Momo no podía concentrarse en los besos de Dahyun mientras pensaba en lo que estaba a punto de hacer.
Había pasado los mejores tres días de su vida adueñándose de la boca de Dahyun sin ninguna clase de restricción, pero eso estaba por acabar.
Lo había pensado demasiado y no podía cancelar sus planes a último momento.
Estaba a dos días de terminar su "contrato", que era solo de palabra, con la señora Kim.
Era miércoles y finalmente había decidido lo que haría.
En realidad lo había decidido desde el fin de semana.
Había llegado a la conclusión de que no podía decirle la verdad sobre Dahyun a la señora Kim ese viernes.
Sería muy sospechoso si se esperaba hasta el último día para hacerlo.
Por eso llegó a la conclusión de que debía hacerlo ese mismo miércoles, ya había tenido suficiente con Dahyun, y aunque se sentía como una maldita por traicionar su confianza, ya no había vuelta atrás, ella había acordado algo con la señora Kim desde antes de conocer a Dahyun, y debía apegarse al plan a pesar de todo.
Sin embargo, se sentía mal por hacerlo, esa era la razón por la que no se sentía cómoda tocando a Dahyun ese día.
Se había dejado besar por la menor y había dejado que ella sola satisfaciera sus propias ganas de estar juntas, pero no se sentía bien poniendo de su parte para tocar el cuerpo de Dahyun.
Era solo Dahyun besando a alguien que parecía una estatua.
Pero como siempre, la adolescencia y sus hormonas le impidieron notar que había algo raro en Momo ese día.
No fue hasta que ambas escucharon la puerta principal abrirse que supieron que la señora Kim había llegado a casa.
Entonces Momo se separó de la menor.
—Quédate aquí, tengo unos asuntos que hablar con tu madre— Fue lo único que dijo la mayor con los ojos cristalizados.
Dahyun no entendió qué pasaba, sin embargo, decidió confiar en ella y asintió viéndola salir de su habitación.
Mientras Momo bajaba las escaleras seguía pensando en lo que haría y repitiéndose que no tenía qué hacer esto, que podía simplemente mentir, olvidar todo y regresar a trabajar en la cafetería.
Su corazón no quería hacerlo, pero su mente fría y decidida por partir de casa la hizo actuar de esa manera.
—¿Novedades?— Preguntó la señora Kim algo resignada a que todo había sido un simple malentendido con su hija.
Pero el silencio de Momo la mantuvo espectante.
Se estaba arrepintiendo de tan siquiera pensar en traicionar a Dahyun, ella no podía hacer eso, no debía permitir que Dahyun sufriera.
Ya no quería hacerlo, se sentía completamente erróneo defraudarla.
Sin embargo, terminó por asentir.
—Tenía razón, Dahyun sí es lesbiana— Soltó sintiendo un nudo formarse en su garganta y las lágrimas amenazando con salir de sus ojos.
La señora Kim tragó saliva.
¿Había escuchado bien?
Bajó la cabeza y dejó una lágrima caer, pues a decir verdad, le daba esperanzas escuchar a Momo diciendo que no habían novedades, sin embargo, esta vez sí las hubieron, Dahyun había caído en la trampa.
Tomó su bolso y sacó un cheque para firmarle a Momo la cantidad que habían acordado mas la paga del día de hoy y del resto de la semana.
Momo se sentía sucia tomando ese dinero, pero decidió ignorarlo y lo aceptó para después ofrecer una reverencia de 90 grados antes de salir de esa casa y no regresar jamás.
Entonces pudo soltar las lágrimas que traía retenidas y mientras caminaba para alejarse de ese lugar escuchó un grito de lamento de la señora Kim antes de escucharla llamar a su hija con una voz completamente enfurecida.
—¡Kim Dahyun!— Se escuchó el grito de la mujer hasta el exterior de la casa.
Momo solo pudo cerrar los ojos y llorar con el cheque de la señora Kim en la mano.
Ni siquiera quería imaginar lo que pasaría ahora con Dahyun.
Estaba arrepentiéndose profundamente de haber aceptado ese trato.
Pero arrepentiéndose más de haber conocido a Dahyun.
Estaba sufriendo, su vida siempre tenía que ser un desastre, y justo cuando creyó que finalmente algo saldría bien alguien más tuvo que pagar a costa de sus decisiones.
—¿Mamá?— Preguntó Dahyun preocupada bajando las escaleras al escuchar el llanto de su madre.
Pero lo primero que recibió al llegar a ella fue una bofetada en el rostro.
—¡¿cómo pudiste?!— Preguntó con ira en su voz.
—No entiendo— Dahyun habló asustada y con los ojos cristalizados.
—¿Acaso no te educamos bien?— La mujer preguntó tomando a su hija del cabello y sacudiendo su cabeza.
—¡Mamá, no entiendo!— Dahyun gritó llorando —Me lastimas.
—¡Maldita lesbiana!— Volvió a golpearla.
—¿Qué estás diciendo?— El llanto de Dahyun no podía parar.
—¡Momo me lo contó, yo la contraté para que descubriera tus sucios pecados!— La mujer le gritó a su hija en la cara sin parar de golpearla.
Pero los golpes no fueron los que más lastimaron a Dahyun, sino saber que Momo nunca sintió algo verdadero por ella.
Se pasó el resto de la tarde recibiendo violencia por parte de su madre, pero lo que la hacía llorar era el hecho de haber perdido a Momo, o mejor dicho, saber que nunca la tuvo.
Cuando su padre llegó fue cuando el verdadero infierno comenzó.
Ese hombre que siempre la trató como una princesa y juró cuidarla con su vida ahora solo la lastimaba con golpes y palabras hirientes.
Había acabado en el piso luego de un fuerte empujón de su padre que la hizo lastimarse la mano al caer.
Se sentía completamente miserable al haber perdido en una misma tarde a quienes más quería.
Momo por su parte antes de volver a casa pasó al banco para cambiar su cheque y depositar el dinero en su cuenta bancaria, tenía planeado ir a recoger sus cosas a casa y salir de ahí por la madrugada.
Todo parecía seguir acorde a sus planes, pero al llegar a casa su padre la recibió con una bofetada.
—¿Dónde estuviste todo este tiempo?— Preguntó seco y con el rostro completamente serio.
—Yo... estaba trabajando, en la cafetería como siempre— Ella respondió con miedo.
—¡No te atrevas a mentirme!— La empujó sin dejarla entrar a casa.
—Cariño, tranquilo— Intervino la madre de Momo para que su esposo no siguiera golpeando a su hija.
—¡No nos mientas, Hirai! Hoy tu hermana pasó a la cafetería y tú no estabas ahí, preguntó por tí y le dijeron que habías renunciado desde hace un mes, ¡¿de dónde sacabas ese dinero que nos dabas?! ¡¿estás vendiendo drogas o tu cuerpo?!— Él intentó volver a agredirla.
Pero la madre de Momo lo detuvo y volvió a hablar.
—Es que volviste con Heechul, ¿cierto?— La señora Hirai preguntó esperanzada —Están juntos de nuevo, ¿verdad?
Momo no sabía qué responder, jamás volvería con Heechul, pero si su familia creía eso aún podía mantener en pie su plan de escapar esa noche.
Entonces asintió.
—Más ta vale que sea verdad— El señor Hirai la amenazó —Quiero verlo aquí mañana por la tarde.
Momo volvió a asentir.
¿Mañana? Mañana ella ya iba a estar muy lejos de aquí.
A/N
Una cadena de oración para que todo salga bien :(

ESTÁS LEYENDO
Conquista a mi hija || Dahmo
FanficLa señora Kim tenía dudas por resolver y Momo necesitaba dinero, ¿Qué tan mala idea sería ofrecerle dinero a Momo a cambio de seducir a su hija? Una historia en donde Dahyun crece entre una familia sumamente religiosa sabiendo que podría perderlo to...