Kevin
El sábado en la mañana, decidí visitar y pasar el rato con mi padre.
Habíamos comprado un condominio cerca de nuestra casa y contraté a una enfermera para que estuviese de forma permanente con él y lo cuidara.
Era un testarudo, no quería mudarse a nuestra casa para poder atenderlo mejor y vernos más seguido.
—Ya tienes tu vida propia —me había dicho —. Además, no seas dramático, si nos vemos todos los días. Estoy más que agradecido de que seas feliz y compartas tu vida con alguien como Norman.
Tenía razón, nadie se imaginaba lo agradecido que me sentía.
Ya era de noche cuando me despedí para ir hasta la casa. Tenía muchos deseos de estar con Norman, solos y sin más planes que no fuesen pasarnos toda la noche haciendo el amor.
Cuando abrí la puerta principal, Norman descansaba sobre la isla de la cocina, ambas manos en la cabeza, despeinando su cabello lacio.
Me acerqué con sigilo. Tal vez había sucedido algo y no sabía.
—Nene…
Levantó la mirada en cuanto me escuchó, tenía los ojos hinchados y la nariz roja.
—¿Dónde estabas? Llevo toda la tarde llamándote.
Saqué mi celular del bolsillo, y efectivamente, tenía veinte llamadas perdidas. Lo había silenciado para que no me molestaran del trabajo. Olvidé volver a darle volumen.
—Lo siento, es que lo puse en silencio, ¿sucedió algo?
Me miró con el ceño fruncido, y se puso de pie.
—¿Con cuántos te has acostado sin protección? —me preguntó dejándome fuera de lugar.
—¿Qué?
—Escuchaste bien lo que dije. ¿Treinta? ¿Cuarenta? ¿Cien?
—No es así. No entiendo a qué viene esto. Nunca antes lo había hecho.
—¿En serio?
Me colocó un papel en la cara. Tenía mi nombre encima. Leí hasta que llegué a una palabra de color rojo que decía positivo, al lado de otra: VIH.
Palidecí, mi corazón amenazaba con salírseme del pecho y comencé a temblar.
—Estos son…
—Sí, son los resultados de tus análisis. ¿Sabes qué significa? Que estás enfermo, Kevin y yo también probablemente —y comenzó a empujarme con rabia. Me contuve porque no quería pelear.
—Yo…no sé qué decir. No puede ser. Nunca lo había hecho…
—Quien está seguro de que nunca en su vida lo había hecho soy yo —y me tomó del cuello de la camisa —. Así que muchas gracias, mi vida terminó por completo. Y todo por confiar en alguien como tú.
Me soltó, empujándome contra la pared.
—Arriba están todas tus cosas en una maleta. Te quiero fuera de mi casa.Salió hasta su auto y lo seguí.
—Norman, esto tiene que ser un error. Vamos a… —le tomé del brazo, pero se liberó. Abriendo la puerta del auto.
—No tengo nada más que hablar contigo. Voy a dar una vuelta, cuando regrese no quiero verte aquí.
—Por favor, yo… —enmudecí.
En medio de nuestra discusión, un grupo de enmascarados de repente aparecieron y rodearon el auto.
Me halaron hacia atrás, a Norman le pusieron una capucha negra, impidiéndole ver mientras forcejeaba.
A mí me golpearon en la cabeza, devolví algunos golpes a los que estaban cerca pero luego clavaron una aguja en mi cuello. Todo se tornó oscuro.
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We Found Our Destiny
Romance"No creo en el cliché de que un matrimonio arreglado se convierta en uno real alguna vez". Había dicho Norman cuando definió los puntos de su relación con Kevin, su esposo por contrato. Seguro de sus palabras, pero el destino a veces tiene otros pl...