Después del beso inesperado, el ambiente se llenó de un silencio cargado de emociones. Las miradas curiosas y sorprendidas de los demás participantes nos rodeaban, mientras el eco del momento se desvanecía lentamente en el aire.
- ¡Wow! -exclamó Rosina, rompiendo el silencio-. ¡Eso fue increíble!
El resto de los participantes asintieron con entusiasmo, algunos murmurando palabras de admiración y otros simplemente sonriendo con complicidad. Era evidente que el gesto había capturado la atención de todos, sumergiéndonos en un ambiente de curiosidad y expectación.
Marcos y yo nos separamos lentamente, nuestras miradas aún conectadas en un intercambio silencioso de emociones. Por un instante, el tiempo pareció detenerse a nuestro alrededor, dejándonos atrapados en un mundo donde solo existíamos él y yo.
- Feliz San Valentín, Julieta -susurró Marcos con su voz suave y cálida, ofreciéndome una sonrisa tierna.
Agradecí el gesto con una sonrisa tímida, sintiendo el calor de sus palabras envolverme en un abrazo invisible.
El momento se desvaneció lentamente, dando paso al bullicio y la emoción que llenaban la casa. A nuestro alrededor, los demás participantes se abrazaban y compartían palabras de alegría, dejando en claro que aquel gesto había tocado los corazones de todos.
Mientras nos sumergíamos de nuevo en la atmósfera festiva, una sensación de paz y conexión nos envolvía, recordándonos que, a pesar de los altibajos de la vida, siempre habría un lugar especial para nosotros en el corazón del otro.
Después de aquel momento en el que compartimos un beso inesperado, nos retiramos a nuestro cuarto para descansar. El ambiente estaba cargado de una energía extraña, llena de emociones que aún no habíamos tenido la oportunidad de procesar por completo.
Una vez que estuvimos a solas, la tensión entre nosotros era palpable. Me senté en el borde de la cama, mirando a Marcos con una mezcla de confusión y curiosidad.
- ¿Por qué lo hiciste, Marcos? -pregunté, rompiendo el silencio que nos envolvía-. No esta bien.
Él se sentó a mi lado, pasándose una mano por el cabello mientras buscaba las palabras adecuadas para responder.
- Fue un impulso, otra vez -admitió con sinceridad-. Pero no me arrepiento, Juli. Sinceramente, te extrañaba mucho.
Su confesión me tomó por sorpresa, dejándome sin palabras por un momento. No podía negar que su honestidad me conmovió, pero al mismo tiempo, me dejó aún más confundida sobre nuestros sentimientos compartidos.
- Yo también. -reconocí, sintiendo que la tensión entre nosotros se suavizaba un poco-. Pero eso no justifica lo que pasó. Tenes novia.
Marcos suspiró, bajando la mirada con pesar.
- Últimamente siento que no la amo como al principio. La quiero, sí, pero más como a una amiga -confesó, con la voz cargada de sinceridad.
Negué con la cabeza, incapaz de procesar completamente lo que estaba escuchando. Levanté la vista, encontrando la mirada de Marcos con una expresión de dolor y arrepentimiento.
- Pero eso es lo mismo que hiciste conmigo -dijo, su voz temblorosa por la emoción contenida-. Y aún no puedo perdonarte por eso.
Marcos bajó la mirada, incapaz de sostener su mirada. Sabía que había herido a Julieta profundamente, y que sus acciones tenían consecuencias que aún no habían sido completamente resueltas. En silencio, aceptó la realidad de sus sentimientos y la difícil situación en la que se encontraban.
A los pocos segundos, sentí como comenzó a acercarse a mí con ternura, extendiendo su mano para acariciar suavemente mi mejilla. En un susurro lleno de emoción, me pidió una oportunidad.
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Una vez más, vuelve conmigo. - MARCULI
Fanfiction;- donde después de seis meses de terminar su relación como novios, Marcos y Julieta se reencuentran en una cena para conmemorar un reencuentro de ex hermanitos.