Episodio 18 ; After.

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Una vez finalizado el estreno, nos dirigimos hacia un elegante salón ubicado en Puerto Madero para disfrutar del after party. El lugar estaba decorado con luces brillantes y música animada, creando un ambiente festivo y alegre. Conforme llegaban más amigos y conocidos, la atmósfera se llenaba de risas y conversaciones animadas.

— Amiga, tenes todo el labial corrido, donde anduviste?.— Me dijo Daniela entre risas.

Llevé mis manos a mis labios y con uno de mis dedos comencé a limpiar los restantes.

— En ningún lado, debe ser donde estoy tomando en estos vasos.— La miré de reojo, evitando el tema.

— Mmmm...— Entrecerró sus ojos y soltó una risa.— No me mientas a mi, te conozco.

Negué con mi cabeza y cuando iba a contestarle pegue un leve grito al sentir como alguien me tomaba por la cintura de forma inesperada.
Me di media vuelta para intentar reconocer a esa persona y respiré aliviada al ver que era Marcos.

— Me asustaste, boludo.— Dije.

— Tan feo estoy?.— Me respondió bromeando.

— No, no dije eso.— Reí mientras lo golpeaba despacio en la costilla.

— ¿Donde andaba usted primo? Lo perdimos de vista.— Preguntó Romi.

— Estaba charlando con la gente, hay muchos periodistas e influencers que conozco.

Noté como Romina prendió el flash de su teléfono y comenzó a apuntarnos a nosotros logrando que entrecierre mis ojos.

— ¿Qué haces, Ro?

Ella comenzó a reírse con fuerza y nos apuntaba a los dos con su mano.

— Me hubieran avisado que querías empezar a usar labial primo y te traía uno de mi casa, no hacía falta que compartas con Julita.— Se descostilló de risa mientras seguía alumbrandonos.

Enseguida comencé a sentir mis mejillas calientes. No había mentira que justificara lo que estaban viendo.

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Me encontré atrapada en un rincón oscuro del salón junto a Marcos, justo antes de que todos los invitados llegaran al evento. En ese momento de privacidad, donde la penumbra nos envolvía, estábamos solos, él y yo, con el palpitar de nuestros corazones como única música de fondo.

Sin demora, nos dejamos llevar por la pasión que tanto ansiábamos y nos entregamos a un torrente de besos ansiosos y necesitados. Cada contacto de nuestros labios era como un reencuentro con la armonía perdida, un recordatorio de la fuerza de nuestra conexión. Nos abrazamos con fuerza, como si quisiéramos fundirnos en uno solo, y nuestras manos exploraron cada rincón de nuestros cuerpos con deseo y anhelo.

En ese rincón oscuro, el tiempo pareció detenerse. Solo existíamos él y yo, y la intensidad de nuestro amor llenaba cada rincón. Cada beso era una promesa de futuro, un recordatorio de la pasión que compartíamos y la certeza de que, pese a los obstáculos, nuestro amor seguía ardiendo con la misma intensidad que siempre.
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— Que casualidad, no? Los dos desaparecen por dos horas, aparecen a la vez y los dos con restos de labial hasta en el ojo.— Daniela se acercó a mí mientras se reía y pasó su dedo por mi ojo, donde efectivamente tenia labial.

— Justo, posta, de casualidad.— Dije, intentando sonar convincente.

Dani y Romi revolearon los ojos entre risas y me volvieron a mirar.

— ¡Sí habremos escuchado eso, chiquita!.— Dijeron al unísono.

Y si, tenían razón. Mil veces había jurado a los medios que con Marcos coincidíamos en eventos o viajes de casualidad cuando no lo era. Él me invitaba a los suyos, y yo a los míos.
Nos divertía ver a la gente sacar conclusiones e intentar captar alguna interacción entre nosotros cada vez que salíamos de joda juntos, creyendo que eramos tan inútiles de mostrarnos juntos en un boliche rodeados de personas en plena capital.

Una vez más, vuelve conmigo. - MARCULI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora