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Bon Appétit ♤

— Tengo que terminar el pastel, señor — divagó el menor quien después de sacar los panes del horno y ponerlos a enfriar fue acorralado contra la barra de la cocina y ahora en su trasero podía sentir la presente exitación de su mayor.

— Puedes terminarlo después — soltó con un tono seductor contra su nuca la cual se puso chinita al sentir sus manos por debajo de la camisa tocando su torso.

— Debo hacerlo ahora... ah amo — jadeó un poco por aquello.

— Entonces terminalo mientras te lo hago — Dejó un beso en su hombro. Una de sus manos se dirigió a su botón y la otra por debajo de su pantalón acariciando su erección por encima de la ropa interior.

— No... no podré concentrarme — volvió a usar ese tono exitado.

— Podrás y si no, solo déjalo para más tarde — siguió insistiendo al tiempo que dejaba besos en su hombro y nuca.

— Por favor... espere — suplicó, pero no estaba muy seguro si quería que se detuviera. Jack podía leer sus verdaderos deseos y por lo mismo dejo caer su pantalón y ropa interior dejándolo libre de la parte posterior.

— Tú solo haz el pastel, cariño... haz como que no estoy aquí — sonrió pues sabía que eso era imposible. Quitó su camiseta, la última prenda para dejarlo completamente desnudo.

Agust D aunque avergonzado intentó seguir haciendo el betún del pastel decidió que haría chocolate con amargo pues pareció gustarle más a su mayor. Realizó aquella cubierta mientras recibía besos en su espalda, cuello, hombros al igual que caricias relajantes que le ponían nervioso, su mayor no había sobrepasado el límite, cuando pensó que en este momento estaría siendo brutalmente embestido. Incluso había terminado de hacer el betún. Ahora solamente tenía que cortar los panes y decorar el pastel.

Pero no se podía, no podía seguir ¿Por qué? Porque ahora sentía la polla dura de su mayor entre su durazno. Esta se deslizaba de arriba hacia abajo, el mayor parecía estar fingiendo embestidas pues sus testículos daban duramente contra su carnosa voluptuosidad.

— ¡Mmh!~ — gimió con sorpresa.

— Sólo sigue en lo tuyo, dulzura — su lengua se paseo por el helix de su oreja para luego morderlo.

Aah~ — soltó apretando sus puños pues sentir aquello lo estaba desesperando, claramente ya era evidente que él también tenía una necesidad presente en este momento. Por lo mismo abrió más sus piernas y curveó su espalda recargándose un poco sobre la barra de la cocina. Era una clara invitación la cual Jack estaba encantado de tener entre sus manos por ende se prepararía bien para dicho evento.

— Espera un poco más, pequeño, te prepararé — avisó.

El peliblanco le dedicó una mirada de súplica, como diciéndole con la misma que se diera prisa. Todavía quería jugar un poco con él, por lo que viendo a todas direcciones lo que captó su atención fue el chocolate derretido que había sobrado, se inclinó haciendo jadear al pálido esperanzado por alguna intromisión cosa que no sucedió y lo desanimó un poco, aunque esa tristeza duró poco pues fue remplazado por un sentimiento de sorpresa al sentir el helado líquido que ahora bajaba lentamente por su espalda.

Jack mientras vertia el chocolate podía ver como este mismo se deslizaba por la espalda pálida del menor, pero había un chorro que mantenía la delantera y era el que se deslizaba por en medio del hoyo de la columna, esa curva que lo volvía loco con solo verla, era tan erótica, no sabía realmente porque pero lo hipnotizaba.

El juguete del BufónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora