♤ Una novela de terror ♤
Agust D se encontraba en el sótano, estaba atado por el cuello y por sus muñecas que estaban detrás de su espalda con grilletes y cadenas. Se sentía aturdido. Llevaba algún tiempo ahí colgando, esperando, esperando tal vez a que esa grillete en el cuello lo librara de su tormento, pues el pelinegro dijo que volvería con algo y eso no era para nada bueno. Eso pudo confirmarlo cuando vio varias pirámides de madera, algunas eran gruesas con un pico pequeño y algunas eran más alargadas pero todas conservaban el filo de la punta. El peliblanco estaba algo confundido y eso su verdugo lo notó.
— ¿Sabes para qué son? — preguntó mientras se acercaba. El menor negó. — Entonces lo descubrirás pronto — sonrió para empezar a romper la camisa del pálido.
— Espera, no puedes hacer eso — rápidamente el pálido alegó con terror.
— Puedo, mientras no te toque, debiste ser más específico con las cosas que querías, cielo, dijiste sin contacto físico y mi vista no cuenta como un contacto físico — se defendió mientras seguía haciendo su trabajo, que era desnudar al peliblanco quien forcejeaba y pedía que parara.
Al terminar su labor, se detuvo y miró al pálido, miró su cuerpo esbelto que ya estaba libre de las marcas de sus golpes, dejando ver una piel lechosa similar a la porcelana, junto a ello unos botones un poco rosas salmón y en las zonas más oscuras se podía ver un café claro. Se veía perfecto, desvió su mirada hacia abajo para apreciar sus piernas, esas piernas esbeltas, pero algo rellenas de los muslos más arriba de ellas se encontraba la zona íntima de este que no parecía ser muy cuidada ya que estaba cubierta por pelo. Eso tendría que ser arreglado luego. Dio la vuelta y pudo mirar la parte trasera de aquel muñeco, su espalda mantenía aquella línea de la columna, la siguió hasta llegar al final, hasta dos círculos de carne de gran tamaño. Jack quedó maravillado por todo lo que veía. Sin duda, Agust era como un muñequito de porcelana bien manufacturado, un muñeco caro de colección que debía ser guardado en una vitrina. Pero a él no le gustaba guardar las cosas, por ello no lo haría, jugaría con él hasta romperlo, luego lo armaría de nuevo con pegamento y se repetiría el ciclo hasta que no sirviera más para desecharlo.
— Eres una maravilla ¿lo sabías? — halagó al tenerlo de frente.
La mirada de Agust era furiosa y estaba combinada con algunas lágrimas de vergüenza y miedo, estar desnudo frente a un pervertido como Jack no era nada grato, le hacía sentir vergüenza y suciedad, como si solo la mirada de este lo tocara, dándole escalofríos en toda la columna. Quería taparse, no quería estar tan vulnerable ante él. No quería que siguiera, pero eso no era decisión suya, sino de su verdugo y este no parecía querer parar.
Aquel bufón tomó una cuerda y fue hasta su víctima para tomar su pierna y doblarla hasta su pecho. Agust tembló al igual que sus ojos.
— No... no puedes tocarme — pudo defenderse.
— Claro que puedo, ya lo estoy haciendo — sonrió para tomarlo de la otra pierna y abrir las dos aunque desde esa altura no tenía mucha vista a la parte posterior de su menor.
— No puedes, déjame, Jack... déjame — se removió con desesperación mientras sus lágrimas bajaban.
— Shhh — Puso su dedo índice sobre los besos contrarios. — Vamos, muñequito, no te estoy haciendo nada aún para que llores — apartó su mano para tomar su mejilla y limpiar las lágrimas que salían. — Te haré algo para que de verdad llores, así que sostén tus piernas de este modo — ordenó sosteniendo las piernas del menor contra su pecho.
El menor no sabía si valía la pena obedecer, ya estaba siendo ultrajado sin siquiera haber desobedecido una orden ¿Por qué tenía que seguir sus órdenes?.
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El juguete del Bufón
FanfictieAgust es enemigo de Jack. Jack logra capturarlo. Por venganza lo someterá a miles de humillaciones de todo tipo al igual que muchas torturas. Principalmente será de estilo sexual ya que Jack piensa que es una forma de dominar a su enemigo. Como los...