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Lo mereces

Las semanas habían transcurrido sin señales de Face y sin poder conseguir una pista por parte del secuestrado. Jack aún así no bajaba la guardia con respecto a ese asunto pues sería demasiado irresponsable de su parte, pero ya parecía que todos sus hombres habían vuelto a lo que se dedicaban antes y no estaban ocupados buscando a Face. Debían estar disponibles en todo momento por si era necesario. Los negocios iban bien y ahora casi siempre se la pasaba con su amante quien estaba más feliz que nunca por pasar tiempo con su señor. Pasaban ratos en silencio mientras se abrazaban, eso al menos era porque fue deseo de Agust, ya que al ganar aquella carrera Jack le había concedido un deseo y este había pedido tener más ratos como esos con su señor a lo cual él no se negó, en cierto modo le gustaba mimar a su menor a veces, aunque no había días tan buenos, uno de ellos era hoy por ejemplo.

El azabache había ingresado a la casa furioso puesto que algunos de sus hombres habían desaparecido sin dejar rastro y eso no era buena señal, por lo mismo volvió a pedir que los buscaran sin tener éxito. Face estaba atacando y no sabía por dónde intersectar. Esperaba que pudieran encontrarlos rápido para darles una tremenda paliza.

Vio al peliblanco ir hacia él, pues había escuchado el sonido de la puerta golpeando, cuando llegó hasta su frente lo empujó con enojo. Agust sabía que estaba furioso desde que la puerta se abrió, pero ya había lidiado con circunstancias de esta magnitud por lo que aunque cayó al piso sobre su trasero se quedó ahí esperando un movimiento del mayor.

— Amo, ¿quiere qué me desvista? — cuestionó mientras desabotonaba un botón de su camisa. El mayor se le quedó viendo sin decir nada, solo con el ceño fruncido. Al no obtener respuesta solo siguió, pues tampoco había tenido una negativa. Desabotonó toda su camiseta y la retiró, iba a seguir con su pantalón, pero un ruido lo hizo detenerse.

— ¿Piensas qué con sexo vas a arreglar esto? — cuestionó con esa expresión con un tono de locura que tenía cuando realmente estaba enojado.

— No lo sé, señor ¿Puedo arreglar esto con sexo? — miró sus ojos.

— No puedes — chasqueó su lengua.

— ¿Puedo quitarle el estrés al menos? — continuó algo avergonzado.

Jack comenzó a reírse por aquello haciendo sentir más apenado a su menor.

— ¿Es lo único que sabes hacer?, entregarme el culo sin que siquiera te lo pida, solo porqué quieres "quitarme el estrés" ¿No será porqué eres una perra necesitada y solo piensas en eso? ¿Te aprovechas de tu señor? — expuso con enojo.

— No es así... yo.. amo, perdón — sus labios temblaron y se sintió un estúpido pensando en que sabía cómo controlar la situación.

— Cállate, seguramente les entregarías el culo también a esos sujetos. Jay Park, Lee HeeSeung... incluso aquel muerto de Park JiMin — su cólera iba en aumento al igual que sus celos no podía contenerlos, la sola idea de que uno de aquellos consiguiera la conquista de Agust le daba miedo perderlo. Y la mención de JiMin le producía cólera ya que había sido un quedante de su menor, no podía con la idea de que fue besado por alguien a quien consideró un amigo. — Pero no debes de hacer eso, pues eres solo mío y de nadie más, ni siquiera de ti mismo — se acercó a su menor para avalanzarse sobre él como un tigre hambriento y enojado quedándose ambos en el piso.

El menor se quedó inmóvil, no le tenía mucho miedo, tal vez una pizca permanecía ahí, pero casi siempre las cosas eran resueltas por medio de sexo y él ya estaba preparado para ello, aunque cometió el error de confiarse. Fue tomado de sus muñecas con una mano y fueron estiradas por encima de su cabeza para presionarlos con fuerza ahí y sus piernas fueron detenidas por las de su mayor. No tenía idea de lo que pretendía hasta que vio aquella navaja que el mayor siempre cargaba. Sus ojos se abrieron en demasía al sentir el filo pasearse delicadamente sobre su piel y al ver eso el bufón sonrió.

El juguete del BufónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora