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Despertar y encontrarse a Momo durmiendo totalmente desnuda bajo su cuerpo podía volverse la cosa favorita de Dahyun.

Abrió los ojos minutos antes de que la alarma para levantarse sonara y se dedicó a apreciar el rostro relajado de Momo, era hermosa.

Entonces recordó todo lo que hicieron la noche anterior y sintió su cuerpo reaccionar de nuevo ante el recuerdo.

Le había encantado y quería repetirlo, pero también pensó en lo que su familia y la iglesia le enseñó, ella había fornicado, había perdido su virginidad antes del matrimonio y debía sentirse mal por eso, pero, ¿por qué no lo sentía? ¿Por qué se sentía tan bien? ¿Por qué recordaba todo con una sonrisa en lugar de arrepentirse? Ella tenía conocimiento sobre lo que era pecar y según lo aprendido debería haber una sensación de remordimiento después de haber hecho algo malo, pero si no lo sentía, ¿entonces todo fue una mentira? Porque incluso sentía paz ahora que estaba lejos de su familia, se sentía bien y se sentía correcto estar junto a Momo.

Esto no podía ser un pecado, porque no tenía ningún sentimiento malo en su interior, ella no tenía nada más que amor en su corazón cuando se entregó a Momo, ¿cómo eso podía ser malo? No tenía el menor de los sentidos.

Estaba en un dilema, siempre había actuado según lo que la iglesia le enseñó y creía amar a Dios, pero cuando su familia la lastimó incluso quiso culpar a Dios por eso, pero, ¿por qué odiar a Dios cuando él no la había lastimado directamente? El único remordimiento que sentía era haberlo culpado a él por causa de lo que su familia le hizo.

Entonces cerró los ojos e intentó hablar con él, tal vez era momento de hacer las paces ahora que su vida había comenzado a tomar un nuevo camino.

Se sintió tranquila ante ese pensamiento y finalmente entendió que Dios no la iba a condenar por amar como su familia se encargó de hacerle creer.

Entonces pensó que tal vez todo siempre tuvo un propósito, porque si nada de eso hubiera ocurrido nunca habría conocido a Momo.

Pensar de esa manera la hizo sentir mejor, tal vez Momo era esa persona que su familia le enseñó que Dios tenía preparada para ella, porque, ¿cuál era el punto de limitarse a pensar que debía ser un hombre? ¿Quién decía que debía ser así? Su felicidad siempre estuvo en las mujeres, y ahora la mujer de su vida era Momo, estaba segura de eso.

Abrió los ojos y se encontró con Momo admirándola.

—Buen día, preciosa— Momo susurró acariciando el rostro de Dahyun.

Dahyun dejó una lágrima caer.

—Te amo— Dahyun soltó escondiéndose en el cuello de Momo mientras la abrazaba.

Momo acarició su espalda y también escondió su rostro en el cuello de Dahyun.

—Yo también— Respondió apretando aún más a Dahyun contra su cuerpo.

Sintiendo los pezones de la menor rozar los suyos.

Nunca había sentido algo tan perfecto como eso.

Un pequeño cuerpo curvilíneo sobre el suyo, suave, ligero y delicado.

Era el único cuerpo que quería sentir por el resto de su vida, y se sentía satisfecha de haber tenido su primera vez con ella, porque a pesar de no saber nada sobre cómo satisfacer a una mujer parecía que Dahyun realmente lo había disfrutado.

Nunca tuvo una experiencia parecida, nunca había querido llegar a algo parecido a lo que había hecho con Dahyun, lo más lejos que había llegado fue cuando Heechul intentó llevársela a la cama, ella no estaba segura, pero él insistió en que iba a gustarle, de solo recordarlo siente ganas de vomitar, pero por suerte ese día había terminado huyendo de ahí por la desconfianza que sentía de hacer algo como eso.

Sin embargo, el día anterior había sido totalmente lo opuesto con Dahyun, ella sí quería estar ahí, ella quería llegar hasta el final con Dahyun, no tuvo que forzar nada, todo se había dado natural.

Y era perfecto, tener a Dahyun para ella era lo más perfecto que podía existir.

Creyó que podía dormirse de nuevo con Dahyun abrazando su cuello y ella sosteniendo su cintura.

Pero se equivocó, pues la alarma para levantarse estaba sonando.

—Es hora de levantarnos, Dahyun— Momo intentó despegarla de su cuerpo.

—Hm— Dahyun negó con la cabeza escondiéndose en su pecho.

—Vamos, amor, tenemos responsabilidades— Insistió la mayor.

Pero Dahyun no se movió de su lugar, solo metió su rodilla entre las piernas de Momo y se removió con suavidad.

—Oye, eso es jugar sucio— Momo tomó sus piernas para ponerlas en su cintura y levantarse con Dahyun en brazos.

Dahyun siguió hecha bolita hasta que Momo se la llevó al baño y la bajó en la ducha.

Abrió la regadera y comenzó a ducharse, pero al ver que Dahyun no quería moverse comenzó a bañarla al mismo tiempo.

Dahyun rio y dejó que Momo pusiera shampoo y acondicionador en su cabello.

Cuando Momo estaba por salir Dahyun la tomó del brazo, no quería que su primera ducha juntas acabara tan pronto.

—Quiero...— Ella no sabía cómo decirlo —Quiero... quiero que te quedes— Pidió con las mejillas rosas.

Pero Momo entendió a lo que se refería al ver su cuerpo erizarse y sus pezones ponerse rígidos.

Tenían el tiempo contado, pero podía permitirse llegar un poquito tarde a la cafetería, solo por hoy.

Así que se acercó para besar a Dahyun y acariciar sus pechos.

Los apretó con suavidad y pasó sus pulgares por los pezones.

Jugó con ellos tirando y apretando entre sus dedos hasta que Dahyun gimió contra su boca y se tensó.

Se había corrido, y Momo se impresionó al ver que Dahyun podía llegar al orgasmo solo con estimularle los pechos.

Entonces la volteó y abrió la llave de la regadera para enjuagarle los fluidos de sus piernas.

Pasó sus dedos suavemente entre sus pliegues para deshacerse del resto de su orgasmo, pero cuando la vio cerrar los ojos y tirar la cabeza para atrás quiso consentirla un poco más.

Así que aún con Dahyun dándole la espalda, sujetó su cintura con una mano y con la otra penetró su vagina de forma suave hasta hacerla correrse de nuevo.

—Quiero quedarse así para siempre— Dahyun habló sujetando la mano de Momo para que no sacara su dedo de su intimidad.

—Pero tenemos cosas qué hacer— Momo besó su cuello y acarició un poco más el interior de la menor antes de finalmente retirar su mano de ahí.

Le dió un último beso en la boca y sin más Momo salió de la ducha para terminar de alistarse para el trabajo.

Dahyun se tomó su tiempo antes de salir de la ducha, y cuando fue al espejo para cepillar sus dientes y lavar su rostro, se encontró con los chupones que Momo le había dejado en el cuello la noche anterior.

Eran demasiados, claro que quería tener algunos, pero Momo se había pasado.

Se palmeó la frente y rio, ¿qué más podía hacer?

Se vistió, desayunó y tomó sus clases del día sin encender su cámara, no podía permitir que la vieran con el cuello morado.

Conquista a mi hija || DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora