Si había algo con lo que Dahyun no sabía lidiar era con sus hormonas de adolescente.
Y juntar a dos adolescentes hormonales en una misma habitación no era la mejor idea.
Esa era la razón por la que había acabado con el cuerpo de Minjeong sobre el suyo mientras compartían un beso desesperado.
Se atraían mutuamente y tenían el corazón roto, Minjeong por ser rechazada y Dahyun por saber que no sería posible tener algo con Momo.
Se dejaron llevar por la falta de afecto y se besaron con toda la pasión que habían guardado para otra persona.
Realmente se sentía bien, era un momento de calentura siendo satisfecho por sus lenguas al tocarse y sus manos acariciando el cuerpo de la otra, ¿pero se sentía íntimo? Para nada, ellas eran solo amigas, y a pesar de los sentimientos verdaderos que alguna vez tuvieron por la otra, ahora solo se sentían como simples recuerdos, aunque ellas juraban que seguían vivos.
Minjeong era diferente a Momo, Minjeong se dejaba tomar a la disposición de Dahyun y eso era algo nuevo para la mayor, pues cuando besaba a Momo quien solía tomar el mando era la japonesa, pero Minjeong simplemente disfrutaba de lo que Dahyun tenía para darle, además, era más tímida, no tocaba tan deliberadamente a Dahyun como Momo lo hacía, ella pedía permiso y solo dejaba suaves caricias, Momo la poseía sin preguntar nada, la tocaba como si fuera suya y Dahyun quería sentir ese tipo de trato.
¿Podrían ser capeces de llegar a algo más siendo solo un par de niñas tímidas? ¿Quién daría ese paso? Ninguna de las dos parecía tomar la iniciativa, y eso comenzaba a ser un poco desesperante para ambas.
La sensación de humedad en la entrepierna de ambas y los latidos de sus clítoris necesitaban ser saciados, pero ninguna de las dos parecía saber qué hacer.
Dahyun recordó lo bien que se sentía la rodilla de Momo entre sus piernas cuando subieron el tono de sus besos ese viernes por la tarde, y deseó volver a sentirlo, pero se sentía avergonzada de restregarse contra la rodilla de Minjeong cuando esta parecía no tener idea de lo que estaban intentando hacer.
Minjeong también quería que Dahyun la ayudara con esa sensación como cuando Karina la tocaba con la excusa de que así su amistad se volvería más fuerte.
Entonces tanto Minjeong como Dahyun supieron que no había forma de que sus besos pasaran a algo más.
Era inútil intentarlo, ninguna de las dos daría el primer paso.
Así que se separaron y chasquearon la lengua como berrinche ante la nula intención de la otra por pasar a más.
Se dieron la espalda e intentaron dormir.
Hubo un momento de silencio, así permaneció por varios minutos.
Hasta que de pronto Minjeong rompió el silencio.
—¿Estás molesta?— Preguntó abrazando a Dahyun.
—No— Respondió la mayor sin voltear su cuerpo.
Se sentía frustrada y avergonzada.
—Entonces abrázame de vuelta— Pidió la menor con una voz que derritió el corazón de Dahyun.
—Solo no volvamos a hacer eso, fue muy vergonzoso— La mayor se volteó para abrazar a su amiga, quien asintió y escondió su rostro en su pecho.
Dahyun tenía razón, eso había sido vergonzoso, pero al menos le había ayudado a darse cuenta de que no podía ver a Dahyun como algo más que una amiga, y aunque fue su primer amor, esa etapa de enamoramiento había quedado en el pasado.
A la mañana siguiente tuvieron que armarse un plan completo para que los padres de Dahyun no supieran que Minjeong estuvo ahí y los padres de Minjeong creyeran que el par de amigas habían tenido una pijamada como su hija les aseguró.
Así que se levantaron muy temprano y Dahyun acompañó a Minjeong a casa para que sus padres vieran que realmente habían estado juntas.
A pesar de que la cabeza de la menor dolía y le costaba mantener los ojos abiertos, gracias a Dahyun estaba mucho mejor, estuvo tomando mucha agua como la mayor le indicó y al llegar a la iglesia tomó otra pastilla que Dahyun le llevó.
Afortunadamente parecía que ninguno de los adultos supo la verdad, así que habían hecho un buen trabajo.
Sin embargo, tal como Dahyun se prometió, ella se encargó de regañar a Minjeong por haber sido tan irrespondable, y la menor, asustada por los gritos y manotazos que Dahyun le dejó en los brazos, aseguró que no volvería a hacerlo.
Al menos esa parte ya estaba resuelta.
Pero Dahyun aún necesitaba resolver sus propios problemas, de los cuales no tenía idea de cómo afrontarlos.
Momo por su parte parecía haber tomado una decisión, había planificado bien lo que haría y no pensaba retractarse.
Así que el lunes por la tarde le pidió a la señora Kim que estuviera fuera de casa por el resto de las tardes de la semana asegurando que estaba a un paso de saber la verdad sobre Dahyun.
La mujer lo hizo, planificó salidas por las siguientes tardes para dejar a Momo trabajar como ella le había asegurado.
Pero lo que realmente hacía la japonesa era besar a la hija de la mujer que le pagaba cada tarde por comerle la boca a Dahyun a sus espaldas.
Dahyun se sentía plena, Momo sí que sabía como tratarla.
Esas caricias rudas y descaradas que Momo dejaba sobre su cuerpo la hacían perder la cabeza.
Ella amaba sentir a Momo así de intensa, apretando sus muslos y tocando sus pechos como si le pertenecieran, al mismo tiempo que mordía y lamía sus labios y su cuello.
Dahyun quería tener más y más de Momo.
Era su fruto prohibido y no quería parar de disfrutar de su sabor.
Sin embargo, su casa no se sentía como el lugar más seguro para entregarle su cuerpo a Momo.
Aunque eso parecía no importarle a la mayor, quien la besó por cada parte de la casa.
Podía ser en la sala, el baño o la cocina, no importaba, porque la casa estaba sola y tenían las horas libres para besarse con total libertad.
Justo como ahora, pues Momo había sentado a Dahyun sobre la mesa del comedor y se encontraba parada entre sus piernas besando el cuello de Dahyun mientras acariciaba su cintura por debajo de la ropa.
Le gustaba escuchar los suspiros de la menor en su oído cuando la hacía sentir tan bien como ahora.
Y de pronto se preguntó, ¿cómo sería tener a Dahyun completamente desnuda bajo su cuerpo?
Tal vez nunca lo sabría, pero le gustaría poder experimentar algo como eso.
Pues con lo poco que había tocado y visto del cuerpo de Dahyun se había hecho la idea de que la menor tenía unas curvas muy bien definidas, y eso era una tentación muy fuerte para Momo.
Pero debía controlarse, no podía llegar hasta ese punto porque sabía que si lo hacía no habría vuelta atrás.
Y ella no podía permitir que eso pasara.
A/N
Estamos a punto de irnos todos a la mierda ♡_♡
Pd: doble actualización porque se portaron bien.

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Conquista a mi hija || Dahmo
FanfictionLa señora Kim tenía dudas por resolver y Momo necesitaba dinero, ¿Qué tan mala idea sería ofrecerle dinero a Momo a cambio de seducir a su hija? Una historia en donde Dahyun crece entre una familia sumamente religiosa sabiendo que podría perderlo to...