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Dahyun intentó no ser muy ruidosa al regresar a casa, pero Minjeong realmente estaba siendo un reto para ella, gritando tonterías mientras subían las escaleras.

Tuvo que taparle la boca con una mano, mientras que con la otra intentaba sostenerla de la cintura para ayudarla a subir.

Fue realmente difícil, pero con suerte lo logró.

El estado de Minjeong era pésimo, y luego de tomarse un tiempo para pensar llegó a la conclusión de que debía hacerla vomitar para bajar un poco el alcohol del sistema de su amiga.

Volvió a tomarla en brazos y la llevó hasta el baño de su habitación para ubicarla frente al retrete.

—Min, haremos algo, estás demasiado borracha y tenemos que bajarte el alcohol, ¿okay? Así que voy a meter mis dedos a tu boca y te haré vomitar, ¿está bien?

Al escuchar eso la menor abrió los ojos como platos y comenzó a negar con la cabeza sintiéndose realmente asustada.

A decir verdad, Dahyun no quería hacer eso, le daba asco, pero tenía que hacerlo por el bien de su amiga, así que la tomó del cuello e intentó hacerla vomitar escuchando sus arcadas y sintiendo los forcejeos de la menor por librarse de ella, hasta que finalmente comenzó a vomitar en el retrete.

Era todo un desastre, la mano de Dahyun y el cabello de Minjeong estaban llenos de vómito y aunque Dahyun sintió ganas de vomitar también tuvo que ser fuerte.

Se mantuvo al lado de la menor esperando hasta que terminara para poder jalar la cadena.

Entonces se levantó y levantó a su amiga para comenzar a retirar su vestido, que al igual que su cabello estaba completamente arruinado.

—¡Oye! No te aproveches de una niña ebria— Soltó Minjeong aún con los efectos del alcohol en su sistema.

Y Dahyun solo rodó los ojos sin siquiera responderle.

Terminó de quitar las prendas de la menor y la metió a la ducha abriendo el agua fría, probablemente Minjeong se iba a enfermar después de esto, pero eso era mejor que tenerla borracha la madrugada anterior a la dominical de la iglesia.

Entre gritos por el agua fría y forcejeos de borracha, Dahyun terminó empapada de agua mientras bañaba a la menor.

Cuando Minjeong estuviera sobria se encargaría de regañarla como merecía, pero por el momento ni siquiera tenía ganas de hablar con ella.

Terminó de ducharla y la envolvió con una toalla dejándola sentada sobre el retrete cerrado, entonces ella también tomó una ducha rápida y se vistió.

Buscó una pijama para su amiga y la ayudó a colocársela, al parecer ya estaba un poco más sobria, pues se había tranquilizado, entonces fue más fácil desmaquillarla, lavarle la cara y cepillarle los dientes.

Finalmente la llevó a la cama y bajó por unas botellas de agua al igual que unas pastillas que podían ayudar a la menor.

Entonces regresó a su habitación y encontró a Minjeong dormida.

No podía permitirlo.

Así que soltó un par de bofetadas a su mejilla para despertarla.

—Auch— Se quejó la menor abriendo los ojos.

—Tómate esto, y mínimo termina una botella de agua.

—¿Alguna vez te emborrachaste? ¿O cómo sabes lidiar con la borrachera?— Preguntó Minjeong un poco más conciente mientras tomaba la pastilla que Dahyun le trajo.

—Nunca me he emborrachado, pero presto atención a mis clases de salud— Ella rodó los ojos adentrándose a su cama al lado de su amiga.

—Gracias, de verdad— Minjeong la abrazó.

Conquista a mi hija || DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora