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Mi señor por siempre

El cuerpo del pelinegro de desplomó en el suelo pues había sido embestido de manera violenta por el rubio quien lo había apuñalado con una katana bastante filosa que había tomado de su gran almacén en el calabozo. La katana le atravesó el pecho desde el centro de la espalda y terminó saliendo en el centro del pecho. El bufón tosió sangre en el suelo aún vivo y eso le dio oportunidad a JiMin de descansar un poco ahí en el suelo. Agust cayó al suelo y gritó con dolor para empezar a llorar por lo que había visto.

Para el responsable de aquel acto no fue suficiente y por lo mismo tomó la Katana para sacarla de su lugar y así poder golpear al tipo responsable.

— ¡¿Por qué?! — repetía al tiempo que las lágrimas salían. Su tono sonaba en furia pura, rencor y tristeza inmensa. — ¡¿Por qué le hiciste eso a JungKook?! — más golpes en su rostro.

Al conseguir las llaves del sótano se adentró a este y buscó la puerta correspondiente. Estaba emocionado y muy ilusionado. Cuando abrió la puerta se adentró y sintió un horrible olor a sangre. Encendió el foco del lugar después de encontrar el interruptor y su cara se llenó de horror al ver la imagen que pintaba el paisaje. Era horrible y por lo mismo las ganas de vomitar y llorar se hicieron presentes.

El cuerpo sin vestimenta de aquel pelimarrón estaba colgado de unas cadenas, tenía múltiples heridas en todo el cuerpo las cuales parecían infectadas. Tenía varias quemaduras de tercer grado también que se veían bastante asquerosas, pues no habían recibido tratamiento adecuado. Igualmente mantenía en su cuerpo varios moretones, pero a parte de aquello su cuerpo estaba muy delgado a comparación de como era antes. Se veía casi como un esqueleto. Lo más importante de todo es que no respiraba, no se movía... estaba muerto, probablemente había muerto de hambre y por el confinamiento sin sol, ni el exterior.

Se acercó rápidamente al cuerpo se este y lo bajó con cuidado para mantenerlo entre sus brazos. No le importaba si estaba su cadáver hecho un desastre, no le importaba manchar su ropa, solamente quería volver a tener nuevamente a su amor en sus brazos. Lloró y lloró mientras abrazaba delicadamente el cadáver de su amante. Mientras lo hacía también pensaba en la persona culpable de aquel acto tan atroz a la cual no le importó dejarlo morir y vivía sin culpa alguna, ese maldito psicópata. Debía matarlo. Debía cobrar venganza al respecto y eso es lo que haría.

Cuidadosamente dejó el cuerpo de JK en el suelo para ponerse de pie. Tomó lo primero que encontró que fue una katana larga y filosa. Limpió sus lágrimas y transformó su mirada de triste a sed de venganza sin brillo alguno para tomar camino hasta el bufón.

Jack lo tomó de la cintura y en un movimiento rápido pudo librarse de él. Tosió más sangre, al mismo tiempo que esta salía por su pecho. Estaba arriba de aquel sujeto quien lo veía con una mirada tan profunda como si con ella fuera a asesinarlo. Un simple apretón en el codo y fue lo que lo hizo caer inconsciente. El bufón pudo suspirar gracias a aquello, ahora lo más importante sería ir con Agust, luego podría encargarse de aquellos dos.

Se levantó y caminó hasta su menor quien lloraba en el suelo y al notar que su mayor se acercaba lentamente se puso de pie y salió corriendo hacia él.

— Amo, amo — llamó felizmente y aliviado pues pensaba que su mayor había muerto.

Al tenerlo cerca lo abrazó sin pensarlo y eso lo hizo quejarse, por lo que se apartó un poco.

— Perdón, amo, es que estoy muy emocionado de que esté bien — sonrió.

— ¿Cómo está tu ojo? — preguntó el azabache rápidamente.

El juguete del BufónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora