🕷𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 20🕷

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𝐋𝐚 𝐟𝐞𝐫𝐢𝐚

-Recuerden, hasta antes de que cante el gallo. ¡Ni un minuto!-se reía -Y tú... _____... Ten cuidado donde te metes, querida-
Escuchaste eso nerviosa, Leo te vio preocupado, seguiste corriendo sin importarte a lo que te dijo.
Cuando llegaron pararon, todas las luces se prendieron, mostrando todas las carpas.
-¡Un ajolocornio! Vamos, ¿Si?- hablo Nando acercándose, un cuchillo sé que lavó al lado de su cabeza y después otros 3 más.
-Bienvenidos a esta feria- al ver a la mujer te sorprendiste -En este lugar todo el mundo encuentra lo que está...-hablado mientras nos daba unos papeles -Buscando-
Un dolor de cabeza se hizo presente, pero tranquilo, tomaste la Leo de la mano y lo apretaste fuerte, llamando su atención.
-¡Guau, orugas! En The post había una espa así. ¡Vamos!- agarró la mano de Nando y se lo llevó. -Bueno, nosotros tres- dijiste mirando el papel. -¿Qué sucedió ahí, _____?-habló Leo mirándote. -Esa mujer... Te acuerdas el francés que nos encontró en Guanajuato?-
-Sí, y?-
-El quería revivir a su amada... Esa era la mujer, Leo-
-¿E-En serio?-hablo nervioso.
-¿Cómo que la quería revivir? Si recién la vimos- hablo Rupertino a mi lado.
-Estamos el Inframundo, seguro vamos a encontrarnos a personas muertas que nos enfrentamos- dijiste rascándote la cabeza.
-¿Te duele?-
-Sí, solo un poco-
-¡Pásale, pásele! Y pruebase a sí mismo en el juego del hombre. El tiro a blanco.
Gane premios, excelentes recuerdos. Juege y gánese el favor de las damitas-
Rupertino sacó el papelito y vio, en ese juego se encontraba una Gema que quería El charro negro, decididos entramos, caminamos un poco pero casi Leo y yo nos caímos a un lugar alto, pero no agarró el mayor.
Queríamos irnos, pero cerraron la puerta y nos dimos vuelta asustados al sentir que algo grande se nos acercaba.
¿Quién era? El francés de Guanajuato.
-¡Ves, te dije!-le gritaste.
-¡Contra la pared, Leo, _____!- Rupertino nos empujó, disparó y Rumpe se escondió, nosotros también, atrás de unos muñecos de plásticos que servían para disparar.
Las balas rebotaban y pasaban cerca de nosotros, Rumpe nos señaló la Gema y comenzamos a correr, todos los patos que habíamos pasado bajaban por los disparos.
Me colgué de un pato que subía y Leo también, justo cuando iba a avanzar, el pato de adelante fue disparado y el de atrás también, quedándonos expuestos.
-¡Ey!- gritó Rumpe llamando la atención del francés.
Nosotros aprovechamos esa oportunidad y nos colgamos de otro pato, el hombre disparó el pato de Leo, cayendo en un cuadro donde había mucha muñequitos de madera, le disparó activando esto.
Viste cómo le iba a disparar a Rupertino, te bajaste del pato y saltaste hasta un palo que estaba suelto y con tu pie chocaste el sombrero de un mono de juguete y escupió agua, el francés salió volando.
Leo saltó al lado tuyo y vimos a Rupertino que se distrajo con unas muñecas que bajaron y bailaron.
Te tapaste la boca riéndote, Leo al contrario lo miro más serio.
-¡Pst!- lo llamó, el mayor lo vio y Leo le señaló las gemas.
Este reaccionó y salió corriendo, cuando agarró la Gema, se estaba por caer al suelo, pero me agarré del pato y Leo agarró mi brazo para atrapar a Rupertino, y lo hizo.
La gemas soltó unos rayos de azul y nos volvimos más grandes. cayendo al suelo y afuera del juego.
Leo y yo caímos parados, pero Rumpe no, así que Leo lo ayudó, pero se quejó cuando le tocó la mano donde tenía la línea.
-¿Y esto?- la mano de Leo se estaba poniendo oscura y la línea se extendió por todo el brazo. -¡Leo!- dijiste nerviosa.
Leo no me vio, miró al suelo, te pusiste a comer las uñas por los nervios.
Empezamos a caminar, le pusiste la mano en la espalda y a lo lejos vieron a sus amigos.
-¡Leo!¡____!¡Qué bueno que están aquí!- hablo Nando feliz, Leo solo se quejó -¿Y ahora?-
-No tengo nada, estoy bien- habló mirándonos. -¡Muéstrale!-
Leo se levantó la manga y les mostró.
-¡Ay!¡Guácala!-
-¿Consiguieron su recuerdo?-
-¡Obvi!- y nos lo mostró -¿Y ustedes?-
-También- Rumpe se lo mostró.
-¿Qué dice tu boleto?-
-"La lotería"-
Leo camino acercándose a la carpa -¿Vamos? ¿Qué esperan?- se dio vuelta y entró, suspiraste y entraste corriendo atrás de el.
Abriste la cortina y Leo entró y lo seguiste, cuando nos profundizamos más una luz se prendió y se escuchó una risa.
-Bienvenidos al juego de la lotería-salió un esqueleto -Y hecho el tiro ya no entra nadie. Comienza el juego- todo lugar empezó a temblar, agarraste a Leo por las dudas, él te miró y miró al techo.
Algunas maderas del suelo se cayeron al vacío y luego las otras, cuando se cayó la madera donde estabas, te agarraste de la punta de la madera y miraste asustada al vacío, Leo y Rupertino te ayudaron a subirte.
-G-Gracias- dijiste.
-"El gallo"-
Miramos dudosos, justo atrás de nosotros se escuchó un cacareo de un gallo, miramos al suelo, letras aparecieron mágicamente arriba de los cuadrados que quedaron de maderas.
-El gallo, ¡El gallo!- Rupertino empezó a caminar para acercarse al gallo, el animal empezó a caminar.
-¡Ash!¡Qué asco!-hablo Teodora acercándose a este animal, debido eso, la gallina empezó a picarle la cabeza.
-¡Aquí! Lo tengo, lo tengo- lo agarró del cuello. -Ponlo donde dice "gallo"-
Cuando lo tiró, el espacio que había, apareció madera y había un dibujo de una gallina.
-"La sandía"- estas no eran sandías normales, tenían brazos, piernas, ojos y boca, uno vino corriendo para atacar a Leo, lo viste y te pusiste adelante y lo pateaste, cayendo al vacío.
-"La botella" "El Apache"- un hombre nos tiró 3 flechas, pero las esquivamos, justo en ese momento una sandía saltó a la cabeza de Leo, intentaste sacarlo pero justo el apache corrió hacia ti.
-¡AAAA!¡CORRELE!-dijiste empujandolo y empezó a correr, aprovechaste y agárraste la sandía que se encontraba en la cabeza de tu novio y se lo tiraste al hombre cayendo, de espaldas al suelo.
-"El diablo"- vieron como los Rupertino se asomó para ver, porque escuchó algo, nosotros también estábamos cerca y vimos algo rojo.
Este salió y junto a él salió un esqueleto.
-"La muerte"-
Seguimos renegando con algunas sandías, una estaba mordiendo tu brazo y otras las pierna. Leo también te empezo a ayudar.
-"El valiente"... "El mundo"-
Sentiste como Leo se te tiró encima y cayeron en uno de los cuadrados.
-¡Leo!¡_____!- Nando se tiro para agarrarnos justo a tiempo.
Leo te tenía de la muñeca, en el otro brazo tenías a la sandía que estaba molestando Leo, esta se empezó a mover y la soltaste sin expresión, Teodora quiso agarrar la mano de Nando, pero una luz apareció y lo soltó.
Sentiste como caímos, pero algo te agarró fuerte y volvimos arriba.
Me pude soltar del agarre y me di cuenta que era Nando mamón, tenía muchos músculos.
Te mordiste el labio para no reírte en la mitad de la situación.
Nando se enfrentó al diablo, a la muerte y el apache, luego las sandías se enfrentaron al mundo y una se tiró.
Terminando el juego, nos dio el amuleto y salimos de ahí.
La última que quedaba era la casa de los espejos.
-El gallo está por cantar-
Todas las luces se estaban apagando y Leo se quejó una vez más, te acercaste y viste su mano, estabas muy preocupada.
-No pues, felicidades, pues- habló El charro negro y apareció -Ya lograron lo más difícil. Solamente les resta recoger el último recuerdo-
Nando, Teodora y Rupertino agarraron los objetos ya obtenidos, avanzaste pero Leo te lo detuvo, te miró y nego con la cabeza, estabas por decir algo, pero camino hasta El charro negro.
-Vamos, termina lo que comenzaste- y entró al lugar, nosotros también intentamos entrar pero El Charro lo prohibió y quemó los objetos, sorprendídos retrocedimos, se reía.
-¡Es una trampa!- y El Charro desapareció con un tornado, después todo se empezó a prender fuego y el lugar cambió a uno feo.
Escuchamos unas respiraciones agitadas -Nando, _____. ¿Leo? ¿Dónde está Leo?- grito Xóchitl.
-Está ahí adentro-
-¡Es una trampa!- se fue corriendo a la puerta, intentaste ir pero un dolor de cabeza apareció, era muy fuerte, esto te hizo caer al suelo.
-¡______!- gritó Alebrije agachándose a tu altura. -N-No te preocupes por mí, ayuda a los demás, Alebrije- hablaste dolorida y te quejaste.
-______...- dijo nervioso.
-L-Leo...-dijiste preocupada por él, justo en ese momento escuchaste el gallo como canta.
Te soltaste del agarre y renga caminaste hasta la puerta, Xóchitl, Teodora y el otro Alebrije te miraron y se preocuparon, estás pálida.
-¡Leo!-gritaste-¡Leo!-golpeaste la puerta con tu puño, desesperada seguías gritando el nombre de tu novio y todos los otros empezaron a copiarte.

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𝑆𝐼𝐸𝑀𝑃𝑅𝐸 𝐴 𝑇𝑈 𝐿𝐴𝐷𝑂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora