Capítulo 15

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Kevin

Decidí dejar la celebración del cumple para el fin de semana. Con un restaurante propio, podría hacerlo ahí mismo.

Le hablé a Norman sobre la idea y le pareció bien. Me encargué de toda la gestión y preparé los detalles de esta.

Había culminado el examen que tenía pendiente y era un problema menos. En unos meses me graduaría y podría ser cien por cien independiente.

Todo estaba yendo bien, sin embargo, la atracción que inicialmente sentía por Norman no hacía más que aumentar.

A veces, trataba de mentalizarme por lo que dijo aquella vez, de que no creía que un matrimonio falso nunca sería uno real. Unido al hecho de que ninguno cedería a ser el pasivo del otro, eran cosas que debían repelerme, pero era todo lo contrario.

Había noches en las que moría por cruzar el pasillo, llegar a su habitación y provocarlo hasta hacerlo perder la razón.

Todo el tiempo estaba excitado, de tan solo verlo aparecer con la ropa de dormir me encendía.

Tal vez era el hecho de que no había tenido contacto físico con absolutamente nadie desde aquella noche en la casa de sus padres.No podía, cada vez que intentaba acercarme a alguien más, no me parecía tan atractivo como él y los deseos desaparecían.

Por otro lado, estaba seguro de que en el momento que obtuviese mi título, planificaríamos un divorcio gentil, en buenos términos para cada quien tomar su camino.

Habíamos hablado de eso desde el principio. Debía dejar de pensar en que algo más aparte iba a suceder.

Así que decidí que esta noche me olvidaría por completo de él. Había invitado a varios amigos de la universidad y entre ellos estaba mi próximo intento de olvidar: Harry. Mi gymbro y compañero de clases de francés.

Los chicos llegaron una hora después de que la fiesta comenzara, dejando los regalos sobre una mesa enorme habilitada para ello. Harry se acercó.

—Este es solo un regalo común —dijo al oído cuando me abrazó para luego colocar en mis manos una caja —. El auténtico será más tarde.

Le sonreí, cambié la vista, nervioso, y al hacerlo pude ver a Norman entrar en el lugar. Perdí el aliento.

Usaba unos pantalones ajustados de color negro. Chaqueta de cuero, con un polo blanco debajo. Su cabello, por primera vez despeinado le daba un aire desenfadado. Nunca se había visto tan bien. ¡Mierda! ¿Cómo me podría fijar en alguien más cuando lo tenía a él?

Suspiré y fui a su encuentro.

—Al fin llegas —le dije.

—No encontraba el atuendo correcto. Feliz cumpleaños, otra vez –y me extendió una caja.

No entendía el objetivo si ya me había regalado un puto restaurante, supongo que lo hizo por las apariencias.

Antes de que me diese cuenta, se acercó y me besó en los labios. Enfrente de todos. Rompiendo una de las reglas que había impuesto antes. Eso significaría que... ¿Habría cambiado de parecer? No estaba seguro.

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