"HASTA QUE ME OLVIDES."

2.5 ADVERTENCIA DE OTOÑO

2.5 HASTA EL 3 DE FEBRERO

—Woaaaa, son hermosas. —habló Ginger a mi lado. Literalmente, el camino de luces de papel que abría paso al festival quedaron demasiado bien. —Sabía que tenías talento, Ena. Oh, no te quedes de vanidosa viendo tu trabajo, entremos.

Asentí dejándome guiar por la pequeña. Ya varios alumnos estaban en los puestos de ventas y otro poco recorriendo las calles del evento. También había varias familias y un poco de bullicio. Ginger, cuando vio que pintaban caritas, no dudó en jalarme nuevamente hasta allá para pintarse una mariposa; luego de comprar una limonada, la pequeña bestia se calmó un poco.

—¿Y Nick?

—Debe estar preparándose para el festival.

—¿Va a tocar?

—Sí.

—Vamos a ver los preparativos. —sugerí. —Debe estar nervioso.

—Por eso mismo creo no deberíamos molestar.... Ok, yo te sigo.

A nuestra sorpresa, ya había gente alrededor del escenario improvisado. Vimos a Nick afinando su guitarra, así que imaginaba que serían el primer grupo en pasar. Este aún no nos veía. Se veía bien con camisa manga larga y una bufanda anaranjada.

—No me ve. —hizo un puchero Ginger a mi lado.

—Estás muy pequeña, por eso debes comer bien.

—¡Yo no soy pequeña! Para tu información soy una adolescente en progreso, —se cruzó de brazos algo altiva mientras compartía esa información. —yo creceré más, pero tú ya no lo harás, chichón de piso.

—¡Oyeee! —regañé aguantándome la risa. La atrapé entre mis brazos mientras la despeinaba y ella daba pequeñas patadas para que la soltara. —Ya veremos eso cuando tengas diecisiete.

—Suéltameeeee.

—Pequeño diablillo.

—Oh, —ambas nos detuvimos al ver lo mismo. —es Ruel. Voy a saludarlo.

—¿Lo conoces?

Ruel estaba en el puesto de atrapar peces con su famosa banda de cabello deportiva. Se veía muy pequeño y para nada imponente como lo recordaba. Me causaba gracia pensar que en unos años estaría atrapado en pañales.

—Es mi compañero de clases. Ya vengo, no tardaré.

—Ve con cuidado.

—Siiiii, tú trata de divertirte sin mí.

—Holi Rodriguez, —una chica que identificaba en mi curso se acercó. —¿vas a ver a los Starlight?

—¿Starlight?

—Sí, son un fenómeno.

—¿Ahí sale Nick?

—¿Nick? No, su banda es la segunda en tocar. De hecho, mi hermano toca en la primera, por eso ando emocionada.

—Oh.

—Espera no te vayas, —habló agarrando mi mano. —quédate. Te prometo que no dan cáncer al oído. Bueno, hace unos meses sí, pero ingresó un chico nuevo. Canta muy bien.

Miré al otro lado a Ginger atrapando peces junto a Ruel, así que me permití quedarme.

—El otoño siempre me da algo de frío, ¿no crees?

—Ehh, sí.

—¡Oh mira, ya van a empezar!

La banda apenas ingresó y el público empezó a aplaudir. Tenían ya una base de fans, por lo cual entendí por qué fueron primeros. El último en ingresar fue el vocalista pelinegro, quien se puso una guitarra acústica y chocó los cinco con el que tenía el bajo.