🕷𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 19🕷

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𝐑𝐞𝐜𝐮𝐩𝐞𝐫𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐁𝐞𝐚𝐭𝐫𝐢𝐳

-¿En verdad creíste que podrías esconderte del chorro negro para no pagarme?-
Era un tipo alto, morocho, toda su ropa negra y tenía un sombrero grande.
-Es que eso fue hace mucho y...-
-¿Hiciste un trato con El charro negro?-habló la pequeña.
-Sí, lo hizo- dijo acercándose -Y el muy cobarde pensó que evitaría pagar llevando este ojo de venado- dijo destruyéndolo -Entonces, ¿Tú eres Beatriz, su hija?-
Hablaron un poco y el charro negro agarró la niña y le sacó el alma.
-Gracias, Leo San Juan. Quizá deberíamos trabajar juntos. Hacemos un buen equipo-este chifló y se abrió un portal adelante suyo, de ahí salió un caballo, todo negro y sus ojos brillaban.
Nos acercamos a la niña.
-¡Espera! Quiero hacer un trato contigo- hablo Leo, tú lo miraste sorprendida.
-¡No! Yo no hago tratos con niños-
-Tú no sabes quién soy yo. Vencimos a la Llorona, a la Nahuala-
-Sé perfectamente bien quiénes son. Te voy a hacer un favor, Leo. Me iré por donde vine- este estaba por entrar.
-¡Te apuesto mi alma!-
Te levantaste sorprendida y cambiaste hacia él enojada.
-¡Leo qué dices!-dijiste agarrándolo de la cuellera -¡Acuérdate de lo que dijo la gitana!- ahora lo sacudiste, este te miró y volvió a ver al hombre.
-Pero si yo gano, devuelves la de Beatriz-
-¿Devolver el alma de Beatriz?- se rió -¡Uy! Pues, eso ya no se puede. Ya me la llevé- este miró para arriba y volví a ver a Leo -Ya sé. ¿Por qué no van ustedes a mi casa... Y la tomas?-
Leo miró su mano y tú también la viste, este tenía una línea negra, te asustaste temiendo por la vida del chico.
-De acuerdo-
-¡Perfecto! Entonces, allá los espero. ¡Arre!- y entró al portal.
-¡Te lo dijimos, chisguete!-
-¡Rupertino!¡Rupertino! ¿Qué pasó aquí? ¡Beatriz!¿Qué pasó?-
-Vino el charro negro. Finalmente me encontró. No quiso mi alma. Se llevó la de mi hija-
Las manos te temblaban, ahora te sentías mal. -Nosotros podemos salvar a su hija- hablo Leo. -Espero que no estés hablando en serio, chisguete-
-Claro que está hablando en serio-dijiste tú.
-¡Ay! ¿Y yo que tengo que hacer aquí? A la mitad de nada con extraños-dijo alejándose enojado. -Leo, tu hermano tiene razón esta vez-lo miraste y te volvió a ver -Ayudemos a esa chica, pero después... Tratemos de no volver a esto-
-MJM, te parece si... Hablamos después?-
-Sí, seriamente después hablamos-dijiste mirando el portal, esa actitud le dio un poquito de miedo a Leo.
Estábamos mirando el portal y de este salia un poco de viento.
-¿Qué te crees? Cambié de opinión. ¿Creyeron que los iba a dejar solos, chisguete, cuña? Por supuesto que no. Los voy a acompañar para sacarlos de ahí-
-No Nando, no puedes ir-
-Claro que puedo ir-empujó a su hermano de broma -Para eso soy el hermano mayor. Vamos a ir a los 3-
-¿Para qué quieres ir?- pregunto Leo -¿Para estarme diciendo que no sé hacer nada bien?-
-Sí voy...-
-¡Leo, ____, qué bueno que lo encuentro!- apareció Teodora -Tienen que ayudarme, porque estoy hasta el copete de las calaveritas. No sé qué dicen pero como que quieren decirme algo-
Nando estaba embobado por Teo -¿Que?¡Nando!- hablo Leo.
-¡Y después dice que la fiebre me afectó!-dijiste con una sonrisa.
-Míralas, míralas, ahí vienen- se acercó Teo y nos dio vuelta, estas nos saludaron.
-Yo siempre tengo que estarte salvando- grito Nando y se empezaron a pelear.
-¡No puede ver un maldito segundo que no se peleen!- gritaste cansada.
Nos empezamos a pelear y luego Teodora empezó a gritar también.
Sin querer Rupertino se chocó con Nando entrando al portal, Nando agarró la mano de su hermano, Le agarró de la muñeca a su novia, y _____ agarró el pie de su amiga.
Entrándonos todos de una.
Caímos en distintos lugares.
-¡Ay!¡Mi espalda!- gritaste, habías caídos en unas plantas y una se había enganchado con tu remera, pero los pinchos traspasaban.
-¡____!- grito Leo corriendo hacia ti -Yo te ayudo, solo aguanta- se tiró para adelante para ver cómo se enganchó la remera.
Agarró la planta con cuidado, desenganchando la remera, cayéndote al suelo de la cara.
-¡Uy!- dijiste levantándote.
Leo se agachó enseguida nervioso, desde que el viejo llegó sintió como ______, ha estado un poco enojada con él.
Te levantaste y te limpiaste la camisa, Leo limpio tu pantalón con una risa nerviosa, suspiraste y viste a Leo.
-Leo...-hablaste seria.
-¿S-Sí?-habló sin pararse, seguía agachado. -Escucha-te agachaste para verlo en la cara, pero no te miraba -No quiero sonar mala, pero lo que estamos haciendo está mal- dijiste susurrando -Ya metimos la pata hasta el fondo... La gitana claramente dijo que no volvamos al Inframundo. Estoy muy preocupada por ti, por esa línea de tu mano-
Este te miró.
-¿Creíste que no me iba a dar cuenta? ¡Leo en serio! Yo quiero seguir viviendo y quiero que el resto de mi camino, estés tú a mi lado-
Este te miró a los ojos, miro tus manos y luego al suelo, sin saber que decír.
-Tú tienes a tu abuela, a Nando y a mí. Incluso a mi padre y a mi hermano-
-Yo entiendo que no querías venir _____, pero tenemos que ayudar a ese hombre. No les hice caso a ti y a Nando y se llevaron el alma de ella, tengo que hacer esto-
Lo miraste, cerraste los ojos y te levantaste, te diste la vuelta dandole la espalda, pusiste una mano en tu boca.
Leo se levantó rápido y puse al frente, dándose cuenta que estabas llorando.
-¿Po-Por qué lloras, _____?- dijo poniéndose nervioso.
-N-No quiero que mueras Leo... Tú eres mi todo Leo-
Este te miro sorprendido, en realidad, los dos estaban en peligro.
-Yo tampoco quiero que mueras, ____... Acuérdate que te dijo que si entrabas al Inframundo una vez más... La fiebre te matará- dijo acercándote a ti y te abrazó.
-¡Cuña!¡Chisquete!-se acercaba Nando, te soltaste del abrazo y te limpiaste la cara.
-¿Qué?-preguntaste.
-¡Pues! Vámonos-
Teodora estaba agarrada de Nando, los miraste y sonreíste pícara.
-Che Nando- hablaste mirándolo.
-No digas nada- dijo ignorándote y caminó, te tapaste la boca y te empezaste reír, los seguiste, Leo se puso a tu lado y agarra tu mano.
Caminamos hasta llegar a una casita.
-¿Qué onda con su pavimento?- háblo Teodora -¡Pisé caca de caballo!-
Te pasaste reír.
-¡De qué te ríes, _____!¡No es gracioso!-
-¿Y ahora? ¿Qué asuntos los traen a ustedes por acá?- hablo un tipo en la entrada de la casita. -Vinimos a ver al charro negro-
-Ah, ¿Sí? Pues, a mí no me dijo nada. Así que mejor regrésense por donde vinieron-
-No, no, no- hablo Teodora acercándose -Tengo los pies hinchados de tanto caminar y el pelo se me está enchinando por el calor. ¡Así que mejor ve y avísale al patrón que ya llegamos!-
-¿Qué?¿Qué?¡Chamaca grosera!- sacó una soga, le estaba por pegar.
-¡Teodora!-corriste hacia ella y la abrazaste, está con mucho miedo te abrazó.
Pero alguien detuvo eso, era El charro negro. -Rosendo, ¿Qué maneras son esas de tratar a mis invitados?-
-¿Invitados? Ay, caray. Pues avísame para la otra, patrón. Estas tierras son bravas y ya que el Chuy se escabechó aquellos intrusos-
Se escuchó mini rugido, todos nos dimos vuelta viendo a una extraña criatura que llevaba una carroza.
Esta paró y nos miró, nos pusimos nerviosos, hasta Nando se desmayó, y Teo te abrazó más fuerte, quedándote sin aire.
Y esa criatura se fue.
-Es buen muchacho, patrón Es mi ahijado-
-¿Dónde está el alma de Beatriz?-
-MMM...-se dio vuelta y nos guió dentro de la hacienda -Todos en esta vida queremos algo. Es la naturaleza del ser humano- para ser una hacienda en el Inframundo. Estaba bien decorada que digamos, tenía rosas por todos lados.
-Que sufre mucho porque nunca está contento con lo que tocó vivir- _____ estaba al lado de Teodora, por las dudas si le pasaba algo, el charro negro arrancó dos rosas y las olio -Señoritas- nos las dio.
-¡Guau!¡Qué romántico!- dijo Teodora.
-Gracias- dijo _____ sin ninguna emoción.
Esto claramente molestó a los dos jóvenes, Nando por Teodora y Leo por _____.
-¿Tomaron nota?- hablo Teodora ya caminando y entramos adentro.
-No es por presumir ,pero a mí la vida, me ha dado mucho- cuando entramos vimos muchas pinturas -Para dar y regalar todo lo que me pidan-
Estas pinturas eran muy inquietantes, pero la que te llamó mucho la atención, era la pintura que estaba al lado del Charro Negro.
Esta tenía un caballo negro, y arriba de este, se encontraba un chico, pero era borroso su cuerpo.
En la mitad de la sala, tenía unas cosas que se usan para experimentos.
-Y a ver... ¿Qué es lo que quiere la gente?-hablo cerrando una botella y desapareció, apareció al lado de una estantería con muchas botellas -Poder. Dinero. Lujos- se reía -¡Tonterías!- desapareció de nuevo
-¿Para qué?-se escuchó en todo lugar -Si de cualquier manera todos vamos a morir y no vamos a llevar nada. ¿Verdad, mi amigo?- habló atrás de Rupertino y camino hasta donde estaban las cosas.
Estuvo hablando un rato, nos dio la condición que iba a volver el alma de Beatriz a cambio de que vayamos a buscar un par de cosas en una feria que tiene ahí.
-Tienen hasta antes que cante el gallo- Leo miró a Rupertino, los dos nos miraron a los 3 y Nando y yo aceptamos.
-¡Vamos!-
-¿Y mi celular?-
-Recuerden, hasta antes de que cante el gallo-

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𝑆𝐼𝐸𝑀𝑃𝑅𝐸 𝐴 𝑇𝑈 𝐿𝐴𝐷𝑂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora