Gemelas

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Sara

-Entonces tienes una empresa, y trabajo allí porque soy buena en Finanzas? porque no trabajo en otro lado? acordamos eso? estamos juntos siempre? -

Conversaba con Patrick mientras volvíamos de cenar, los niños volvían dormidos en la parte trasera... la cena había sido increíble, mis niños eran de lo más dulces, y si bien Patrick no era muy elocuente, se notaba que se esforzaba por hablar, pero la interacción padre e hijos era increíble, él les hablaba con paciencia, suavemente, y ellos le obedecían de inmediato.

-Tenemos una constructora... es de ambos, eres la mejor en finanzas, si lo hablamos, como todo, lo decidimos juntos... deberías tomarte unos días, me quedaré contigo -

Si bien hablaba serio, lo había observado mucho, y conmigo era distinto... dentro de su imagen de hombre duro y tosco, a veces parecía hasta dulce, pero notaba que solo era así conmigo y los niños.

-¡¡Ay no...no!! mañana deberías trabajar como siempre, yo puedo quedarme en tu casa, necesito encontrarme con mis cosas y los niños, no vas a cambiar tu vida por mí-

Le respondí volteando mi rostro para mirarlo porque soltó el aire de golpe

-Sara... no es mi casa... es nuestra casa, nuestro hogar, y no me siento cómodo dejándote sola, los Smith van al colegio por la mañana, y si me voy estarías sola con Cat hasta el almuerzo -

Entendía que le molestaba, en la cena ví que había arrugado su ceño porque dije " mi casa " a la casa de mis padres y ahora decía " Tú" casa a nuestra casa, pero no era con mala intención

-Lo siento...pero en serio no debes dejar de ir a trabajar, además puedo quedarme con mi hija, tienes miedo que no pueda cuidarla? -

No quitaba mi vista de él... necesitaba ver su reacción, quizás tenía miedo de que me olvidara que ella estaba allí, me miró de costado negando con su cabeza

-Sé que la cuidaras con tu propia vida ... solo después de lo que sucedió, no me siento tranquilo -

Estaba preocupado por mí y me daba ternura, pero no quería que dejara sus cosas solo por mí, no quería que el dependiera de mí, ni yo de él

-No le abriré a nadie que no conozca... eso reduce la lista a menos de diez personas...-

Dije como pensando y el soltó una carcajada que me encantó y me quedé mirándolo cómo tonta.

-Hay seguridad en la entrada, nadie que no sea de confianza llegará hasta la puerta de casa-

Me informo de lo más serio, noté que cuando salimos levantó la mano saludando a un hombre... pensé que solo estaba por las noches, no había prestado demasiada atención antes, pero en casa de mis padres era igual, así que supuse que estaba bien.

-No vas a dejar de hacer tus cosas por mí, yo debo también descubrir que me gusta, que quiero, como soy sin ti, como soy con mis hijos ... Debes entender que muchas veces me siento perdida, es muy feo no saber si quiera como eres o que te gusta, y para eso necesito tiempo para mí-

Ambos hicimos silencio, es como si le hubiese dolido escucharme

-Mis cosas, mi vida son ustedes... el resto no me importa, pero tienes razón, necesitas tiempo-

Me dijo de lo más serio y sin quitar la vista de la carretera

-Necesito tiempo y un teléfono...-

Olvidé RespirarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora