Capítulo 39

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Kevin

Mi día comenzó bastante relajado, pero a medida que transcurría, la lista de tareas parecía aumentar.

Tampoco había visto a Norman en toda la mañana así que tomé mi celular para marcarle y preguntarle qué hacía. No hubo respuesta.

Terminé mis pendientes y fui hasta su oficina. Tampoco estaba, cuando le pregunté a su secretaria me dijo que se hallaba en una reunión virtual, con sus socios de China.

—¿Desde cuándo?

—Lleva una hora dentro, señor. Dijo que era algo importante y no podía aplazarse.

—Está bien, gracias.

Me dirigí hasta la sala de reuniones, encima de la puerta, la cámara de seguridad estaba apagada por lo que comencé a incomodarme.

Empujé para entrar y Norman estaba sentado delante del ordenador.

—¿Qué haces?

—¿No lo ves? Estoy en una conferencia. No me molestes, por favor.

Arrugué la frente, me acerqué a ver quién era su interlocutor y para mi sorpresa la ubicación decía Cantón, y el rostro sonrientemente estúpido de su ex estaba en la pantalla, en espera.

—¿Llevas una hora reunido con él? ¿Apagaste las cámaras de seguridad?

—Sí y sí. No veo cuál es el problema. Tú te reúnes con uno de tus admiradores todas las mañanas.

—¿Estás celoso?

—No.

—Ya veo. ¿Te falta mucho ahí?

—Un poco. En cuanto regrese con los resúmenes de las ventas continuamos la conferencia.

Sonreí ante la expresión molesta que hizo. Era como un gatito enfurruñado. Tuve una idea para quitarle el enojo y no incluía nada decente. 

Zafé mi corbata y me colé por debajo de la mesa. Llegué hasta los pies de Norman y los até con la corbata.

—¿Qué mierda crees que haces? En unos segundos estaré en línea.

Lo ignoré, oprimí su paquete y luego lo liberé.

—A este no parece importarle.

—Kevin…

Un sonido después, escuché una voz electrónica. Había comenzado la videollamada.

Comencé a lamer la punta de su glande lentamente. Su cuerpo tembló y le sostuve ambas piernas para que no se deshiciera del amarre.

Está todo bien —el chico al otro lado se escuchaba preocupado.

—Sí, es solo el aire acondicionado, te escucho. Continúa.

Y miró hacia mí, me había dado luz verde. Con ímpetu, introduje todo el miembro en mi boca, me incliné hacia delante para mover mi cabeza mejor

Cada vez que alzaba la vista lo veía luchando por mantenerse impasible, pero sus mejillas se habían coloreado y sus labios estaban temblorosos.

—Pss —lo llamé susurrando —. Como es tu ex, seguro reconoce los gestos que haces cuando llegas. Te sugiero que cuelgues antes de que eso ocurra.

Sabía que no le quedaba mucho, así que comencé a succionar más rápido y profundo hasta que lo escuché terminar la llamada y cerrar el ordenador de un violento tirón. Su esencia había estallado en mi garganta y colocó su mano sobre la frente, riendo.

—Estás loco —me reprochó aun temblando.

—Por tí.

—No tienes remedio.

—Ni quiero —me acerqué y besé su cuello —. No tienes que preocuparte por nadie. Para mi eres solo tú … y lo serás.

We Found Our DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora