Conquista a mi hija || Dahmo

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Tal como la señora Kim lo había pedido, Momo se encontraba afuera de su casa a las 7 de la mañana del día martes, había mandado un mensaje la noche anterior luego de haber acabado con su demandante turno, y justo cuando la mujer mayor estaba por perder las esperanzas de que Momo realmente aceptara su propuesta esta última le envió un mensaje preguntando por su dirección.

Momo mentiría si dijera que no estaba nerviosa, no sabía qué carajos haría, ¿intentar seducir a una chica por dinero? Eso era una completa locura.

Sin embargo, tuvo que detener sus pensamientos cuando la señora Kim le abrió la puerta.

—Pero qué puntual, me agrada esa actitud— La señora Kim felicitó a Momo antes de dejarla entrar a casa.

—Buen día, señora— Saludó la más joven.

—Buen día, chica, ¿lista para comenzar?— Preguntó la mujer con una sonrisa.

—Exactamente, ¿qué hago aquí tan temprano? ¿Su hija no está en la escuela?

—Ella no necesita ir a la escuela, estudia desde casa— Aclaró la adulta con naturalidad.

—Entonces, ¿ni usted ni ella salen de casa?

—Por supuesto que lo hacemos, cada fin de semana salimos juntos a almorzar, pero entre semana solo mi esposo sale a trabajar mientras yo me quedo haciendo mi trabajo desde casa y cuido de Dahyun— Explicó la adulta preocupando un poco a Momo, pues entre más explicaba la mujer más podía darse cuenta de lo sobreprotegida que estaba la joven Kim.

—Entonces, ¿cómo me acercaré a ella? Supongo que ahora está en su habitación tomando clases— Apuntó al notar que la casa parecía estar vacía a excepción de la mujer frente a ella.

—Así es, pero el plan es este, tienes que hacer como que estás limpiando la casa y a las 8:30 entrarás a su habitación para "limpiar"— Hizo comillas con los dedos —Tiene su primer descanso a esa hora, así podrá conocerte, además, le dije que tendríamos una nueva empleada en la casa, por lo tanto, no será nada extraño para ella verte ahí, ¿tienes alguna duda?— Preguntó la mujer al notar el rostro confundido de Momo.

—Creí que sería su secretaria, no su sirvienta— Soltó sin más la menor al escuchar las indicaciones, ¿limpiar la casa? Ni siquiera limpiaba la suya, ¿por qué debería hacerlo en esta?

—Te dije asistente, no especifiqué, además, ni siquiera eres nada de eso, recuerda que solo estás fingiendo— Le recordó mujer mayor mientras rodaba los ojos.

Y Momo volvió a sonreír.

Entonces hizo lo indicado, o bueno, simplemente se la pasó dando vueltas por la casa hasta que dió la hora del descanso de Dahyun, entonces tocó la puerta de la habitación que la señora Kim le había indicado y al escuchar un "pase" entró con una escoba.

—Hola, soy Momo, la nueva empleada— Saludó la japonesa.

—Hola, soy Dahyun— Respondió la menor sin despegar la mirada de su libro.

Y Momo se sintió ignorada ante eso, se supone que Dahyun debía mirarla y caer enamorada para que ella pudiera cobrar su recompensa, pero, ¿cómo lo haría si Dahyun la ignoraba? Entonces intentó llamar su atención barriendo cerca de donde la menor estaba, pero esta movió su silla de ahí para darle libertad a Momo de barrer.

Así que la mayor comenzó a perder la paciencia, ¿por qué Dahyun estaba tan concentrada en su tarea cuando era su hora de descanso? No lo sabía, pero lo que sí sabía era que debía romper el silencio y olvidar que era introvertida si en verdad quería cobrar su recompensa.

Pero justo cuando iba a hablarle la escuchó soltar un bufido y aventar su bolígrafo sobre su escritorio.

—¿Estás bien?— Preguntó la mayor al ver la notable frustración de la coreana.

—No, este libro es demasiado confuso.

—¿De qué es?

—Es de japonés, ¿y sabes qué es lo peor?— Preguntó Dahyun al parecer bastante estresada.

—No, ¿qué es lo peor?— Momo preguntó sonriente al conseguir una pequeña plática con la menor.

—Que yo estudié japonés hace unos años atrás, tengo un japonés fluido, pero los libros de la escuela son tan confusos— Alargó la penúltima palabra tirando la cabeza hacia atrás.

—Yo soy japonesa, puedo ayudarte si quieres—Se ofreció la mayor agradeciendo a la vida por hacerla japonesa.

—¿De verdad?— Dahyun regresó a su postura con emoción al escuchar aquello.

—¡Sí!

—Entonces, ¿Me podrías decir a qué se refiere esta frase de aquí?— Preguntó la menor entregándole su libro a Momo.

—Claro, veamos— La mayor tomó el libro para comenzar a leer —Kana, kami, kana, kanamisan— Comenzó a trabarse al leer.

Y Dahyun no pudo evitar reír.

—Perdón, estoy un poco oxidada— Momo soltó una risita nerviosa —¿Qué dice aquí? Kyoto toto, Kyototon, kyoto.

—¡Tokio!— Dahyun gritó explotando en una carcajada ante el intento de lectura de Momo.

—En efecto, tu libro está muy confuso— Momo se rindió devolviendo el libro a Dahyun.

—¿¡Verdad que sí!?— Dahyun estuvo de acuerdo intentando nuevamente descifrar lo que decía su libro —Bueno, muchas gracias de todas formas— Agradeció la más joven antes de volver a colocar sus auriculares para dar inicio su siguiente clase.

Entonces Momo tomó su escoba y volvió a salir de la habitación algo aliviada de al menos haber tenido una corta plática con Dahyun.

Y regresó al primer piso sintiendo la mirada pesada de la señora Kim esperarla en la cocina.

—¿Se conocieron?— Preguntó la mayor recibiendo un asentimiento como respuesta —¿Qué tal? ¿Hubo algún comportamiento extraño por su parte?

—En realidad no, me trató como cualquier otra persona.

—¿Ninguna mirada extra o alguna insinuación?— Insistió la mujer.

—Absolutamente nada, ¿está segura de que hay algo más?— Momo preguntó dudosa.

—Bastante segura, créeme, es cuestión de tiempo que ella muestre sus verdaderos colores— Soltó la mujer con determinación en la mirada.

Y eso a Momo no le agradó del todo, esa mujer hablaba de su hija como si la joven estuviera ocultando algo realmente malo, ¿cuál era el problema con que le gustaran las chicas? ¿Por qué eso debería ser motivo para invadir su privacidad? Realmente le parecía injusto, pero estaba aquí por dinero, así que no podía hacer nada más que seguir las indicaciones de la adulta, aún si eso iba en contra de sus principios.

Corto, pero aquí tienen la primera interacción Dahmo.