Soldaditos

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Patrick

Desperté con Sara en mis brazos, la miraba dormir y no podía dejar de sonreír, era hermosa, radiante, hasta dormida sonreía, no podía creer la suerte de tenerla, me comprendía, me tenía paciencia y no me presionaba, era alegre e inteligente, fuerte, decidida, y hermosa como nadie... como si fuese demasiado para mí, solo sabía que iba a cuidar de ella del mundo entero si fuese necesario. Mi teléfono sonó y me levanté rápido para no despertarla, apenas eran las cinco de la mañana.

-Qué haces martillo; ¿nos vemos en dos horas? -

La voz de Adam sonaba a qué recién abría sus ojos, comenzábamos a prepararnos hoy y nuestros amigos iban a ayudarnos.

- Mm no creo, quizás los alcance más tarde-

Le dije mientras me servía un café, ni de broma iba a dejar sola a Sara.

- ¿Estás con Sara? que venga, yo estoy con Michelle. Lizzie también ira, al parecer no tiene clases... después podemos almorzar juntos si quieres-

Necesitaba ir, pero no me gustaba la idea de que Sara me viera, simplemente porque prefería mantenerla al margen, como ella decía su imaginación era poderosa y de solo ver se iba a preocupar demás. Lizzy era la novia de Tom y Michelle la de Adam, ambas eran mis amigas también, además de divertidas eran muy buenas mujeres

-Ok, ella duerme, cuando despierte te aviso-

Adam iba a decir algo más, pero sabía que por más que insistiera no obtendría otra respuesta de mí, así que se despidió.

Sara despertó y su rostro era de lo más adorable, su ojitos y labios hinchados, la miraba sonriendo y solo pensaba en controlarme para no hacerla mía en ese momento. Fuimos a ducharnos juntos, Sara era increíble porque por más que yo quisiera contenerme, aunque sea un poco, ella me provocaba para que no lo hiciera, la tomé allí mismo, pero, aunque ella no se diera cuenta me contenía, y demasiado.

- ¿Que tienes que hacer hoy? Tengo clases, pero muy pocas horas, no iré... no tengo ganas-

Me dijo torciendo su boca mientras desayunaba sentada en mi regazo como siempre.

-Tenía que ir con Adam a entrenar, pero tampoco tengo ganas; ¿podemos hacer nada juntos? -

Ella río y giro quedando a horcajadas sobre mi pasando sus brazos por mi cuello

-Nada de eso... vé si tienes que ir, yo esperaré aquí, trataré de ver cómo hace mi cerebro para entender esos malditos números de economía que tanto odio, aprovechare que las chicas se irán en cualquier momento, y estudiaré desde aquí -

Me dijo resoplando molesta lo que me hizo reír. Anoche las escuchamos llegar a todas, yo no me levantes, Sara si, por Kelly, converso un poco con ellas y volvió a la cama, en menos de diez segundos volvió a dormirse.

- ¿Y porque no me dijiste? los números son lo mío-

Le hablaba y me sentía estúpido porque no podía dejar de sonreír, solo apretaba más a mi cintura

- ¿Sabes de economía? en serio? será un alivio para David, porque creo que quiere golpear mi cabeza-

Me dijo de lo más animada, y no pude escuchar más que David.... definitivamente lo mío era enfermedad

- Mi título es de economía y finanzas, ¿ Quién mierda es David? -

Le pregunté serio, ya mi sonrisa se había borrado por completo y mi ceño estaba arrugado

-Un compañero que me ayuda después de clases, te va a encantar es de lo más agradable, acepto que me ayudes después que regreses, ahora vete te esperan-

Olvidé RespirarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora