El ambiente se llenó de tensión mientras nos preparábamos para enfrentar el desafío de pasar 24 horas atados. Cada grupo se organizaba como podía, buscando la mejor manera de adaptarse a la situación. Mientras tanto, Marcos y yo permanecíamos en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos.
— Bueno, ¿cómo vamos a hacer esto? —preguntó Juliana, rompiendo el silencio y mirando a cada uno de nosotros con determinación.
Marcos suspiró, pasándose una mano por el cabello mientras trataba de encontrar una solución.
— Supongo que deberíamos empezar por lo básico, ir al baño y luego buscar algo para comer —sugirió, evitando mirarme directamente.
Asentí con la cabeza, agradecida de que Juliana tomara la iniciativa. Juntos, nos dirigimos al baño, tratando torpemente de coordinar nuestros movimientos para no tropezar con las cadenas que nos unían.
— Nah, es imposible —murmuró Marcos, frustrado, mientras intentaba abrir la puerta del baño sin éxito.
— Tranquilo, vamos a encontrar una manera —respondió Juliana, tratando de calmar los ánimos.
Después de varios intentos fallidos, finalmente logramos entrar al baño, donde nos enfrentamos a otro desafío, ¿cómo usar el inodoro estando atados juntos?
— ¿Alguna idea? —pregunté, mirando a Marcos con una sonrisa nerviosa.
— No mucho —admitió, con una mueca de incomodidad—. Supongo que tendremos que... improvisar.
Con mucho esfuerzo y algo de risas nerviosas, logramos encontrar una posición que nos permitiera cumplir con nuestras necesidades básicas. Era incómodo y vergonzoso, pero también nos unió de una manera extraña.
Después de resolver el problema del baño, nos dirigimos a la cocina en busca de algo para comer. Marcos se mantuvo en silencio durante todo el proceso, evitando cruzar miradas conmigo.
— ¿Estás bien? — le pregunté otra vez, notando su comportamiento distante no se iba.
— Sí, solo... estoy un poco cansado —respondió, sin mirarme.
Sus palabras me preocuparon, pero decidí no presionarlo. Seguíamos atados juntos, enfrentando el desafío juntos, pero algo había cambiado entre nosotros desde el beso inesperado de la noche anterior.
Mientras buscábamos algo para comer en la cocina, la tensión entre nosotros era palpable. Evitábamos tocarnos o mirarnos directamente, como si estuviéramos tratando de mantener una distancia segura entre nosotros.
— Atención, por favor. La prueba se pondrá en pausa en tres horas para que comiencen a prepararse para la gala de nominacion. En cuanto la gala termine, la prueba continuará con normalidad.— Anunció la voz de Gran Hermano.
Admito que respiré aliviada, porque por un par de horas iba a poder estar separada de Marcos y de la tensión tan rara que había entre nosotros.
Lisandro propuso la idea de ir a la pileta y todos estuvieron de acuerdo al instante. La idea de refrescarse después de un día agotador atados unos a otros sonaba tentadora. Sin embargo, cuando llegó el momento de quitarse la ropa y quedarse en traje de baño, las cosas se complicaron.
Los demás participantes luchaban por liberarse de sus prendas, tirando la ropa al suelo con impaciencia. Pero yo me encontraba en una situación difícil, atrapada entre Marcos y Juliana, con ambas manos ocupadas y sin poder liberarme.
La frustración comenzó a crecer en mi interior mientras veía cómo todos a mi alrededor lograban liberarse con facilidad. Intenté luchar por mi cuenta, pero la tela ajustada de mi short parecía estar empeñada en permanecer en su lugar.
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Una vez más, vuelve conmigo. - MARCULI
Fanfic;- donde después de seis meses de terminar su relación como novios, Marcos y Julieta se reencuentran en una cena para conmemorar un reencuentro de ex hermanitos.