Cap. 30

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Narra Raquel:

Tras hablar con Ángel supe que había llegado el momento de tener la conversación con Alastor, estaba deseosa porque me explicase qué había pasado y los motivos de su marcha. Si bien ayer ya me había indicado que eran externos a él pues se debían a los Supremos, necesitaba más explicaciones y saberlo todo con certeza en el caso de que realmente me encontrase en peligro.

Me dirigí a la estación de radio donde imaginé que estaría, golpeé la puerta pero para variar nadie respondió, decidí hacer lo mismo que la vez anterior, entrar y llamar a la siguiente para ver si realmente se encontraba allí. Tras llamar un par de veces, la voz de Alastor sonó indicándome que pasase, observé que todo seguía igual, después de los meses que habían pasado, me alegraba que hubiese podido dejarlo todo como antes tras ese ataque de ira que tuvo.

-Serafina- me miró con una sonrisa desde la silla de la mesa de mezclas- me alegra ver que ya estás despierta, por un momento pensé que hibernarías hasta la próxima primavera- le sonreí mientras tomaba asiento en una de las sillas que había en la mesa central de la sala.

-Veo que has recuperado tu sentido del humor, Al- me agradaba volver a poder tener una conversación así con él, lo había echado bastante de menos.

-Eso nunca se pierde, querida, pero yendo a lo importante, ¿te encuentras bien? ¿se te han pasado los dolores de la resaca?- yo asentí- y me imagino que habrás comido algo.

-Sí, había un sándwich en la cocina el cual le he robado a alguien- oí una pequeña risita por su parte y noté como se giraba disimuladamente intentando evitar que yo me diese cuenta- por lo que ahora estoy en perfectas condiciones.

-Me alegra oír eso, querida, el Infierno no es un lugar al que se venga a sufrir- levanté una ceja.

-¿Técnicamente no es a eso a lo que os mandaron al Infierno?- se rio mientras daba una vuelta en su silla giratoria y se apoyaba en el bastón mirándome.

-Serafina, creo que ya has visto que ahí arriba no teníais mucha idea de lo que pasa aquí abajo- touché- entonces... por muy grata que sea tu visita... ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?

-Tenemos una conversación pendiente Alastor- su sonrisa tembló amenazando con desaparecer- y me gustaría tenerla ahora si fuese posible- él asintió.

-Me imaginaba que no tardaría mucho en llegar este momento, pero tus deseos son órdenes para mí, adelante, ¿Qué quieres saber?- me mordí el labio pensando por donde empezar.

-Ayer mencionaste que estaba en peligro por culpa de los Overlords, ¿Por qué vendrían los Supremos a por mí?- se recostó en su asiento mientras me miraba a los ojos.

-El día que llegaste a este mundo, una de las cámaras de Vox-Tech te filmó caer, una caída bastante asombrosa todo debo decir, te mereces mi enhorabuena por no haber muerto- levanté una ceja.

-Gracias... Creo- él continuó.

-La cuestión es que Camilla Carmine, la directora de los Overlords, considera tu presencia en el Infierno como un problema mayor, algo peligroso para todos los que estamos aquí y cree que hay que entregarte, nos encargó buscarte por toda la ciudad y volver con pistas sobre tu paradero...

-Pero... Tú...- él negó con la cabeza.

-Serafina, obviamente yo no he dicho nada respecto a tu ubicación y por eso mismo me alejé, tengo enemigos, demasiados para ser sinceros, y cualquiera de ellos aprovecharía esta baza para intentar hacerme daño o hacértelo a ti, por lo que lo más sensato era desaparecer.

-No lo entiendo...- dijo mientras apoyaba uno de mis codos en la mesa reclinándome en la silla- ¿para qué quiere Camilla que me llevéis hasta ella, por qué iba a ser yo un peligro?- la respuesta apareció en mi mente antes de que Alastor lo pronunciase "El Exterminio".

La serafina (Alastor y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora