Cap. 23

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Narrador omnisciente:

El ambiente se había espesado mientras los dos demonios se miraban sin decir nada, la sonrisa de Rosie había desaparecido mientras trataba de organizar sus pensamientos y Alastor movía la pierna nervioso esperando las palabras de su amiga; aún se oían las voces de los clientes en la tienda pero parecían estar realmente lejanas teniendo en cuenta que solo una cortina y unos metros los separaban.

-¿A qué te refieres conque la tienes tú, Al?- dijo ella mientras seguía tratando de procesar la información.

-Está en el hotel- Rosie apoyó la espalda en el respaldo mientras seguía con la mirada fija en su interlocutor- Ángel, la araña, la encontró... Y la trajo para que se recuperase, estaba al borde de la muerte- miraba al suelo mientras hablaba sintiendo vergüenza de que Rosie le viese en un situación como la que estaba, era su mejor amiga, en efecto, pero su relación se había basado en el apoyo mutuo y acompañarse en buenos momentos, nunca se habían visto en lo más bajo y ahora le estaba contando sus problemas esperando que ella le comprendiese- Charlie la curó durante varios días.

-¿Charlotte Morningstar?- preguntó ella y el demonio asintió- sí, me han contado que suele hacer ese tipo de cosas.

-Tenía la intención de aprovecharme de la situación, ¿sabes lo que sería tener el alma de un ángel en mi poder? Me habría hecho con el control de la ciudad.

-¿Y por qué no lo hiciste?- ella se inclinó hacia él mientras Alastor tenía la mirada fija en el suelo.

-No pude- murmuró, la cara de ella mostró sorpresa en un primer momento siendo rápidamente cambiada a una sonrisa de complicidad.

-No me digas...- dijo alargando la s mientras le miraba de arriba a abajo- no me digas que es lo que yo creo- él negó mientras sus mejillas se ruborizaban.

-No Rosie, no es eso- ella soltó una carcajada.

-Porque será que no te creo...- chasqueó los dedos y uno de los empleados se asomó y trajo una tetera y dos tazas- Querido... Deja de mirar al suelo que es de mala educación- Alastor levantó la vista para encontrarse con la sonrisa divertida de la caníbal- por favor, si no es lo que yo creo... Explícame porque no te has hecho aún con el alma de una ángel, me muero de curiosidad.

La boca del demonio se mantuvo cerrada sabiendo que cualquier cosa que le contase llevaría a Rosie a la misma conclusión, pero se negaba a decirlo en voz alta, en cambio sirvió el té mientras pensaba posibles excusas pues él mismo se había metido en este lío al haber acudido a pedirle ayuda.

-Estoy esperando, querido- él suspiró.

-No puedo porque la he conocido, rechazó mi trato una primera vez y me dediqué a embelesarla y tratar de ganármela esperando que con ella entrase su alma en juego... Hasta que me di cuenta que no podía hacerlo- Rosie se rio mientras sorbía su té.

-Te gusta- él negó- da igual lo mucho que lo niegues, sabes que a mí no me engañas... Te conozco demasiado...- el demonio se puso rojo como su pelo y procedió a beber un poco de su taza- y yo que pensaba que eras arromántico.

-Esa conclusión la sacaste tú- ella lo miró de arriba a abajo mientras sacaba de una mesa a su lado una caja con varios meñiques.

-Esa conclusión me la diste tú después de que nos conociésemos durante más de 90 años y jamás te hayas fijado en ningún otro ser de este círculo del Infierno, cariño- le ofreció uno- son mis meñiques de ocasiones especiales, y creo que esta es una de esas.

-Te estoy diciendo que no me gusta- espetó mientras una pequeña estática sonaba.

-Bien, entonces dejando ese tema a un lado... Cuéntame porqué no vamos ahora mismo y se lo enseñamos a Carmilla o a Zestial, te harías con uno de los puestos de poder dentro de los Overlords, habrías capturado al ángel que ellos no han podido- Rosie sabía la respuesta pero quería oírla de Alastor.

La serafina (Alastor y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora