Sospechas

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Sara: 

Estaba trabajando sola en mi oficina, sumida en una sensación de cansancio y melancolía. Las cosas parecían estar fuera de lugar; Carol afirmaba estar bien con Max, pero yo intuía que ambos estaban lidiando con problemas y sufriendo en silencio. Intentaban disimular y no compartirlo con nadie. Theo y Marie tuvieron una pelea intensa, lo que llevó a Theo a alejarse y viajar, y Patrick decidió seguir trabajando con Alex hasta su regreso. Mis hermanas estaban en general bien, a excepción de Alma, con quien hablaba una vez por semana y que finalmente había decidido separarse de Javier. En cuanto a la constructora y los niños, todo marchaba genial. Anoche, Cathy nos hizo una videollamada para decirnos que permanecería un año más en Barcelona y regresaría después. Patrick se enfureció al enterarse de que ella se casó con Santiago solo para obtener la ciudadanía, aunque ella le explicó que fue solo un trámite que él no comprendía, así que le prometí que iríamos a verla.

El tiempo pasaba volando, dos años se nos escurrían como agua entre los dedos. Alisson y Justin estaban enormes, y al menos parecía que serían altos como los Smith. Alisson se parecía mucho a Cathy, mientras que Justin recordaba mucho a Patrick; ambos compartían conmigo el color de ojos y de cabello. Mis hermanas aparentaban estar bien, aunque sabía que tenían sus secretos que guardaban para no preocuparme. Lo que sí me preocupaba era mi padre. Blanca me había comentado que lo notaba nervioso; de repente, tenía más socios, pero todos extranjeros. Mi madre no nos decía nada. Todo estaba bastante extraño y eso generaba una atmósfera de incertidumbre en el ambiente.

- ¡Saraaa! Te busca el señor maduro, amigo de Patrick- 

Dijo Blanca mientras estábamos merendando en casa. Yo había ido a ordenar todo en la cocina y sonó el timbre. Apenas escuché sus palabras, rodé los ojos y reí. El "señor maduro" al que se refería era Erick, y Blanca no lo soportaba porque la trataba como a una niña. Cada vez que lo veía, ella lo atacaba o se burlaba de él antes de que pobre Erick pudiera siquiera decir hola.

-¡Baby! ¿Qué pasa contigo?-

La regañé mientras iba a la sala para recibir a Erick.

-Nada. Mejor me voy a hacer cosas de niños, me aburren las conversaciones de los mayores. Te veo mañana, Saruchi. Vendré a cuidar a los Smith... Adiós, anciano. No olvides tomar la píldora, no sea que comiences a sentirte más senil-

Respondió Blanca con una sonrisa irónica, saliendo como si nada, despidiéndose con su mano.

-Te juro que la ignoro lo que más puedo, pero tu hermana es berrinchuda e insoportable, y encima con aires de princesita-

Añadió Erick cerrando los ojos y apretando el puente de su nariz, como reuniendo toda su paciencia.

-Tú tienes la culpa. Tres veces le hablaste, la saludaste diciéndole 'Niña Urriga'. Odia eso. Erick, Blanca no es una niña, bueno, a veces se comporta de esa manera..."

Respondí sonriendo y haciéndole señas para que tomara asiento. Él solo negaba con la cabeza y murmuraba algo en italiano, casi incomprensible.

-Sí... claro, hablando de algo más importante. Tengo algo que hablar contigo, en realidad con Patrick, pero quiero avisarte antes, porque no quiero que creas que te traiciono- 

Comenzó a hablar Erick mirándome muy serio.

-Eres un bruto, terco y de poca paciencia, pero traidor jamás. Habla de una vez-

Añadí sonriendo, tomé aire, porque suponía que lo que seguía no iba a gustarme.

-Anoche, cenando en casa de mis padres, como siempre después de cenar, mi hermano y yo nos quedamos hablando con mi padre, de todo un poco. Finalmente, terminamos hablando de negocios y sus movimientos. ¿Sabes que mi padre tiene una empresa de transportes y un bufete de abogados? Este último lo maneja mi hermano...-

Olvidé RespirarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora