Dolor

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Sara: 

Pasaba el tiempo y no teníamos noticias de Mariam, lo cual me ponía nerviosa. Sabía que Patrick estaba involucrado en algo, pero como estaba embarazada, él optaba por mantener todo en silencio para no preocuparme. Nos quedamos en la empresa con los chicos un tiempo más, ya que Patrick me explicó que así pasaríamos desapercibidos y que nos iríamos, apenas las cosas se calmaran.

Me encontraba en mi oficina con Blanca, quien ya trabajaba conmigo. Esta decisión enfureció a mi padre, ya que rechazó la idea de trabajar en su empresa. Blanca eligió estar conmigo y Patrick. Mi hermana era rápida e inteligente, así que no dudaba de que podía dejarla sola en cualquier momento. Alex también se llevaba bien con ella y la apreciaba mucho. Aunque bromeaba diciendo que tenía el mismo carácter que yo, Blanca era más tranquila y menos impulsiva. Por su parte, Santiago estaba con Patrick y Theo, aprendiendo. Al principio, Theo se negó porque solo quería que mi Grandote ocupara su lugar, pero luego se relajó al entender que Patrick se quedaría varios meses más. Además, amaba a Santiago, a quien le caía estupendamente debido a su carácter explosivo y sincero a nivel Urriaga, como solía bromear Marie.Era jueves por la tarde, estábamos esperando al doctor Finn para mi control del tercer mes de embarazo.

—Es solo un control, no deberías haber dejado a Santiago solo con Theo —comenté, preocupada por la ausencia de Patrick.

Patrick estaba a mi lado, sujetando mi mano y mirando al vacío. Sabía que algo le preocupaba, pero se encerraba en sus silencios. Todo este último tiempo había estado así, y mis intentos por saber qué pasaba en su cabeza solo resultaban en discusiones.

—Se llevan bien, pueden sin mí, primero están ustedes —intenté calmar la situación, pero Patrick seguía en sus pensamientos.

—Será un día complicado, Grandote. Sabes que mis padres y mis hermanas irán a cenar a casa. Quieren hablar con nosotros, y quizás no sea buena idea que estés ahí. Puedo decir que tenías una cena de negocios —propuse, consciente de la tensa relación entre Patrick y mi padre. Sumar más tensiones a nuestra vida cotidiana no parecía la mejor opción.

Patrick, molesto, respondió:

—¿Soy tu esposo y debo irme de nuestra casa por tu padre? ¿También quieres que me oculte? —su mirada de costado revelaba su enfado.

—Porque no quiero que soportes su basura... pero quizás me equivoqué en pensar en ti —respondí, soltando su mano y poniéndome de pie para alejarme un poco, a punto de mandarlo al demonio.

—Tatlı... soy un estúpido, lo siento... estoy nervioso y preocupado por ti y este embarazo, mis actitudes dan asco, perdón.Se puso de pie de inmediato para alcanzarme y envolverme en sus brazos.

—Me está cansado esto, Patrick... me estás haciendo a un lado y eso no va a traer nada bueno. Te amo, pero me estás lastimando a diario con tus silencios.

Este último mes había sido por demás complicado; prácticamente no hablábamos. Si tocábamos el tema de Mariam, era motivo de discusión. Incluso los Smith se habían alejado un poco de Patrick, ya que ya no jugaban con ellos a diario como acostumbraban.

—¿Cómo está mi chica popular? Ya estaba aburrido esta mañana —entró el doctor Finn, chocando los cinco conmigo y saludando a Patrick.

 Finn siempre bromeaba diciendo que era su paciente más divertida, aunque con Patrick era más serio y profesional.

—Hey, Finn... aquí caminando con mis piernas cruzadas para que este niño no se salga.Él rió a carcajadas, y Patrick solo negó con la cabeza con media sonrisa.

Olvidé RespirarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora