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Gatito

El azabache llegó a la casa pasadas las 10 de la noche a lo cual Agust pudo suspirar y dejar al lado su preocupación. Recibió a su amo de buena manera, calentando la cena y hasta proporcionándole un masaje después de esta, pues este le había comentado lo estresado que estaba gracias a la falta de uno de sus hombres que había tenido que disciplinarlo y a parte de eso buscar a un grupo de hombres para que se encargasen de perseguir a Face, vigilarlo y vigilar a los dos amigos de este pues todos estaban en posibles sospechosos para llevar a cabo una traición. Agust no dijo nada, solamente lo escuchaba o hacía comentarios pequeños de vez en cuando, no sabía que decir realmente y así era mucho mejor. Jack sintió que Agust lo comprendía a pesar de llevarse 5 años. Esa noche no pasó nada más que dormir abrazados y calmados después de un buen baño, pues aunque Jack parecía estar en celo todos los días, había veces que solamente quería tener a su menor de aquella manera, sabiendo que era de él y solo de él, lo abrazaba posesivamente mientras recibía caricias de su menor en el cabello y el canela ocultaba su rostro en el cuello de este, susurrando unas cuantas cosas antes de caer dormido al igual que su menor que se sentía complacido por aquello. Era incluso tierno en esos momentos.

Jack me llamaba, por lo que tuve que ir rápidamente.

— ¿En qué puedo ayudarle amo? — dije con la cabeza baja al estar frente a él.

— Ayúdame a desestresarme —. Le miré y tenía una expresión seria con el ceño levemente fruncido.

Asentí y me senté en su regazo. Empecé a besarlo. Fui correspondido, también sentí como sus manos tocaban mi trasero y lo moldeaban a su antojo. Sacaba leves jadeos entre el beso, mientras mis manos recorrían los hombros y pecho de Jack.

En un par de minutos ya ambos estábamos desnudos. Me encontraba lamiendo su miembro. Él soltaba jadeos al tiempo que me tomaba de la cabeza y me empujaba más haciendo que me atragántara y sacara lágrimas de mis ojos.

Mm~ — Jadeé ahogado cuando empujó.

Ahg~ más adentro~ — me empujaba tanto que ya tenía sus testículos dentro de mi boca y sentía que no podía respirar por eso, mi baba escurría de los lados de mi boca, recorriendo mi cuello; aún así, seguí lamiendo y chupando para hacer que se corriera. Cosa que hizo después de unos segundos.

— Trágalo todo — ordenó dando una caricia en mi pelo. Asentí y lo tragué todo. — Dije todo —. Lamí mis labios y comisuras. — Buen chico — sonrió. — Ahora limpia lo que provocaste —. Me acerqué para limpiar su miembro tragando todo el semen que tenía; al final, lami mis labios y veía como sonreía con satisfacción. Yo no tenía otra opción más hacer todo lo que me pidiera.

— Ahora en cuatro —. Hice lo que me dijo abriendo mi trasero pues a él siempre le gustaba verme de este modo y siempre me decía que lo hiciera. Sentí como algo pequeño entraba en mí. Jadeé mordiendo mis labios. Me asomé por entre medio de mis piernas y tenía una tipo ¿cola? Era algo afelpado y algo largo. ¿Cuándo había comprado eso?, ¿Desde cuándo lo tenía?.

— Jugaremos un poco antes, gatito — dijo y vi que sus pies caminaban hacia el closet. Yo quedé en la misma posición esperándolo. Cuando regresó me puso un collar con una correa y unas orejas de gato junto con un arnés de cuero duro que se ceñía alrededor de mis pectorales. Lo que me puso ahí fue un plug anal con una cola. Era muy incómodo. Me puse en cuatro patas, porque Jack dijo que los gatos no andan en dos pies. Me hizo maullar en vez de hablar, me hacía gatear por toda la habitación con esa cosa que me hacía sacar algunos jadeos.

El juguete del BufónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora