Nada

763 134 79
                                    

Patrick

Habían pasado siete días desde nuestra boda, está era mi última semana de licencia y ella terminaba sus vacaciones de primavera, debíamos volver a nuestra rutina... ella cerca de la universidad y yo en Fort Drum y recogerla los viernes después del mediodía... así hasta que se graduara en Noviembre, mi padre tomo nuestra empresa y se hizo cargo de todo, el primero en preguntarle que hacía allí fue Felipe, a lo cual mi padre le respondió con la verdad, le dijo que lo habían contratado, y como pensaba retirarse definitivamente a los 65, tenía doce años para seguir trabajando, pero por cuestiones confidenciales no podía darle más información, Adam ya había solicitado su retiro, esperaba un mes para cumplir su tiempo de retiro y se unía a trabajar con mi padre, y más adelante lo harían Chris y Michelle, de todas formas mi padre había dejado algo del personal que ya trabaja allí y contrato aparte gente de su confianza, el me informaba a diario hasta que le expliqué que en estos momentos era el dueño y el hacía como le parecía, confiaba ciegamente en él y además en pocos días ya le iba bien,.
Cuando mis amigos se unieran yo había decidido, que todo se dividiria  en cuatro partes iguales, entre mi Padre, Sara, Adam y Chris, mis amigos.

Que paso con Javier?... cómo siempre Kelly y Blanca nos informaban todo, además de Lupe, al parecer su padre se enojo mucho porque no supo manejar la presión ni salvar su empresa, así que le dijo que jamás iba a manejar nada más, por lo consecuente el único que le tendió una mano y solo por Alma, fue Felipe, que lo tenía trabajando para él como un empleado más, aunque mi adorable suegro jamás iba a admitir que su yerno favorito no era dueño de nada, pero según Blanca en privado  había confesado que nunca había pensado que  era un incapaz, por consecuente Javier y Alma se mudaron a Manhattan, dónde Felipe tenía una cede de su empresa, no estaban lejos, pero al menos no a minutos de nosotros.

Estaba en la habitación terminando de cambiarme porque recién salía a de la ducha y pude sentir el olor a café y tostadas, sonreí porque está vez parecía que Sara no las había quemado, me llamó la atención dos frascos de píldoras en su mesa de noche, así que los tome y fuí a la cocina para preguntarle que eran.

- Unas son para mi cabeza y mis problemas de concentración, ya sabes que me quedó ese problemita... si no quieres que me convierta en senil a esta edad no te quejes de ellas, y las otras son mis anticonceptivos -

Me dijo mientras servía el desayuno para ambos de lo más natural y sonriendo, sabía que se distraía rápido a veces, no sabía que tomaba algo para eso.

- Deja de tomar los anticonceptivos Tatlı... estas envenenando tu estómago sin sentido-

Le dije serio dejando los frascos sobre la mesa, mientras me miraba como si estuviese loco y negando con su cabeza.

- Necesitas hacer un tratamiento para quedar embarazada no? entonces esto no tiene sentido... solo metes químicos a tu cuerpo-

Le dije tomando su mano para que tomara asiento sobre mí

- El cual harás o haremos cuando tú sientas y quieras, pero si por algún motivo quedas embarazada antes, cual es problema? y si no yo usaré protección, pero deja eso -

Le dije de lo más tranquilo, odiaba que estuviese dependiendo de píldoras a diario, escuchaba siempre una alarma en su teléfono la cual seguramente sería para recordarle que debía tomarlas.

- Mmm tiene sentido, lo consultaré con mi doctor la semana próxima si? ahora quiero saber que haremos mañana, es tu cumpleaños y no pienso dejar que pase desapercibido, el año pasado no estabas aquí -

Hablaba muy concentrada acomodando mi cabello suavemente con sus dedos.

- Ayy noo... mañana es el último día que estaremos aquí y después volvemos a la locura de ir y venir-

Olvidé RespirarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora