Episodio 14 ; Superación.

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Después de escuchar esas palabras que resonaban en mis oídos como un eco distante, sentí cómo mi mundo se tambaleaba. Un torbellino de emociones me invadió, desde la incredulidad hasta el miedo, pasando por la sorpresa y una profunda tristeza. Sentí que el suelo se desvanecía bajo mis pies y un nudo se formaba en mi garganta, dificultándome la respiración. ¿Cómo podía ser que todo cambiara en un instante de esa manera?

Corrí hacia el cuarto, necesitando desesperadamente un momento a solas para procesar lo que acababa de escuchar. Cerré la puerta detrás de mí, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con brotar en cualquier momento. Todo era una montaña rusa de emociones, y no sabía cómo enfrentar lo que vendría a continuación.

- ¡Julieta, espera! -escuche que marcos me llamaba mientras corría tras de mí, aún en estado de shock por lo que acabábamos de escuchar.

Lo ignoré por unos segundos hasta que senti que golpeó la puerta suavemente, tratando de que lo escuchara del otro lado.

- Julieta, por favor, escuchame. No podes creerte eso, no puede ser real. -su voz sonaba desesperada.

- Si puede ser, hace dos días estabas de novio. Y lo escuchamos claramente. -respondi, con la voz temblorosa tras la puerta.

- Lo sé, pero... No sé. No puedo explicarte, pero no puede ser verdad. No puede ser. No hay posibilidades. - Sus palabras sonaban débiles y poco convincentes, pero algo en mi interior se negaba a aceptar lo que acabábamos de escuchar.

Decidí no contestarle más, porque sentía que me estaba muriendo internamente. El corazón me latía muy fuerte y las lagrimas ya salían de mis ojos de manera incontrolable.

Apreté los puños junto con mis labios y descargué la bronca e impotencia que sentía en mi cuerpo dándole un golpe seco al colchón. Claramente detrás de ese grito estaba la mentira más grande que una casa que me habia dicho Marcos. Probablemente jamás dejo a victoria y entro a la casa solo para endulzarme el oído. Ya lo sabía.

- Ju, hablemos.- Volvió a decir, no se había ido.

Negué con la cabeza sin emitir palabras y me senté en la cama mirando fijamente a la cámara.

- Grande, producción...- Hice una pausa.- Me quiero ir ahora, no aguanto un segundo más acá. Si no me quieren pagar por mi participación estos dos días y me bajan de los debates esta bien, pero yo necesito volverme a mi casa.

Fue lo último que dije antes de agarrar unas cuantas de mis pertenencias con la mano y salir corriendo de esa habitación.
Sin detenerme a pensar, salí disparada de la habitación con unas pocas pertenencias en la mano. Corrí a través de la casa, sorteando a los demás participantes que me miraban con sorpresa mientras atravesaba el largo pasillo hacia la puerta principal. Sin dudarlo un segundo, salí de la casa. Crucé la puerta.

Del otro lado, mis movimientos rápidos llamaron la atención de dos personas que, supuse, eran del equipo de producción. Intentaron detenerme y convencerme de que volviera atrás, pero yo me mantuve firme en mi decisión. Les dije que no, que no podía quedarme, y finalmente me sacaron del estudio.

Me dejaron en los estudios de telefe y paramount donde me esperaba una psicologa.

- No quiero ver a ninguna psicologa, quiero saber si lo que gritaron es real.- Les pedí mientras buscaba mi teléfono entre los cajones de las oficinas.

- Ju..- Apareció Romina detrás de mi, no se que hacia ahí pero estaba en el momento perfecto.

- Romi...- Sentí como mis piernas se aflojaron al verla y me tire a sus brazos dejando caer mis lagrimas otra vez.

Una vez más, vuelve conmigo. - MARCULI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora