♤ Pandora's box ♤
Con aquellas palabras una nalgada impactó en su trasero causándole algo de dolor, un leve ardor, nada que no pudiera soportar, pero aún así soltaba pequeños jadeos mientras contaba y lo peor de todo es que no estaba aprendiendo la lección, pues estar en esa posición siendo golpeado por aquellas fuertes manos solo le provocaba un hormigueo más grande conocido coloquialmente como exitación. Era un sentimiento que se estaba volviendo común para el blanquecino. No fue difícil llegar a los 20 golpes, pues Agust seguía el ritmo aunque no quisiera hacerlo.
- Eso fue rápido, cariño, espero hayas entendido la lección - hizo que se levantará y lo miró de arriba hacia abajo para negar. - ¿Sin entender aún la lección? - preguntó chasqueando de a poco la lengua.
- Lo hice, la entendí - se apresuró a decir. - Perdóneme, amo, en serio lo siento - sus ojos se cristalizaron y una de esos cristales bajó en forma de agua por su mejilla.
- Ven - palmeó su regazo de nuevo y uso aquel tono de orden.
Agust negó. - Perdóneme - su tono sonaba roto. Se sentía culpable muy culpable, como si hubiera cometido un crimen imperdonable. Cosa que no había sucedido ni cuando cometió tal cosa.
- Ven, puta gata - ordenó entre dientes con un tono furioso.
Este le dió miedo al destinatario de estas palabras por lo que no tuvo opción más que obedecer si no quería una golpiza. Se subió a su regazo y limpió sus lágrimas.
- Sabes, no estoy enojado realmente por tu erección, cariño - confesó rompiendo el silencio que se había creado. También proporcionó algunas caricias en los costados de los muslos del pálido dándole un escalofrío.
Agust D estaba aliviado al escuchar eso, su culpa se desvaneció un poco y ya podía dejar de llorar gracias a eso.
- No me enoja que tu hermoso cuerpo reaccione así gracias a mí, eso es realmente grato para mí - sonrió con picardía.
El menor lo miró atento algo avergonzado por sus palabras. Solo Jack lograba hacerlo pasar tan rápido de animo, hasta él estaba sorprendido de sí mismo, pues hace un momento se sentía de lo más culpable y ahora se encontraba abochornado por las palabras de su mayor. Este pudo observar el leve rojizo en las mejillas del blanquecino, eso no era por haber estado llorando, si no por otra razón la cual lo hizo sentir mejor.
- Dulzura... yo sé ahora más que nunca que me deseas tanto como yo te deseo a ti - habló viendo sus ojos. Para Agust aquel tono parecía tan seductor que lo atrapó en un hipnotismo al igual que aquella mirada que lo dominaba por completo. Esas caricias en sus muslos, sentir el tacto de sus fuertes manos contra su delicada piel le gustaba, pero también tenía una sensación agridulce gracias al ardor en sus posaderas. - ¿O me lo vas a negar? -.
- No, señor - contestó decidido, rendido ante su presencia. Sintió su aliento tan cerca del propio que le hizo erizar los pelos de la nuca.
Cada vez la distancia era menos, estaban a punto de rosar sus labios, pero una risa pequeña hizo detener al de tez nivea, para ver fijamente a los ojos del mayor, confundiéndose.
- Pero no podemos - se separó un poco.
- ¿Por qué? - preguntó algo nervioso. No estaba entendiendo la situación.
- Porque aún seguimos atados a ese contrato, no has desobedecido a ninguna regla y por eso no puedo hacer nada, dulzura - explicó.
- Dígame alguna y la desobedeceré si es lo que quiere - propuso el peliblanco con desesperación, estaba desesperado sin duda.
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El juguete del Bufón
FanfictionAgust es enemigo de Jack. Jack logra capturarlo. Por venganza lo someterá a miles de humillaciones de todo tipo al igual que muchas torturas. Principalmente será de estilo sexual ya que Jack piensa que es una forma de dominar a su enemigo. Como los...