31

101 15 8
                                        

Un viejo conocido

Una explosión se escuchó del lado derecho de su casa por lo cual ambos se sorprendieron en demasía pues no esperaban aquel estruendo y por ende Jack salió de Agust para ponerse el pantalón que estaba tirado junto a sus interiores.

— Vistete, dulzura, iré a ver que pasa — dijo mientras se ponía la camiseta y salía de ahí con algunas cosas más en la mano que terminó de ponerse en el camino.

Primero antes de salir tomó un arma y varias granadas para estar listo ante cualquier enfrentamiento y salió para ver que pasaba.

— ¡¿Qué te pasa, Face?! — exclamó con furia al ver al provocador de la explosión y el derrumbe de un poco de la estructura.

— Sólo quería llamar tu atención — contestó con tranquilidad. — No ibas a salir si no hacía un estruendo... parecías ocupado — acusó con algo de molestia al ver algunas marcas en su cuello y el cabello desordenado al igual que su ropa.

— Lo estaba, no es oportuno que te aparezcas en la casa de otros sin avisar y más si sabes que no eres bienvenido — parecía estarle dando un sermón sobre la etiqueta.

— Lo siento, pero no soy como WH, no me importan los modales —.

— Uh, que niño tan maleducado — se cruzó de brazos aunque sólo se estaba burlando.

— Como sea, no vine aquí para que me des un sermón, vine aquí porque tienes algo que me pertenece — gruñó con los brazos cruzados.

Jack levantó una ceja. — ¿Algo que te pertenece? Eso debería decir yo, te robaste a muchos de mis hombres, así que ¿quién le debe qué a quien? — encaró.

— No te debo nada, ellos se vinieron solos a mí porque estaban cansados de ti y nunca estuvieron de acuerdo contigo — explicó. — Así que no te debo nada, en cambio tú si —.

El azabache apretó sus dientes en enojo. — Es raro que digas que JK es de tu propiedad, si lo quieres está en el sótano — apuntó hacia atrás con su pulgar.

— Gracias, pero no vengo por JK, vengo por Agust D — corrigió dejando sin palabras al bufón.

¿Por Agust? ¿Por SU Agust?, esto tenía que ser una muy, muy mala broma. Ellos no tenían relación alguna, solo trabajaban juntos anteriormente, pero ahora ni siquiera tenían contacto, ¿Por qué decía que era de su propiedad? No tenía sentido, Agust D ya tenía dueño y era nadie más que él. ¡Todo el mundo lo sabía!.

— ¿Con que te drogaste? — cuestionó con algo de furia.

— No soy de drogas, y no tomé nada que me hiciera delirar, Agust D es mío desde antes de que fuera tuyo — aclaró sin oerder su posición.

— ¡JA! Si como no, seguro será que te lo repetiste tanto que te lo creíste, pero él es mío y él lo puede confirmar — se regodeó tomando su arma. — Así que, deja de decir estupideces si no quieres una bala en el trasero — amenazó con semblante serio.

— No estoy diciendo estupideces, si no quieres aceptarlo es tu problema, pero ya esperé demasiado tiempo por él y él por mí — suspiró. — Y ya preveía la batalla contra ti, estoy preparado para eso, por lo mismo no traje a nadie, pues esta pelea es entre tú y yo — lo miró hacia los ojos aunque tuviera la máscara.

— ¿Qué él esperó por ti? No me hagas reír, seguro ni sabe quien eres, eres un don nadie, retirate si no quieres morir — ya se estaba empezando a irritar de escuchar tantas estupideces.

— No voy a morir, no seas tan engreído y no soy un don nadie — sonrió. — Sí quieres háblale para que veas como no soy un don nadie para él — retó.

El juguete del BufónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora