Capítulo 12

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Kevin

El domingo tendríamos una cena familiar con los padres de Norman.

Me sorprendía un poco la aceptación de sus padres a nuestra situación. Según tenía entendido, la cultura de esos países era muy estricta.

Aunque en este caso, llevaban casi veinte años viajando a los Estados Unidos y viviendo por temporadas. Me imagino que hayan modernizado sus creencias.

A pesar de que cada vez q alguno de mis tatuajes se asomaba a través de la camisa, la expresión de su madre cambiaba de inmediato.

La casa provisional de los Heng era hermosa por dentro. Tenía un jardín de flores. Aunque de noche no se podía distinguir bien la dimensión, sabía que era enorme.

El hermano mayor de Norman, Liu, era lo opuesto a este. Siempre sonriente y despreocupado, no hablaba de trabajo ni de negocios. Su única preocupación era su hija y el futuro bebé, que venía en camino. Noticia que fue el motivo principal de la cena.

A lo mejor el señor Heng aceptó a cada uno de sus hijos con sus respectivos roles. Liu sería el padre de familia, quien asegurara la descendencia de su apellido. Y Norman el que mantendría a flote sus negocios, haciéndolos cada vez más prósperos y rentables.

La pequeña Durin no se separó de mi lado en toda la noche. Me mostraba sus dibujos llenos de colores y situaciones graciosas. En una de las hojas dibujadas, había una mujer encerrada en una especie de cárcel.

—¿Quién es la chica que está tras las rejas? —pregunté señalando.

—Ah, esa. Es Anh. La novia que tío Norman tenía antes —dijo mientras sostenía todos los lápices de color en sus pequeñas manos.

Me quedé procesando lo que acababa de escuchar. Ya sabía que Norman se había casado una vez antes, lo que no me imaginaba es que había sido con una mujer.

Sobre las once de la noche, todos comenzaban a despedirse para ir a sus habitaciones.

Mantuve mi palabra de que no bebería en la cena, para no dar qué hablar con su familia, pero al parecer Norman sí tenía algunas copas de más.

—Lo mejor será que nos quedemos aquí hoy. Es muy tarde y no deberíamos estar en la calle a estas horas. —Se acercó.

—Claro. ¿Dónde dormiré yo?

—En mi habitación, ¿dónde más? —dijo y comenzó a caminar hasta la parte trasera de la casa.

Lo seguí. Tuvimos que cruzar prácticamente todo el jardín.

Por supuesto, como era de esperarse, la habitación estaba decorada con muy buen gusto, de color negro y blanco.

Todos los adornos perfectamente acomodados y que encajaban perfectamente con la temática del lugar.

—Yo duermo en el sofá, no te preocupes —dije apenas observé que solo había una cama.

—Está bien.  —Me extendió unas sábanas y una almohada. Además de un pijama de algodón.

Ambos nos turnamos para cambiarnos de ropa en el baño. Escuché la cama crujir cuando se dejó caer en esta. Hice lo mismo en el sofá.

Creía que dormiría cómodo, pero mis piernas sobresalían, y no cabía bien porque era muy estrecho. Me removía sin poder encontrar la posición adecuada.

—Puedes venir aquí. La cama es suficientemente grande. Ni siquiera nos tocamos.

Levanté la cabeza por encima del respaldo del sofá para asegurarme de que había escuchado bien. Levantó su mano y me llamó moviendo dos de sus dedos.

We Found Our DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora