Narrador omnisciente:
Raquel estaba dolida, sentía que su mundo se había venido abajo por segunda vez en menos de un año, pero esta vez le dolía más por la sensación de haber perdido algo que de verdad deseaba y quería, había depositado toda su fe en Ángel y este solo lo había aprovechado para hacerle daño con todas la confesiones que le había contado a lo largo de estos meses, había atacado donde sabía que podía dolerle más y se había regocijado de ello. La sonrisa que le dedicaba mientras le atacaba con sus palabras era algo que no podía borrar de su mente, había disfrutado destruyéndola o al menos eso le parecía, sentía un dolor en su pecho constante y las lágrimas no dejaban de brotar por sus mejillas, había sido incapaz de concentrarse en guardar sus alas al igual que se sentía incapaz de mantenerse quieta mientras analizaba todo lo que acababa de pasar.
La cara de Alastor se cruzó por su mente y el dolor se acrecentó en su pecho, sentía que se iba a morir, que no podía seguir funcionando pero desconocía si un ángel podía morir así, apretó una mano contra su pecho en un intento por calmar el dolor pero sus poderes seguían sin funcionar al igual que sus alas, había sido capaz de invocar un mínimo de su magia con el enfado pero no abarcaba mucho más de lo que ya había mostrado, el dolor se traspasó a su estómago cuando recordó la frase final de la araña en la que le había confesado las verdaderas intenciones de aquel demonio del que se había enamorado. Notaba que el mundo se había detenido bajo sus pies y que en cualquier momento caería inerte al suelo, pero ese momento no parecía llegar.
Se sentía estúpida, le dolía más una traición de alguien que había conocido apenas unos meses antes que la de las personas con las que había compartido su vida, pero eso se debía a que los vínculos que había formado con ellos aquí abajo eran mucho más estrechos en cuestión de medio año que cualquier otra relación que hubiese tenido en el Cielo, ellos eran reales, sinceros y pasionales, o al menos eso creía hasta ahora, no solamente le había engañado Ángel sobre lo que pensaba de ella sino que todos los del hotel habían sido capaces de ocultarle algo tan grave como que la persona de la que se estaba enamorando quería su alma y nadie había sido capaz de confesárselo.
Quería gritar y llorar, salir de allí lo antes posible pero no tenía otro lugar al que acudir, estaba sola en este plano otra vez y no sabía que hacer... A lo lejos oyó las voces de todos en el hotel hablando con la araña y sintió que el dolor que ya estaba experimentando se agudizaba, la estaban dejando de lado para centrarse en él, no se habían acercado ni siquiera para saber si estaba bien, eso era lo que les importaba.
Cayó al suelo mientras trataba de respirar profundo, notaba que estaba por sufrir un ataque de ansiedad, Ángel le había enseñado a detectarlos y ponerles solución, pero la única idea de la araña hizo que todos los síntomas aumentasen, quería gritar para tratar de sacarse el dolor que llevaba dentro pero no podía, no quería hacerlo, no quería demostrarles lo mucho que le habían dolido las palabras.
Se abrazó en el suelo mientras Gato se acercaba y se recostaba contra ella, ese era el apoyo que sentía en este momento pues las voces cesaron pero nadie tocó a su puerta para comprobar su estado, con cuidado trató de volver a guardar sus alas y respiró hondo mientras se concentraba en hacer desaparecer el dolor, poco a poco notó como se relajaba y respiraba de forma habitual, notaba como lentamente sus músculos se relajaban y su mente iba desconectándose para caer en la oscuridad de los sueños.
Se despertó apenas una media hora más tarde, en la misma postura en la que había caído al suelo y con Gato en la misma posición de antes de dormirse, miró el reloj pensando que habrían pasado horas pero suspiró cuando vio que este no parecía avanzar. Se incorporó tratando de estirarse y recuperar la postura tras la mala forma que había cogido durmiendo acurrucada en el suelo.
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La serafina (Alastor y tu)
FanfictionRaquel, una serafina castigada por desentrañar secretos celestiales, es despojada de su magia y desterrada al Infierno. A medida que Raquel se adapta al caos infernal, encuentra amistades inesperadas y enfrenta desafíos morales que deberá superar co...