Pov's Julieta
Esta tarde estábamos en el departamento de Bautista, ordenando todo y preparando la casa para las visitas. Era emocionante ver cómo nos organizábamos juntos, y me hacía sentir más cerca de él. Mientras yo limpiaba la cocina, Bautista se encargaba de pedir las bebidas por delivery.
— ¿Qué te gustaría tomar? —me preguntó desde el comedor, levantando la mirada del teléfono.
— Un buen fernet si o si —le respondí con una sonrisa, mientras pasaba un trapo húmedo por la encimera.
— Perfecto, entonces fernet, coca, hielo y algunos tragos más por si acaso —dijo él, volviendo a concentrarse en el pedido.
Mientras limpiaba, me di cuenta de cuánto había cambiado mi vida en tan poco tiempo. Aunque aún estaba en proceso de recuperación, sentía que poco a poco iba reconstruyendo mi identidad y encontrando nuevas formas de ser feliz. Bautista era una parte importante de ese proceso. Su compañía y su apoyo me ayudaban a seguir adelante, aunque todavía tenía miedo de abrirme por completo.
— ¿Necesitás ayuda con algo más ahí? —preguntó Bautista, acercándose a la cocina.
— No, creo que estoy bien, ya casi. ¿Vos cómo vas con las bebidas? —le pregunté, viendo cómo dejaba su teléfono sobre la mesa.
— Todo listo. Deberían llegar en unos veinte minutos —dijo, sonriendo.
— Genial. Entonces creo que en unos minutos ya habremos terminado con todo —le respondí, contenta con nuestro progreso.
El departamento de Bautista era pequeño pero acogedor. Me gustaba estar allí, sentir que estábamos construyendo algo juntos, aunque aún no estuviera segura de lo que eso significaba exactamente. Había algo en él que me daba paz, una sensación de normalidad que necesitaba desesperadamente.
— ¿Sabés? Me gusta verte así, relajada y feliz —dijo Bautista, acercándose para darme un abrazo por detrás.
— A mí también me gusta estar así —le respondí, apoyando mi cabeza en su pecho.
Seguimos ordenando y preparando todo, con la música de fondo creando un ambiente agradable. Mientras él terminaba de revisar la lista de compras, yo limpiaba los últimos rincones de la cocina, sintiéndome agradecida por este nuevo capítulo en mi vida.
Finalmente, todo estaba listo. Las bebidas llegaron justo a tiempo y empezamos a colocar todo en su lugar. Miré a Bautista y sentí una mezcla de emociones: alegría, esperanza y un poco de miedo. Pero decidí concentrarme en el presente, en lo que estaba construyendo ahora, y dejar que el tiempo hiciera el resto.
— Bueno, me voy a cambiar así estoy lista.— Agarre mi mochila donde tenía toda la ropa que había traído.
— Ya te vas a cambiar juli? Falta como media hora para que lleguen los culiados esos, yo diría que tenemos tiempo para estar los dos juntitos.— Noté que comenzaba a acercarse a mí con una mirada pícara.
— Media hora no es nada de tiempo, van a llegar y voy a estar desastrosa.— Dije entre risas mientras enrollaba mis manos por su cuello.
— ¿Hablas en serio?.— Me dio un besito en la frente.— Siempre estás hermosa.
Lo miré mordiéndome el labio y me entregué a sus brazos permitiéndome disfrutar de sus caricias, sus mimos y sus abrazos mientras estábamos recostados en el sillón.
— Bauti, son las diez! Ya van a llegar tus amigos la puta madre!.— Me paré de golpe del sillón.— Ya me voy a preparar, anda poniendo los vasos y sacando las bebidas del frezeer por favor.
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Una vez más, vuelve conmigo. - MARCULI
Fanfiction;- donde después de seis meses de terminar su relación como novios, Marcos y Julieta se reencuentran en una cena para conmemorar un reencuentro de ex hermanitos.