empezaron como mis amigos. Y el lema quién se podría quedar.

Asentí admirándola un poco, como el viento movía su cabello todo desabrochado. —¿Cómo?

—Ya sabes, simboliza cuando eres un desastre de persona, sin cualidades buenas, ¿quién se podría quedar a tu lado a la primera oportunidad?

—Sería un bello cuadro. Deberías pintar algo así. —opiné.

—No, mi arte no es tan bueno para tratar de retratar eso. —comentó mientras se sentaba de nuevo a pintar. —Quizás algún día lo sea.

—Así será.

☀️☀️☀️🌺

—¡Achu! —Elena estornudó una vez más.

—Te daría mi abrigo pero está empapado.

—Creo que correr en la lluvia no fue una buena idea.

—¿No? —sacudí mi cabello deshaciéndome de las gotas en él.

—¡Para! Me estás empapando más. —rió. —Mañana hay clases, Augus.

—No te perderías algo importante, créeme.

—Soy alguien responsable. —se encogió de hombros.

El elevador se sacudió una vez más, eso provocó que nos acercáramos un poco el uno al otro.

—Hace tiempo que no corría en la lluvia. —confesé. —Achuuu. Ayyy, soy muy enfermizo.

—Ya sabes, la próxima evita eso.

Puse mi mano en su mejilla jalandola un poco hacia mí. —Tú no luces resfriada. —Ok, esta bien, lo hacía a propósito. Me encantaba el rojo en sus mejillas y como abría un poco su boca involuntariamente para maquinar una respuesta que no llegaba. —Tomarme una foto te durará más.

Me apartó. —Ya no lo hagas, Augus.

Sonreí. —¿Por? Te recuerdo que dijiste que no me besarías, ¿acaso cambiaste de parecer?

—Yo...

Las puertas del elevador se abrieron y fue ahí donde me tensé. —¡Augusto!

—Ehh, hola. Iré al estudio a trabajar... —antes de apretar el botón, mamá número dos ya había puesto su mano impidiendo que este se cerrara.

—¡Estás empapado! No hay manera. —me atrajo a sus brazos como un pañuelo. —Mira tu carita y nariz, estás rojo.

—Ehh, mi estudiante está aquí y ...

—Oh, criaturita, deben cuidarse de la lluvia. Está decidido, —se cruzó de brazos. —no los dejaré escapar así.

—Pero mamá...

—Iba a hacer una llamada, pero lo haré luego. Tienen suerte de que la comida ya esté hecha.

—En serio, lo siento. —le murmuré a la castaña.

—¿Te gusta la carne? —le preguntó mamá.

—Ehh, sí.

Mamá pasó su mano por su hombro llevándola hasta la puerta de nuestro departamento. —Justo estamos haciendo una barbacoa, de paso Augus te puede prestar ropa, ¿pintas en el estudio? Yo solía pintar cuando...

"HASTA QUE ME OLVIDES."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora