🎀𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 39🎀

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𝐓𝐚𝐫𝐝𝐞 𝐝𝐞 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚𝐬

Ella miraba cómo comías el helado en silencio, te miraba con una sonrisa.
-Entonces, ¿Estuviste por 5 años afuera de Puebla?-
-Sí, estuve en la casa de mi tía, por parte de mi madre- la miraste.
-Mjm, me contó tu papá. Lo siento mucho si tu y tu papá se pelearon por nuestra relación-
____ sonrío -No no nos peleamos por su relación, al contrario, yo acepto que estén juntos. Lo que no me gustó fue que no me visitó-

-Te entiendo cariño- te acomodo un mechón atrás del pelo, se te quedó mirando con una sonrisa -Me gusta mucho tu pelo, tiene muchos rulos- dijo acariciando tu pelo.
Tu sentiste cosquillas en la espalda. Es la primera vez que una mujer te acaricia así -Gracias, a mí también me gusta mi cabello. A mí me gusta tu pelo. Es lacio, te queda muy bien el peinado-
La mujer era castaña, tez blanca, sus ojos verdes y su carácter era tranquila.

La mujer feliz acarició su pelo -Gracias bella, algunas veces me cuesta cuidarlo y más los días de humedad-
Se rieron las dos juntas -A mí también, y cuando me levanto tengo el pelo así- le mostraste con tus brazos.
-Y cuéntame... Tu papá me dijo que un momento te fuiste para ayudar a personas, ¿O me equivoco?- te miraba con una sonrisa tranquila. -Ammm... Hace mucho fue, después de vencer a la Nahuala, Sochimilco pidió nuestra ayuda.
La mía, la de mi novio Leo San Juan y Fray Godofredo-

-Sí escuché algo sobre eso. ¿Cómo vencieron a la Llorona? Ya que fue muy difícil-
-No solo nosotros la derrotamos, fue con la ayuda de nuestros amigos amigos. Quiénes se llama Teodora, Xóchitl, Alebrije? Don Andrés y unas calaveritas de azúcar. Todo ellos son fantasmas-
-¿Ven fantasmas? Bueno, yo conocí a Leo San Juan por varios niños ,que le decía miedoso, pero de ti escuché algunas cosas-
-¿Ah, sí? Pobre de mi Leo, siempre le hicieron burla-
-Sí, pobre chico. Pero ahora está todo nombrecito-

Dijo golpeándome con su codo -¿Cómo es eso de que son novios?- me miró con una sonrisa pícara.
Yo me sonroje y jugué con mis dedos -Nos hicimos novios en una fiesta de Guanajuato. Pero terminamos cuando estaba en el pueblo de mi tía, pero de casualidad él fue porque tenían que dar unas cosas y fue ahí cuando nos encontramos. Cuando pasó el tiempo nos dijimos mutuamente que ninguno nos superamos, luego de unas horas volvimos- le contaste.

-Wow. Qué vida increíble tienes, ____. Llena de aventuras, romance y terror- la miraste con una sonrisa.
De hecho, tenía razón, y eso que le contaste la mitad de las cosas.
-Sí... Es un lío mi vida, señorita-dijiste.
-No me digas señorita. Dime María-dijo apoyando su mandíbula en sus manos y sus codos en la mesa.
-Está bien, María-
-Cuéntame más de tus aventuras. Me interesa lo de terror-

Fue ahí cuando le contaste todo lo que te pasó, desde que te fuiste de Puebla, la primera vez. Ella abrió la boca de lo sorprendida que estaba, alguna veces miraba atenta lo que decías, escuchó cada palabra que salía de tu boca.
En un momento se pararon y salieron de ahí, cuando estaban en camino a tu casa se encontraron un asiento.

-¡Mira! Sentémonos ahí- dijiste y corriste hacia el lugar.
Ella te siguió y se sentó.
-Entonces, ¿al ver que el viento imponía sus planes, qué hicieron?- te miró dudosa.
Tu mirada se agrandó y miraste al suelo, recordando ese momento.
-Al ver que nada funcionaba, Nando ató con una soga Leo y yo le di un puñetazo en la panza a Nando, agarrando la dinamita y... Me tiré del barco-
La chica se sorprendió al escuchar eso, te miró de arriba y abajo.
-¿Y-y cómo sigues aquí?- te tomó los cachetes y miro tu cara.
-Los chaneques me revivieron- dijiste con los cachetes apretados.

La chica suspiró, se quedó mirando a la adolescente.
-Hay algo que no te dije- dijo está cerrando sus ojos.
____ la miro dudosa -¿Qué cosa? Sabes que puedes contar conmigo- dijiste tomándole las manos.
Está miró el agarre -Yo soy... ¿Cómo decírtelo? Una curandera, bueno más o menos, también una gitana... Uso magia blanca- dijo mirando para todos lados -Me gusta la magia-
Tú quedaste sorprendida cuando te dijo eso, igual no tenía cara de hacerlo.

-¿Mi papá sabe?-
-Sí-
-No tienes cara de ser todo eso-
-Eso porque lo disimulo- dijo guiñando un ojo -La florería me ayuda-
Y cómo dijo ella, tiene una florería, y también dijo que tiene un hijo de 19 años.
-Es fascinante, por fin tengo a alguien que le puedo preguntar varias cosas- dijiste sonriendo. -Yo... Yo te diría que... Siento tu aura, es de color blanco con mezcla de un poco negra- dijo esta poniendo sus manos en los hombros de la menor -¿Acaso cuando estabas allá, hiciste brujería?-
_____ trago nerviosa, miro sus manos.

-Sí... Es que... Los quería ver-
Ella entendió, te digo un abrazo inesperado...
Todo a tu alrededor se detuvo, tu corazón empezó a acelerar, sentías ese cálido abrazo cuando una madre abraza a su hija...
Sí ya saben que estuvo 5 años con su tía, pero no es lo mismo.
En un momento la viste de costado, recordándote los abrazos que te daba tu madre, aceptaste el abrazo sorprendida por la ola de emociones, esta se separa de ti.

-Pero lo bueno, es que ahora los podés ver-
-Sí...- dijiste con la misma emoción.
-Bueno, está anocheciendo. Será mejor que te lleve a tu casa- se levantó y tú también. Caminaron hasta tu casa, cuando tu padre abrió la puerta, saludaste a María y entraste sin ninguna emoción.
Cuando llegaste a la sala te sentaste en tu sillón, mirándo a la nada, tu padre entro después de saludar a la mujer.
Fue hasta donde estabas tú y te miró con felicidad.

-¿Y? ¿Cómo te fue? ¿Te cayó bien? ¿Hablaron? ¿De qué hablaron?- cuando vio tu expresión, la emoción se le borró -¿Q-qué sucedió?- se sentó al lado tuyo.
-Ella... Ella me abrazó- dijiste pasando tu mano por tu pecho -Y... Me hizo acordar a mamá-
El hombre miró con una sonrisa, puso una mano en tu espalda -Yo sé que algunas cosas que que hará María te harán recordar a mamá... Pero-
-Sí ya sé, ella no está aquí- dijiste mirando al otro sillón -Me cayó bien. Es muy piola, me agradó- dijiste mirando con una sonrisa.
Tu padre feliz puso un brazo en tus hombros y te trajo hacia él, abrazándote.

-Me alegro mucho, mija- aceptaste el abrazo. Cerraste los ojos por un rato, cuando lo abriste te sorprendiste al ver a alguien que no esperabas ver...
Tu mamá estaba parada adelante de la ventana, mirando con una sonrisa el abrazo, cuando vio que abriste los ojos asintió con su cabeza.
En tus ojos aparecieron brillos, después de mucho tiempo no la habías visto, entonces sonreíste y asentiste.

Tu padre se separó del abrazo y se levantó.
-Se me ocurrió una cosa. ¡Dile a Leo y a Nando que si quieren venir a comer!- dijo yéndose a la cocina -¡Cocinaré unos tacos!- lo seguías con la mirada.
Te diste vuelta enseguida, para volver a ver a esa mujer. Pero había desaparecido.
Entendiste lo que quiso decir, una lágrimas se escapó, con un dedo la secaste y te levantaste, dispuesta a llamar a los hermanos para que vengan a comer.

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𝑆𝐼𝐸𝑀𝑃𝑅𝐸 𝐴 𝑇𝑈 𝐿𝐴𝐷𝑂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora